Rapist©《Jb》[#1 The Rapist Series]

Capítulo 9

                                                              (-62 días.)

Justin se paralizó por un momento, había olvidado una de sus mentiras. Una tan estúpida como esa. ¿Cómo pudo descuidarse de esa manera? Se regañó a sí mismo en su mente y volteó a ver a su acompañante por un segundo sonriéndole tratando de dar a entender que todo estaba bien.

"Este no es el auto de la familia, tranquila. Este fue mi regalo de 16 antes de que eso pasara. Mi padre me enseñó a conducir aunque claro que no lo hacía más que para viajes cortos hasta que conseguí mi licencia."

Por supuesto, Justin cumpliría los 19 dentro de menos de dos meses. Tenía sentido.

"Ah, ya veo..."

"¿Qué pasa, linda? ¿Estás dudando de mí?"

"No, amor. No es eso." –Sonrió y besó su mejilla. –"Sólo preguntaba. Tenía curiosidad, eso es todo."

"Por eso eres mi gatita curiosa." –Volvió su mirada al frente sin saber si eso le terminaba de gustar o no. –"Por cierto, ¿No es suficiente presión con qué esté yendo a conocer a tu padre como para que me hagas preguntas así? Además soy mayor de edad, va a odiarme."

Ella rió y tomó su mano tranquilizadoramente.

"Va a salir todo bien."

El auto se estacionó en la entrada de su casa y ambos bajaron de él encontrándose con el padre de la más pequeña, en la puerta.

"Hey, volviste. ¿Cómo está tu amiga?"

"Se ve algo mejor, al menos." –Sonrió un poco y lo abrazó antes de mirar a Justin. "Papá, él es Justin, mi novio. Justin, mi padre."

"Es un placer, señor."

"Lo mismo digo. He oído hablar muy bien de ti en la ciudad. Me alegra que mi hija se relacione con gente así."

"No soy tan bueno como cree. Tengo suerte de que su hija me aceptara." –Rió encogiéndose de hombros.

"¿Te quedas a cenar?"

"No, lo siento. Iré al gimnasio, pero lo dejamos para otra vez."

"Claro. Bueno, dejaré que se despidan. Sólo no quiero muestras afectuosas frente a mi casa." –Dijo advirtiéndole antes de entrar.

"No puedo creerlo." –Dijo tapando su cara avergonzada. Justin rió.

"Tranquila, está bien. Supongo que me quedaré con las ganas de un beso."

"Lo siento...gracias por traerme. Te dije que iba a salir todo bien." –Sonrió y besó su mejilla. –"Cuídate, nos vemos después."

Elaine estuvo por dar la vuelta pero Justin la detuvo tomando su brazo y apoyándola contra el árbol riendo bajo mientras ponía el brazo sobre su cabeza.

"¿Qué estás haciendo?"

"Shh. Nos puede oír." –Susurró mirando hacia la ventana.

"Justin, estás loco."

"No puedo irme sin un beso. Él no tiene que saberlo."

Ella no pudo evitar sonreír ante su comportamiento infantil, pero aceptó la propuesta de Justin. Este sería el primer beso ininterrumpido y el primero de su relación y no podía negar que lo quería.

Miró a sus ojos mieles mientras rodeaba su nuca con los brazos y se ponía de puntitas de pie para poder alcanzarlo. Justin rió tomándola de la cintura y juntó sus labios con los suyos en un dulce beso.

Sus manos acariciaban la pequeña cintura de la castaña, sintiendo de repente que empezaba a temblar. No quería terminar ese tierno beso en el que su novia parecía embelesada, pero sabía que si no lo hacía pronto su monstruo interior volvería; La necesidad de tomarla por la fuerza, de tener el control.

Se obligó a sí mismo a no hacer más que toques suaves por su cintura, su espalda, bajando por su culo y apegándola a él. Se estaba perdiendo en el beso tanto como la pequeña Elaine, pero entonces escuchó un quejido de ella haciendo que se diera cuenta de que estaba apretando más fuerte de lo que debía.

"Lo siento, no me di cuenta. ¿Estás bien?" –Preguntó mirando el lugar donde sus dedos habían estado y ahora estaban marcados en un tono rosado que podía ponerse peor.

"Estoy bien, no fue tu culpa. Deberías dejar de ir tanto al gimnasio, no te das cuenta de la fuerza que ya tienes." –Bromeó.

"¿Segura estás bien?"

"Si, Jay Jay." –Rió besando la punta de su nariz.

"¿Y ese apodo?"

"Se me acaba de ocurrir en venganza por lo de Boo."

"Pero eres mi linda Boo." –Rió y besó su mejilla.

"Y tú mi Jay Jay."

"Lo soy. Ahora debo irme antes de que me vuelvas más cursi aún. Me siento algo estúpido."

"Lo eres."

"¡Oye, te oí!" –La apuntó con el dedo y rió antes de subir a su auto nuevamente. –"Si eso te duele, revísatelo ¿Si? No quiero que te quede alguna marca por mi culpa."

No podía arriesgarse a que pensaran que era agresivo.

"Estoy bien, bobo. No te preocupes. Sé que nunca me harías daño."

O esa fue la excusa con la que se convenció al no estar de acuerdo con lo que había hecho.