(25)

1.9K 191 28
                                    

Miré el reloj del móvil una vez más.
5:54. Mis párpados pesaban, amenazándome con cerrarse en cualquier momento.

Le di un trago al vaso de jugo de naranja que Tyler me sirvió sin siquiera preguntarme. Probablemente si me lo tiraba encima podría quedarme despierto.

— ¿En qué tanto piensas? — Tyler habló finalmente mientras servía cereal sobre su plato.
— Estamos jodidos. Tan jodidos. — dije, terminándome por completo el vaso de jugo. — Ni siquiera sabemos en cuál universidad queremos entrar. Todo esto es una pérdida de tiempo. Una estúpida pérdida de tiempo.

Tyler me miró confundido, como si acabara de hablarle en otro idioma. Rodé los ojos, arrebatándole la caja y tomando un puño de cereal.

— Todo eso es muy fácil, Thomas. — respondió, encogiéndose de hombros. Como detestaba que lo hiciera parecer tan fácil. — ¿A dónde quieres ir?

Parpadeé varias veces, dándome cuenta demasiado tarde de que era una muy buena pregunta.

— Sólo porque parece fácil, no quiere decir que lo sea. — rodé los ojos. — Podríamos largarnos. Lejos de aquí. Muy lejos. — sonreí. — ¿Es estúpido, verdad?

Tyler negó con la cabeza.

— Estamos jodidos. — repetí.
— Pero al menos estamos jodidos juntos.

<><><>

— ¿Inglaterra? — Tyler bajó las ventanas, apagando la radio casi agresivamente. — Podríamos ir allá.
— Todo este estúpido asunto está matándome, Tyler. No tenemos universidad, ni hemos decidido una carrera.

Solté un suspiro, restregándome el rostro con una de las manos.

— Ya se nos ocurrirá algo. — dijo Tyler, tomando con fuerza mi mano, probablemente intentando levantarme el ánimo.

Sonreí débilmente, mirando hacia mi derecha, encontrándome con la camioneta de Jack. Arrebatándome todas las esperanzas de que algo bueno pasaría.

Tragué saliva, mirando el semáforo poniéndose en verde después de lo que pareció una eternidad.

— Acelera. — ordené, haciendo que Tyler me mirara confundido.
— ¿Qué mierda, Thomas? No es necesario.
— ¡Sólo haz lo que te digo, maldita sea!

Tyler aceleró, haciendo que me inclinara hacia atrás. Miré de vuelta hacia la camioneta, que también había acelerado y nos llevaba la delantera.

— Más, Tyler. ¡Más!
— Espera, ¿Ese no es Jack? — bajó la cabeza, mirando a través del parabrisas. — ¡Thomas, esto no es una maldita carrera!
— Lo siento. — solté un suspiro, mirando la camioneta de Jack hasta perderla de vista.

<><><>

El gimnasio resultaba casi irreconocible, con todos los estúpidos carteles de las estúpidas universidades colgando desde el techo.

Tyler se apresuró, haciéndose paso entre la multitud de personas que se encontraban ahí. Miré a mi alrededor, dándome cuenta de que lo había perdido de vista.

Tragué saliva fuertemente, sintiéndome como si estuviera encogiéndome lentamente. No encajaba ahí, definitivamente. La voz en mi cabeza que me hacía sentir cada vez más perdido, insistía en repetirme que no encajaría ahí nunca.

Honestamente, no encajar no estaba quitándome el sueño, pero no podía evitar sentir mi estómago revolviéndose en cada paso que daba.
Era una mierda. Todo era una mierda.

Me detuve en seco, cuando algo me pasó por la cabeza.

No era el estúpido sentimiento de sentir que no encajaba, era definitivamente un presentimiento. Y no era uno bueno, definitivamente.

— ¡Thomas! — Tyler llamó mi atención desde una de las mesas, salvándome de hundirme en el océano que yo mismo creé dentro de mi cabeza.

Sonrió ampliamente, tendiéndome un folleto color azul.

— Así que te decidiste por Inglaterra, después de todo. — suspiré, desdoblando el papel lentamente. — Tyler, esto no será barato.
— Tenemos lo suficiente.
— Lo sé, Tyler, pero...

Guardé silencio, mirando a Jack de pie frente a nosotros. Tragué saliva y regresé rápidamente la mirada al papel sobre mis manos.

— ¡Hola! — Jack se volvió hacia Tyler, mirando la mesa detrás de ambos. — Ah, entonces ya escogieron una universidad. — guardó el folleto que probablemente iba a darle a Tyler dentro del bolsillo de su pantalón.

Tyler asintió con la cabeza, sonriendo ampliamente. Sus ojos brillaban tanto por la emoción, que lo hacían ver como un niño, completamente adorable.

— Entonces, ¿A dónde eligieron ir? — soltó Jack repentinamente, sacándome de mis pensamientos.
— Londres. — Tyler pasó uno de sus brazos por encima de mis hombros.

Jack guardó silencio. Levanté finalmente la vista, encontrándome con una expresión en su rostro que no fui capaz de descifrar.

— ¿Londres? ¿Quieres decir... en Europa? — rio nerviosamente, mirándome de reojo. — ¿No crees que está algo lejos? Muy lejos.

Aparté la mirada rápidamente, evitando a toda costa encontrarme con sus ojos. Miré vagamente a mi derecha, reconociendo la cabellera castaña de Cara.

— Vuelvo en seguida. — palmeé la espalda de Tyler, apresurando el paso. Retrocedí, dudando por un segundo si Cara realmente lucía unos siete centímetros más alta o si sólo era mi cabeza haciéndome una mala jugada.

— ¿Cara? — pregunté finalmente, haciendo que se volviera hacia mí.
— Ah, hola Thomas. Viniste. — no sabía porqué, pero juraría que sentí que iba a desmallarme.

boys. Where stories live. Discover now