Capítulo V "Su Historia"

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No solo Samanta tuvo un trágico pasado, Mauricio no se queda atrás, pero igual con una sonrisa trata de hacer feliz a Samanta. Hará lo que sea para que ella sea feliz y no vuelva a sufrir. 

Mi nombre es Mauricio Mateo Materan Mendoza, tengo 21 años. Me gradué de chef en la universidad hace un año, ahora trabajo en la mañana como guardia, en la universidad que estudiaba y en las noches como chef en un restaurante.

Vivía con mis padres y dos hermanas en este departamento, ellas son María de 25 años y Sofía de 27 años, al casarse se fueron de la casa, María se llevo con ella a mis padres y a mí me dejaron el departamento.

Tengo un mejor amigo se llama Juan es como mi hermano y una mejor amiga Elizabeth que es como una hermanita menor, los veo todos los días en el trabajo y me han enseñado lo bueno que es la amistad, ellos son todo para mí. Juan tiene 22 años y Elizabeth tiene 19 años.

Soy una persona tímida, desconfiada y algo estresante. Cuando quiero algo lucho mucho por tenerlo.

Cuando tenía 6 años, estaba jugando en una casa de campo que tienen mis padres y me caí de una pequeña montaña, estuve cuatro días en el hospital y ahora tengo una gran cicatriz en la cabeza.

Amo los deportes, pero más que todo el baloncesto, amo cocinar y quiero que todos mis sueños se hagan realidad.

-Creo que es todo- Le dije, la miré y se vía atenta a lo que yo decía. Estaba como niña que prestaba atención a las historias de su padre.

Me levante y fui a la cocina para lavar mi plato, cuando la siento detrás de mi –Háblame de tu primer amor- Me dijo mientras se recostaba de mi espalda -¿Mi primer amor?-, -Si, tu primer amor- Fue y se sentó en el sofá, me acerque y me senté con ella.

Ella se recostó en mis piernas y con sus manos se tapo los ojos -¿Entonces?- Le quite las manos de los ojos -¿Entonces qué pequeña?-, -¿Tu primer amor?-, -No quiero aburrirte con eso- Se levanto del sofá –Entonces si esto es todo, me voy- Dijo mientras entraba a su habitación –Puedes irte cuando quieras- Abrió la puerta, yo me levante y me acerque a ella, la agarre del brazo y la acerque a mí. Estábamos como la vez que rose sus labios –Siéntate en el sofá, pequeña malcriada- Se soltó de mi, se dio la vuelta y se sentó en el sofá.

El Verdadero AdiósUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum