Capítulo IV "Mi Historia"

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El pasado de Samanta es trágico, pero siempre trata de tener una sonrisa y la frente en alto... Ahora cuenta su historia a Mauricio ¿Como reaccionara él hacía esta historia tan trágica? 

Me llamo Samanta, Samanta Acosta Díaz. Tengo 18 años. Hace un año me gradué de bachiller y hoy en día estudio en la universidad hora nocturna, estudio medicina.

Mi infancia no ha sido la mejor, cuando cumplí 10 años perdí a mis padres y hermana en un accidente de avión cuando iban a un viaje de trabajo, como mi hermana todavía estaba pequeña se fue con ellos y yo me quede con una tía, luego de que ellos murieran me quede bajo la custodia de mi tía, qué hora es como mi madre.

Estuve yendo a un psicólogo para poder aceptar la perdida de mi familia, al cumplir los 12 años me diagnosticaron depresión, fueron unos años difíciles desde los 10 hasta las 14 años pensaba que no valía la pena vivir, me iba mal en la escuela y no tenía amigos.

Hasta que llegaron dos personas que hicieron que viera la vida de manera diferente, esas personas se volvieron mis mejores amigos Eduar y Daniela, me mostraron el lado bueno de la vida y que las cosas pueden ir bien si tienes amigos en quien confiar, lamentablemente el destino nos separo y no los he visto en mucho tiempo.

Al cumplir 17 mi tía me compro un departamento y me dejo vivir ahí sola, comencé a trabajar y a mantenerme yo misma, quería ser independiente.

Cuando tenía 15 años conocí a esa persona, que me hizo cambiar totalmente, que me enseño el lado bueno de la vida, me hizo superar mi depresión y me regalo momentos hermosos en la vida, esa persona era Cristiano Agustín Martínez Peña mi primer amor, el hombre el cual se fue sin dejar explicación alguna, así como me dio momentos maravillosos, me dio momentos que quisiera olvidar.

Es la persona que ame y amo locamente, pues me enseño que todo tiene solución y que la vida es maravillosa. Ahora la persona que me dijo que nunca me abandonará, se fue, sin dar explicación, ni decir el por qué, solo lo hizo y ahora lo extraño, es muy importante para mí.

Fue mi primer beso y me prometió ser el primero en todo, así como prometió nunca hacerme daño, bueno... Tal vez, no sabe cumplir sus promesas, tal vez le tiene miedo al compromiso o yo iba muy aprisa, quería todo con él, quiero todo con él.

Dejé de hablar, me di cuando de que estaba llorando, toque mis mejillas y las lágrimas corrían por ellas. Pase de hablar de mi vida, a hablar de él, pues él era mi vida.

Lloré, grite y luego saqué mis lágrimas -Estoy bien- Le dije mientras le sonreía, subí mi cabeza y pude ver cómo me miraba con esos ojos radiantes mientras le caían algunas lágrima.

Sonreí como niña pequeña al ver un tierno perrito en la calle, sonreí como si estuviera feliz, pero la verdad no lo estaba -Ahora háblame de ti- Le dije mientras veía mi reflejo en la copa de vino, mis ojos estaban rojos y mi sonrisa se veía fingida, aparte mi mirada de la copa, lo miré a los ojos y le dije -Quiero saber de ti-

No sé porque empecé a llorar también, simplemente las lágrimas caían de mis ojos.

Era hermoso, era hermoso escucharla hablar, todo lo que había sufrido para que un idiota la hiciera sufrir más. No merecía lo que le estaba pasando, era hermosa, bellísima hablando de la persona que amaba, era como escuchar a ángeles cantar, ella era un ángel.

En ese momento me di cuenta de que ella estaba enamorada de ese idiota, lo amaba, pero también, me di cuenta de que yo me había enamorado de ella y no permitiría que sufriera de nuevo.

El Verdadero AdiósOnde histórias criam vida. Descubra agora