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Pocos minutos después, en mi casa estaba su hermano, Rámses, con su novia, Amelia. Él daba un poco de miedo, era alto, fornido, con piercings y tatuajes, muy distinto a su hermano; ella era una chica muy simpática de cabello rosado que aceptó sin hacer muchas preguntas en hacerse una selfie conmigo. 

Los dos hermanos eran muy diferentes físicamente, pero igual de agradables. Me sentí mal por haberme referido a él en mi pensamiento como "el raro", porque era lo mismo que la gente hacía conmigo, me llamaban "el gordo" sin saber que soy más que kilos adicionales.

Pasamos la tarde viendo películas, así que cuando le envié a Laura la foto con mis nuevos amigos, ya no consideraba que fuese una mentira, incluso salimos en la noche a cenar e hicimos planes para los siguientes días.

La primera foto que me tomé con la cuñada de Gabriel era normal, pero cuando Rámses supo del plan de Gabriel para ayudarme, él insistió en tomar una foto más "idónea".

Así que le mandé la foto con la chica de cabello rosa pellizcando mis enormes mejillas mientras hacíamos una cara graciosa a la cámara.

La sesión entera de fotos la subí a mis redes sociales, para que todos mis amigos pudieran verlas. Por supuesto que con "todos mis amigos" me refiero a mis familiares, Gabriel, su hermano, su cuñada, el agradable novio de Laura y por supuesto Laura.

Ella vio mi historia y sé que tuvo que ver las fotos, porque siempre las veía, comentaba y dejaba corazones en las idioteces que publicaba, pero no en este caso.

El GordoWhere stories live. Discover now