—¡Rápido!— Nayeon agitaba todos los líquidos mientras que Jihyo calentaba en el mechero los tubos de ensayo, subió tanto la flama que unas burbujas se formaron.
—Oye, ¿tenía que quedar de este color?— preguntó Jihyo con la cabeza ladeada, mirando el trabajo de las demás parejas— A todos les quedó azul.
—No creo que afecte en algo, se ve igual. Está bien.
—El nuestro está rojo, y tiene grumos y— acercó su cara al tubo— ¡agh! Huele horrible y ¡Creo que tiene un ojo ahí adentro! ¡Ah, esta cosa tiene vida!
—¡Shhh! —Nayeon golpeó el estómago de Jihyo, pues su maestra ya estaba frente a ellas, lista para evaluar el trabajo.
La señora tenía arrugas y usaba lentes de botella.—Huh... Esto, no debía de quedar así pero por esfuerzo les pondré un ocho. Con tal de que no sea tóxico...
—Te dije que estaba bien, debes de confiar en mi.
Ambas sonrieron, cuando la mujer estaba por pasar con otro equipo, las burbujas se intensificaron e inexplicablemente una llama salió de la sustancia y un humo gris comenzó a expanderse. Ahora había un mini-incendio en su mesa y el humo activó la alarma contra incendios, y agua empezó a caer de aquel detector.
Todos salieron del laboratorio corriendo, la maestra tenía una cara de odio a sus propios alumnos, ahora estaban empapados caminando por los pasillos.
—Bien ahí, Nayeon— Momo pasó a su lado, burlándose. Tenía gotas cayendo por su fleco, a Nayeon de le hacía ridículo pensar que se veía adorable.
Y así pasaron más días, llegando la esperada y aclamada fiesta de Tzuyu. Incluso Jihyo compró ropa nueva para ambas. Nayeon en ningún momento estuvo emocionada.
—Ya llegaron por ti, cariño— habló su madre desde las escaleras, Nayeon seguía recostada en su cama.
—Gracias, señora Im, iré por ella— Jihyo entró a la casa, y subió por las escaleras, pues obviamente no subiría volando.
Nayeon tenía su brazo extendido con un termómetro en la mano, siendo calentado frente a una lámpara. En cuanto Jihyo abrió la puerta, se volteó rápidamente cubriendose con las cobijas, finjiendo tos.
—¿Qué haces así vestida? Debemos de irnos, ya casi son las 8:30.
—Yo...— otra vez la tos—no creo poder ir —puso una mano sobre su frente y cerró los ojos— me siento fatal.
Jihyo entre cerró los ojos, y se acercó a la "enferma"—¿En serio? Déjame ver, tal vez tengas fiebre.
—¡Si tengo!— levantó el termómetro, pero después débilmente se recostó—Que diga, oh, me parece que si tengo... Fiebre.
—Huh...— Jihyo miró el termómetro, y su boca formó una "o"— ¡Nayeon! ¡No puede ser! ¡Estás grave! ¡Necesitamos ponerte en hielo!
—¿Q-qué?
—¡Estás en los 40°! ¡Es terrible!
—Ay.
Al parecer se había exedido en el tiempo que dejó calentado el termómetro.
—No iremos a la fiesta, te quedarás en una tina con hielos, le iré a decir a tu madre— al principio sintió alivio, pero cuando dijo que le diría a su mamá, sintió terror.
—Ay.
Jihyo comenzó a reír, y se acercó a tocar su frente—Vaya, ese termómetro mintió. Vamos, vístete ahora mismo.
Maldita sea esa mujer que todo lo sabía. Se vistió con la falda que Jihyo le había comprado junto a una blusa que ya tenía. ¿Por qué tendría que vestirse tan especial? Sólo sería una tonta fiesta.
—¿Qué? — se preguntó Nayeon, estaba confundida. ¿En qué momento ya estaban en el auto de su padre camino a la casa de Chou? Debía dejar de pensar tanto en cosas profundas, pues se perdía de todo lo que pasaba al rededor.
—Jihyo— su padre tenía el vidrio abajo, hablandoles desde el asiento del copiloto— No tomes por favor. Y Nayeon, toma por lo menos un poco.
—Gracias señor, regresaremos temprano— sonrió Jihyo, jalando a Nayeon para entrar a la casa. Muchas personas más llegaban a aquella enorme casa. Tenía un enorme jardín delantero y luces de colores salían de los vidrios, que vibraban por la música, ojalá por eso fuera.
Nada podría ser peor que su padre la tachara de amargada.
—¡Oh, hola señor Im!— se escuchó atrás de ellas.
—¡Cuídate Moguri!— se escuchó el peculiar claxon de su padre, que tenía como tonada 'La cucaracha'. Volteó a ver el carro, y estaba su papá despidiéndose con la mano de la japonesa.
—Te odio Jihyo— estaban frente a la puerta, y antes de que Momo, acompañada de sus otras tres amigas de siempre, lograra alcanzarla, la puerta fue abierta.
—Hey, lograron venir— fueron recibidas por aparentemente la dueña de la casa, o simplemente era una chica demasiado alta.—Adelante.
Primero entró Jihyo, así que Nayeon logró ver como la anfitriona básicamente desnudó a su amiga con la mirada—Gracias —bufó.
Y efectivamente, había mucha gente, pero pocas habitaciones.
—Vamos por algo de tomar— Jihyo tomó la mano de Nayeon, en busca de alguna bebida. Cuando lograron encontrar las mesas donde estaba todo el alcohol, Nayeon se sentó esperando a Jihyo.
Y ahí estaba ella, apenas llevaba igual unos 10 minutos ahí y ya se estaba divirtiendo. ¿Cómo era qué Hirai vivía todo sin preocupaciones? ¿Cómo le era tan fácil divertirse? Ah, claro, Mina estaba pegada a ella.
—Toma— llegó Jihyo con el cliché del vaso rojo. Había perdido de vista a las japonesas y a la pelicorto entre todas esas personas, afortunadamente.
Nayeon tiró el líquido en una maceta que estaba cerca de ella.
Faltaba mucho para que Jihyo se quisiese ir.
[🐊]
YOU ARE READING
A dos cuadras.
FanfictionPorque el amor puede estar hasta el otro lado del mundo, o puede estar a dos cuadras... 18.02.18 #2 en Monayeon; 11.05.18 #1 en Namo; 11.01.19 #2 en Monayeon; 11.01.19 Portada hecha por Anni. Primer fic Namo que escribí, más no me atrevía a publicar...
tres.
Start from the beginning
