19.- Charlie no preguntes, si🔹️

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Él te dijo que no paso nada y que solo vomitaste —me lo vuelvo a repetir.

Maldita sea Rachel...

Jamás vuelvas a ingerir alcohol sino lo toleras.

—Tranquila Rachel, no paso nada entre ustedes dos— me animo a si misma.

Despertaste casi desnuda en su cama.

Menuda mierda.

Cierro la puerta tras de mi en dirección a emergencias. El lugar está más calmado que lo habitual y agradezco por ello.

Solo necesito estar unos días  así hasta que  Cindy recupere sus energías luego del parto.

—El paciente ya ha sido llevado al área de pacientes con contagios— aparece Camila a mi lado.

— Si ya está registrado en el sistema, voy a hacerle una gasometría, ¿Qué dijo el Doctor de turno?—.

—Apenas lo vio, dijo que esta muy mal y no está seguro de si sobrevivirá— asiento e ingresamos al área.

🔹️🔹️🔹️

Trago saliva y acelero mientras  esquivo algunos autos, el reloj marca más de las dos de la tarde. La hora de salida ha llegado y en vez de estar de camino a casa, mis manos direcciona el volante hacia otra dirección. Me encontraba de nuevo en mi viejo auto en la misma empresa que anteriormente deje a Ethan cuando choque su auto.

Inhalo profundo y mi cerebro lo piensa más de mil veces en si subir y volver a preguntar aunque ya se la respuesta.

Me armo de valor, salgo del auto y un joven  con traje que ya había visto pero no recordaba dónde, se me acerca — Buenos días señorita, sus llaves— se las entrego e ingreso dudosa al edificio.

Observo detenidamente cómo cientos de personas trabajan sin parar, ya sea en el lobby como en otros puestos.

—Perdón — se disculpa una joven que trae un montículo de papeles con ambas manos mientras que apenas puede llevar un pedido de seis vasos de café o algo parecido. El cabello desordenado de la  pelinegra, sobresalía por todas partes como si hubiera tenido una pelea con alguien allá afuera.

Sin dejar de visualizar como la pobre mujer se pierde una vez que el ascensor cierra sus puertas, camino hasta una  hermosa mujer alta, delgada y de cabello dorado rizado detrás de recepción con un uniforme negro— Buenos días, ¿En que le puedo ayudar?— pregunta con  amabilidad.

Carraspeo y sin preámbulo respondo—  busco al Señor Blake—.

La chica solo se limito a mirar, pero segundos después se incorpora y vuelve a preguntar—  ¿Tiene alguna cita con él?— niego.

—Mi nombre es Rachel O'brien, si le puede comunicar que estoy aquí él  querrá verme—  asegure y esta asintió.

Observo como marca un número en el teléfono y segundos después de sonar  responde—Señor, ahah una señorita lo busca, dijo que se llama... —.

Esta deja de hablar para escucharlo y segundos despues solo asiente y cuelga.

—¿Qué dijo?—.

—Lo siento, el señor está un poco ocupado— la joven coloca el celular en su lugar, continúa — va a entrar a una  reunión.

Inhalo profundo tras escuchar lo que dice la joven y le agradezco.

Pero como si fuese un acto de rebeldía, en vez de que mis pies busquen la salida, estos caminan involuntariamente hacia el ascensor.

— Señorita, no puede pasar— escucho como la rubia grita  tratando de determe.

Lo siento.

Corro lo mas rápido que puedo  hacia el elevador justo en ese momento una señora mayor sale de este, dejando libre para mi entrada.

Presiono el botón de Vip.

Ni crean que sé donde, él esta pero me supongo que hay se encuentra su oficina, ya que siempre en las peliculas lo muestran.

Música clásica inundan mis oídos a lo que las puertas se cierran, los par de ojos de algunos empleados que ingresan y salen no dejan de observarme tras mirar que llevo puesto mi uniforme.

La puerta de la caja metálica se abre en el ultimo piso y no me limito a salir, camino despacio hacia una mujer joven de cabello castaño recogido a una coleta alta, que lleva puesto un uniforme parecido a la mujer de recepción.

— Hola, ¿Disculpe el Señor Blake se encuentra  o estoy en el piso equivocado?— pregunto una vez frente a ella.

La muchacha me observa detenidamente y asiente — Si, esta en el piso correcto pero ¿tiene alguna cita? —  niego—  Lo siento pero no puede hablar con el—.

Suspire fustrada por la respuesta de la joven, y me dedique a observar todo el lugar en busca de alguna puerta que diga Presidente o algo asi.

A no encontrar nada, camino por uno de los pasillos y con la joven detrás de mi,  intenta colocarse delante e  impedir el paso.

Me siento tóxica.

—Señorita por favor salga, si no quiere que llame a seguridad— habla nerviosa.

Yo me limito a decir alguna palabra, solo quiero saber que paso la noche  anterior en el club, y si el muy desgraciado se aprovecho de mi, lo va a lamentar.

Miro de un lado a otro y de repente mi cara choca con algo duro.

—¡Ay!— me quejo mientras llevo mis mano a mi rostro.

—Señor lo siento, pero ella...— no termina de hablar, levanto la mirada y me quedo estática al ver de quien se trata.

—¡Rachel, que sorpresa!— la línea de la  comisura de sus labios se elevan, sin dejar aquel gesto mira tras de mi—Puedes irte, me encargo de aquí en adelante —.

La joven sólo le limita a obedecer y regresa a su escritorio.

—¿James, verdad?—  asiente.

El alemán se coloca a mi lado — ¿Qué te trae por aqui?—.

No quiero hablar de eso con él, así que me limito hablar.

—Si quieres hablar con él idiota de mi amigo, lo lamento pero tendrás que esperar  mucho ya que se encuentra en una reunión—.

Así que es cierto— entonces,  esperaré— digo, mientras le sigo pero me detiene su agarre y dirijo mi vista hacia él.

— Sigueme— ordena llevándome a rastras al final del pasillo, le observo  de manera extraña porque no pienso ingresar a una oficina a solas y mucho menos con él— Espera aquí— abre la puerta y me empuja dentro de un despacho.

Pero le agarro de brazo, antes que se aleje—¿Porqué? ¿Qué  voy hacer aquí?— pregunto.

— Ya verás — dicho esto, se suelta y  cierra la puerta con una gran sonrisa en su rostro.

¡Ey, IDIOTA! Quiero Volver Amar ©️Where stories live. Discover now