El enigmático magnate Ethan Blake no tiene sentimientos que pueda volverlo loco o al menos eso piensa tras la muerte de su esposa. Todo murió con ella.
Por otro lado una Doctora que le costó estabilizarse emocionalmente intenta no caer de nuevo al...
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RACHEL
—Creo que necesitas contarme todo lo que ocurrio en el club, por lo que pude ver estaban muy pegaditos— Charlie dibuja una sonrisa pícara y se acomoda frente a mi con una taza de café.
Mis ganas de degollar esa linda garganta con mis débiles y cortas uñas, no estaban demás.
Aún seguía enojada tras haberme abandonado por un hombre el día anterior.
—¿QUÉ?—pregunta sorprendida ante mi sincera reacción de enfado que traigo en el rostro. Charlie toma un sorbo de su café para luego dejarlo en su lugar respondiendo—¡enserio no recuerdas nada! —niego disgustada, me quedo observandola sin decir nada esperando a que continúe — Bien cuando decidimos regresar con James después de ir a bailar, ustedes habían bebido demasiado alcohol, pero antes de eso—se quedo callada como recordando lo de aquel día.
—¿Qué?—está vez soy la que pregunto con intriga.
Conozco muy bien sus reacciones y se claramente que esta dudando en decirme pero aún así habla— estabas en el regazo del castaño sexy—.
Abro mis ojos como si estuviera viendo el mismo infierno frente a mis ojos, al escuchar eso salir de sus labios —¿Qué acabas de decir?— pregunto y ella solo se encoge de brazos.
—Solo digo lo que vi—.
Trato de recordar lo de anoche pero es en vano.
Estas jugando conmigo, Charlie.
Coloco ambas manos en mi rostro, ocultando la vergüenza, el mismo que ardía.
—Debería darte en la cabeza por no recordar el cogidon que te dio tu chico, en cambio James es tan...— menciona mordiendo su labio inferior.
Apoyo mis manos en el escritorio— No recuerdo nada pero Ethan me dijo que no sucedió nada entre los dos— Charlie rueda sus ojos ante mi comentario.
—¡Porfavor! ¿Rachel y le creiste?—.
Inseguridad desbloqueada.
Estoy a punto de hablar pero la puerta de mi oficina se abre de golpe, dejando ver a una Camila un poco agitada— Jefa, ha llegado un paciente con tuberculosis—.
—Prepara todo, localiza al Doctor de turno y que estén bien protegidos, te sigo— asiente y desaparece por donde vino.
Charlie se levanta del sillón y cuando está por salir menciona—Qué tengas un buen turno—.
Un momento.
—¿Te acostaste con el alemán?— alzo la voz pero ella solo se despide con sus manos.
Quizás ni ocurrió absolutamente nada tal y como dijo Ethan, pero la duda me carcome después de lo que Charlie me dijo.
