Llegaron a una habitación vacía, había varias camillas pero en ninguna de ellas había un paciente, el doctor lo miro un segundo y se dispuso a hablar.

—Yo soy el doctor Jesse Rutherford, estoy a cargo de Ryan, ¿usted es familiar de Ryan?

El peli-negro tragó saliva, no sabía cómo el doctor reaccionaría al saber que él no era un familiar de Ryan. Solo negó con la cabeza.

—Entonces discúlpeme, solo tengo permitido hablar con su familia...

—El no tiene familia.

Mintió. No sabía qué decirle al doctor, y lo único que quería en ese momento era saber qué pasaba exactamente con Ryan.

—Yo soy su mejor amigo, su mamá lo abandono y su papá murió.

El doctor suspiro y miró directamente a los ojos de Brendon, tenía una noticia un poco abrumadora para escuchar así que trato de ablandarla un poco. Brendon comenzó a jugar con sus dedos para calmarse un poco, no sabía que esperar o que era lo que el doctor tenía que decirle.

—Perdió mucha sangre, le tuvimos que hacer una transfusión sanguínea, de no ser así, habría muerto. La bala no logro atravesar algún órgano vital, rozó un poco el estomagó pero no es nada que no se pueda arreglar con medicamento y tratamiento—las noticias comenzaban a tranquilizar al pobre de Brendon—, tendremos que inyectar líquidos vía intravenosa para evitar que se deshidrate, por el momento está inconsciente ya que se está recuperando pero mientras sacábamos a bala despertó y nos dijo su nombre. —lágrimas de felicidad comenzaron a brotar de los ojos de Brendon—Ryan es un hombre bastante afortunado.

El doctor lo dejo entrar a la habitación de Ryan, se encontraba mejor, estaba estable. Había sido un día loco pero a pesar de eso todo había resultado bien, no podía haber tenido una mejor noticia que la de Ryan con vida. Lo tendría por más tiempo.

Al entrar en el pequeño cuarto se encontró con Ryan solo que era diferente. Estaba pálido, terrible. De nuevo los ojos de Brendon se cristalizaron, esta vez no era felicidad. Una gran sensación de remordimiento inundó su cuerpo. Sus extremidades comenzaron a temblar, cerró los ojos y pensó en la situación, ¿y si todo era su culpa?

—Lo siento Ry...

La tristeza inundó sus palabras, se hecho a correr como nunca antes lo había hecho, sabía a dónde era que se dirigía, tenía que hacer algo con lo que pasó, su situación sicológica no era de mucha ayuda, estaba por tener un colapso, tal vez, el peor que había tenido.

Doctor Patrick Stump, su rayo de esperanza, la única persona en la que veía consuelo. Si bien, Brendon sabía que el único que podía arreglar sus problemas era el mismo, necesitaba un guía para poder hacerlo, y, el doctor Stump siempre había sido el indicado, la persona en la que Brendon podía confiar a toda costa. Sin importar cuando, Patrick siempre estaba ahí para Brendon.

Golpeó en tres ocasiones la puerta esperando a que Patrick aún estuvieran en el consultorio, para su fortuna apenas estaba recogiendo sus cosas. Lo hizo pasar y de inmediato noto que Brendon no se encontraba bien.

Lo hizo sentarse en la silla negra que se encontraba ahí, era la típica silla reclinada que se encuentra en un sicólogo, al sentarse la pierna de Brendon comenzó a temblar, era involuntario y cada segundo que pasaba el movimiento se volvía más rápido.

Moon Boy| RydenWhere stories live. Discover now