Capítulo 25

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Miré mi lugar de trabajo,  no había clientes. Ese ambiente me tranquilizaba.

Estaba leyendo un libro cuando un grupo de chicos llegaron y se sentaron en una de las mesas, al fijarme en ellos los reconocí.

Nina estaba ahí con German, sentada en su piernas dándole besos en su cuello, sentí dolor en mi corazón al ver esa escena, negué con la cabeza, no tenía porque sentirme afectada.

No había nadie, Helen, la otra chica que trabajaba conmigo tomó un descanso y hace unos minutos acababa de irse.

—¿Acaso nadie atiende en este lugar? —dijo Nina.

Respiré profundo y me dirigí hacia ellos, German se sorprendió al verme, lo noté pero luego fingió no darle importancia.
Mis ojos fueron a parar con Chris, hace tanto que no lo veía, seguía estando igual de guapo y estaba acompañado con aquella chica que conoció en la fiesta.

—¿____? A quién tenemos por aquí. —dijo Nina con falso asombro.

Rodé mis ojos y sujeté un cuaderno en mi mano izquierda y con el otro acomodé un lapiz en mis dedos preparada para escribir.

—¿Qué van a ordenar?

—Mmm, ¿Qué te gustaría amor? —Nina besó la mejilla de German. —Hay tantas cosas que se ven tan apetecibles, no sé que escoger.

—Lo que tu quieras, yo pagaré.

Nina sonrió.

Pensé que con esa gran oportunidad compraría toda la tienda pero no lo hizo, solo se limitó a pedir un helado para dos personas, para German y ella, por supuesto.

Seguí tomando órdenes de los demás, y me fui lo más rápido que pude.

Cuando todo ya estaba listo, comencé a llevar los helados y cuando ya estaba por llegar alguien puso el pie haciendo que me cayera al suelo, se escucharon varias risas en especial la de Nina.

—Qué torpe eres, no se cómo te dejan trabajar aquí. Deberían despedirte.

Apreté puños, el helado estaba regado en el suelo, agarré lo más que pude y lo coloqué en la cabeza de Nina. Recibí algunas risas de parte de los presentes.

—¡Maldita! Me las pagarás, hablaré con tu jefe y haré que te despidan. —se levantó hecha furia y sujetó la mano de German tirando de él hasta la salida. —Vamonos, mi amor.

Los demás se levantaron y se fueron, miré los helados en el suelo, todo tendría que salir a mi cuenta.

La puerta volvió a abrirse, entró Chris cabizbajo y depositó dinero sobre la mesa, más de lo suficiente. Iba a hablarle pero salió rápidamente del local, agarré el dinero y lo coloqué en la caja, me dirige a limpiar, todo era un desastre.

Me pregunté si Chris había estado pendiente todo este tiempo de las mentiras de German; me presentó a su amigo, Chris me cayó muy bien y pensar que él también estuvo consiente de su mentira me lastimó.

German debía ser el mejor actor del mundo ya que logró fingir que me quería por más de 5 meses, habían veces en donde me negaba a creer todo lo que me dijo, cabía una esperanza que todo había sido un ataque de furia por el momento. Tal vez no debí creerle, tal vez debí insistir más en su perdón.

Negué con la cabeza tratando de quitar esos  pensamientos.

***

Estaba en el trabajo, hoy me quedaba hasta la noche, había menos clientes pero almenos me pagaban, estaba lista para cerrar cuando alguien entró.

Del odio al amor (German Garmendia Y Tú) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora