Thom:
Déjame explicarlo, cuando Linda te toqueteaba sin ningún disimulo —la mano, el brazo, la cara, el bonito hoyuelo, cualquier cosa—, tenía algo. Me daba esta sensación, estas ganas inmensas de quitar sus esqueléticos dedos de ti y patearle la cara como si de Mortal Kombat se tratara... Claramente en esos momentos no sabía que eran celos, sólo tenía por seguro que no quería que estuvieras cerca de ella, parecía acaparar toda tu atención y ya ni siquiera parecías querer reírte de Kylie conmigo.
No únicamente eso me molestaba, era terrible comenzar a ver defectos en mí cuando siempre tuve una autoestima alta, no de esas que piensan horas que ponerse o creen que todo les queda mal, pero ahora me comparaba con Linda y ella era... bueno, era linda, como la palabra.
—Entonces, ¿saldremos esta noche? —te susurró lentamente.
Creí que se veía como un puma merodeando a su presa.
—Claro —dijiste sonriendo, ella se marchó.
No, no podía soportarlo. Reemplacé su lugar a tu lado en el almuerzo y me mordí los labios mientras te veía.
—¿Qué? —preguntaste. Lucías confundido, me recordó a los primeros días de clase.
—Te ves muy bien hoy, Thomas —lamí mis labios pensando que me veía completamente estupida, pero tu mirada se fijó en mi pronta sonrisa y luego solo quise volver a besarte.
Te quise —aunque sigues siendo un imbécil—, Sophie.
YOU ARE READING
The First
Short Story"Sé que no siempre parecí la mejor chica del mundo, pero espero que esto ayude a que me comprendas. Léelas todas, ¡por favor!" //Historia finalista en los Premios Watty 2014//