Capitulo 33

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El llegar hasta la tienda le llevó poco más de quince minutos y Zayn caminó de un pasillo a otro, agarrando un par de pantalones de deporte, dos pares de pantalones negros y otro par de vaqueros para Liam, pensando alegremente que se quedaría con el algo más de tiempo mientras intentaba persuadirlo. Es más, todavía tenían que encontrar a un auténtico psíquico. Mirando entre un montón de camisetas, eligió las más grandes, rezando para que fueran de la talla de un hombre con la constitución de un luchador de la WWE. Los zapatos vinieron después, pero no estaba seguro del cuál sería el número.

Si es grande por todas partes, pensó, calcula que los pies también serán igual de grandes. Zayn no quería continuar pensando en esa dirección pero, aun así, tuvo que hacerlo...¿Bóxers? ¿O calzoncillos? Con las mejillas enrojecidas y el cuerpo caliente, lanzó un paquete de cada uno en la cesta.

Después vinieron los condones. Había tantas marcas que simplemente no sabía cual escoger, así que extendió la mano para coger una caja, cualquier caja, pero luego se congeló. ¿Y si sus hermanos se escondían cerca, esperando para saltar y gritar ¡Buu!. Alzando la barbilla, miró hacia la izquierda y a la derecha, asegurándose de que nadie lo observara. Encontrándose solo, agarró rápidamente una caja con grandes letras anaranjadas, dos cajas de lubricante y otra de des lubricante, sin saber que preferiría Liam.

También cogió con rapidez un tubo de espermicida y otro tubo de lubricante vaginal. No estaba segura de que todas esas cosas fueran necesarias, pero no quería equivocarse en cuanto a la precaución. Además, sin duda alguna, Liak había estado con muchas, muchas personas, todas sofisticadas y con experiencia a la hora de proporcionarle placer, estaba seguro. No quería quedar como el peor amante de todas las galaxias.

Liam había mencionado una vez un masaje con aceite y plumas. Quizás era una de sus fantasías, una fantasía que podía realizar. Después de encontrar el aceite, tropezó con un plumero con todos los colores del arco iris. Perfecto.

¡Um!, ¿Y ahora qué? Obviamente, era un poco pervertido, ya que una vez habló de azotarlo, y no es que planeara recordárselo... No en un futuro próximo, en todo caso. Sin embargo, Zayn no quería que pensara que no podía manejar unapequeña esclavitud, así que caminó hacia el pasillo de los juguetes y se apropió de un par de esposas de plástico y un poco de cuerda, decidiendo dejar de lado el sombrero vaquero de paja. 

En la caja, un feroz rubor se extendió como la pólvora a través del rostro y cuello cuando el vendedor, un chico alto, desgarbado, de no más de veinte años, levantó la caja de condones y le dirigió una sonrisita de sé-lo-que-harás-esta-noche, seguido de:

- ¿Quiere que compruebe el precio de esto? Creo que están rebajados. 

- Uh, no. Pagaré el precio entero. - Con un poco de suerte, no tendría que volver a ver a ese adolescente que se rió a carcajadas.

Conduciendo hacia la casa, se preguntó cómo reaccionaría Liam ante las compras. ¿Le dirigiría aquella lenta sonrisa que le derretía los huesos, y luego lo cogería entre sus brazos? Oh, sí. Eso era exactamente lo que haría, y no necesitaba de ninguna capacidad mágica para predecir lo pasaría después.

Aparcó el coche en el camino de entrada y levantó las bolsas del asiento del pasajero. Prácticamente flotó hasta la puerta delantera, que estaba abierta, notó, frunciendo ahora el ceño. ¿No le había dicho expresamente a Liam que se quedara dentro?

¿Dónde había ido el guerrero extraterrestre?

- Será mejor que esté aquí - refunfuñó con ferocidad.

Enfurruñado empujó hasta abrir la puerta de la calle y entró. La primera cosa que notó fue que el volumen de la televisión aumentaba a cada paso, demasiado alto. Pudo distinguir varias voces masculinas riendo, bromeando y eructando. Pero pronto descubrió que no estaba en la sala de estar, y que la televisión no estaba encendida.

La Estatua (Ziam) Adaptada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora