Muse (NoRen)

[ESPECIAL] Desde arriba

- Pues el novio tiene un gusto muy peculiar para los amigos.

- Ya, bueno. Según lo que me ha dicho mi hermano, es muy interesante- Taeil se giró hacia ella, frunciendo el ceño- Y, cuando digo interesante, me refiero a que está loco. Al principio, fue muy maleducado con él. ¡Deberías de haber oído lo mucho que se quejaba de él! No sé cómo se hicieron amigos, pero Jeno está feliz… ¡Aún así, juro que, si no estuviese muerto, ya habría acabado con él!

- Ajá- contestó Rose, metiéndose el dedo en la oreja.

Taeil se relajó y miró de lado a lado.

- Tal vez debamos esperar dentro - sugirió.

Pasaron al lado de Donghyuck, que repetía lo que había leído en el papel. En un momento dado, se trabó, echó un rápido vistazo a la hoja y siguió hablando.

A la entrada de la iglesia había n grupo de invitados bastante extraño. Taeil se sintió orgulloso de recordar quién era cada uno, sólo por las descripciones que le había dado Jaeno. Vio al niño de mantenimiento, cuya camisa estaba un poco vieja. También había una pareja muy atractiva- un hombre moreno despeinado y uno rubio muy guapo y exótico, con una cicatriz que le marcaba la cara- acompañado de un adolescente peliazul que llevaba un traje café. Un hombre de cabello naranja hablaba con un rubio que sostenia un bebé pequeño en sus brazos…

- ¡Oh, ese es Mark!- le indicó a Rose- ¡Acaba de adoptar a Jiminnie, el bebito!

Rose asintió, ausente. Taeil pestañeó, observando lo aburrida que parecía y preguntándose si se sentiría fuera de lugar. Tendría que ser bastante duro tener que acompañar a gente como él, feliz de asistir a las bodas de sus familiares. Justo cuando iba a preguntarle cómo era su familia, ella levantó la mano y señaló a alguien.

Taeil reconoció a Huang Renjun de inmediato, a pesar de que el hombre apenas tenía color en su rostro. Estaba apoyado en la pared y daba la impresión de que estuviera a punto de morir. Estaba apoyado sobre una mujer de pelo gris, que trataba de animarlo con sus palabras.

- Ése es el novio de mi hermano… y su madre, supongo.

Rose sonrió y el portapapeles se materializó en sus manos.

- Espera, deja que compruebe si no le estamos esperando para hoy.

- ¡No digas eso!- se alarmó Taeil.

Un hombre de pelo plateado y una gran sonrisa, que llevaba a una niña pequeña dormida, entre sus brazos, salió de la sala y le indicó a todos que fueran tomando asiento. La gente empezó a murmurar en voz alta y el padre de la pequeña la cogió en brazos.

También había bastantes periodistas, que podían reconocerse por sus libretas, cámaras y ojos avizores. Rose los miró con curiosidad.

- Huang Renjun es famoso- le dijo Taeil. Ambos siguieron a los periodistas, dentro de la sala, y se sentaron en un banco vacío, del fondo. Por un momento, se quedaron mirando a los invitados que había, mientras escuchaban parte de la conversación que estaba teniendo el novio con su madre, fuera.

- Todo irá bien, cariño.

- ¿Y si no puedo hacerlo feliz? Ya sabes lo mucho que pueden cabrearse los dragones y él es especialmente difícil…

- Renjun, deja de tratar a tu prometido como si fuera un dragón.

- Madre, no puedo negar lo que es y hoy voy a dar mis votos ante la ley… Au, au, au, suéltame. Es mi oreja. Necesito mi oreja…

- También le habría pegado a él- murmuró Taeil, cruzándose de brazos- Cómo se atreve a llamar dragón a Jeno…

Rose observó sus uñas.