Capítulo 7: Regalo para Sazafras

325 29 9
                                    

¡Ya me acordé! ¡Xibalba! Pero debe de estar en el amuleto en el fondo del mar. Así que no cuenta.... Clovis, tampoco lo he visto y menos a Skullivard, aún que escuché de él, simplemente. Creo que también me faltan los lemurianos, pero... No espero verlos. Gumball debe estar atrapado. Anubis, está en el mar de Dezer....

Estaba tan sumergida en mis pensamientos, que no noté que la calle principal estaba poblada de gente comprando o paseando. ¿Tan rápido paso la tarde?, ¿Me habré insolado? Espero que no. Me paré y recuerdo en que momento me había sentado.

Tomé rumbo a la tienda de brujerías de Sazafras. En el camino, pensé en comprarle algo para agradecerle, pero recordé que no tenía nada conmigo en esos momentos. Dirigí una de mis manos a un bolsillo del pantalón y sentí unas cosas circulares. Las saqué y era tres doblones, ¡La suerte esta de mi lado!, ¡Gracias Triángulo!

Me acerqué a una tienda en la que vendían joyería pensaba en comprarle algo de eso. ¿Un collar? No, arruinaría su estilo de bruja; ¿Un par de aretes? No, tiene muchos; qué tal... ¿Un anillo? No, parecerá que le estoy pidiendo matrimonio. Hay mi mentalidad.... ¿Por qué a mi? Entonces, sentí una ganas profundas de comer algo. Giré mi cabeza hacia el puesto de al lado del que estaba, y allí vendían cosas dulces. Otra vez, ¡Gracias Triángulo! Compré gastando todo lo que tenía, y me dispuse a volver a donde estaba Sazafras.

Mientras caminaba, sentí ruidos de huesos. Volteé mi cabeza hacia el puerto y no había ningún barco, ¿Será que vigilan? No sé, tal vez les pregunté si el miedo no se apodera de mi. Primero que nada.

Pasaron a un costado mío con espadas, apuntado hacia abajo. Al principio me acobardé, pero justo cuando llegó el último esqueleto, lo detuve.

—¡Alto, por favor!— él fue el único que volteó a verme. Mientras que el resto seguía caminado en fila recta.

—¿Qué sucede?— preguntó alarmado.

Está bien (TN), saca el valor de donde menos lo esperas, osea de ningún lado. Tomé aire y lo miré con los ojos bien abiertos, provocando que levantara la parte de arriba de su ojo o levantara su ceja. Aún no sé cómo funciona eso.

—¿Q-qué están haciendo? Ya qué.... Hace rato ví que estaban pasando por el mar...— dije bajando la cabeza, pero no la mirada.

—Estamos vigilando de que ninguno de los 7 c's cause terror en Marituga, es nuestro privilegio proteger esta isla— dijo orgulloso de si mismo. Me lo quedé viendo y le sonreí.

-—Gracias, ahora me siento más segura...— dije caminado de espaldas. Él asintió y comenzó a correr detrás de sus compañeros.

Me di la media vuelta y comencé a caminar normalmente hacia la tienda. Así que... ¿Son tan peligrosos los 7 c's?, ¿Tanto, tanto que vigilan mucho a cada segundo? Le preguntaré a Sazafras, para que se me aclaren esas preguntas. Y, hablando de la reina de Inglaterra, la encontré esperándome en la puerta.

—¿Dónde estabas?— preguntó un tanto preocupada mientras se acercaba a mi, a pasos cortos.

—Quise ir a conocer Marituga, y no quería molestarte así que... Fuí sola— sonreí. Luego ella también lo hizo, y dirigió su mirada hacia la bolsa que tenía en una de mis manos.

—¿Qué es?— preguntó mientras olfateaba el aroma que desprendía. Y comenzó a estirar sus brazos hasta la bolsa pero se lo  levantándoselo a una altura que no alcanzara.

—Te doy un poco, si a cambio me respondes a lo que te diga— dije colocando una de mis manos en mi cintura con una sonrisa.

—Lo que sea, pero quiero un poco— dijo extendiendo sus brazos y saltando para alcanzarlo. Este era mi momento.

—Quiero que me digas todo sobre los 7 c's....—

Y... Los horarios vuelven a ser los de siempre. Bueno... Eso nomás...

¿Que le contestará Sazafras?

Bye bye petit pirate

The Bad Boy (Zak Storm)Where stories live. Discover now