Corro a punto de perder el aire, tratando de no retrasarme, al lugar de adopción de perros en la ciudad. Es un espacio acogedor y tranquilo.
Acordamos de vernos allí con Calum, ya que queremos pasar todo el día juntos, y que, además, a lo que va a ser el final del día, tiene una sorpresa para mí.
Esperemos que no sea otra ex novia o algo por el estilo porque prometo que lo asesino.
Abro la puerta del local y siento el aire frío que corre por mi piel. Inhalo y exhalo profundamente, y así recupero el aire rápidamente. Comienzo a caminar por el lugar y veo a Calum, que esta agachado, distraído con un perrito que está en una especie de mini casa. Calum suele estar en su mundo cuando se trata de perros, por lo que no nota mi presencia. Me pongo de cuclillas a su lado y le muerdo suavemente la mejilla.
Se da vuelta y una sonrisa brillante aparece en su rostro. Coloca una mano en mi mejilla para besarme cariñosamente.
Es demasiado hermoso, no es posible.
Estoy segura de que ni los perros babean tanto como yo en estos momentos.
