The 100. Fraternity

7. Out of control

Nora empinaba la botella de vodka de cereza todo lo que podía para que esas últimas gotas rosadas que se resistían a resbalarse por el vidrio del recipiente bajaran hasta su boca. Tras bebérsela entera, se relamió los labios sin problema, ya que el pintalabios que se había aplicado era del tipo del que no se corría, manchaba o se quitaba con facilidad. Toda la habitación le daba vueltas y la música se metía demasiado dentro de sus oídos.

-¿Nora?- oyó a Darrell, que caminaba hacia ella con los puños apretados. -¿Has visto a Cameron por aquí?- la ebria chica negó con la cabeza. -¿Estás borracha?

Nora apoyó una mano en la pared, intentando mantener el equilibrio, y se apartó un mechón de pelo rubio que le caía vagamente por la frente.

-¿Yo, borracha? ¿De dónde te sacas eso?

Darrell puso una expresión neutra y cogió la botella vacía que Nora había dejado en el suelo, y la sostuvo en la mano como si estuviese esperando una respuesta. La chica se inclinó hacia delante y entrecerró los ojos.

-La botella ya estaba vacía cuando me la diste- balbuceó Nora con voz lenta.

La chica tropezó con sus propios pies, mas consiguió no caerse. Darrell puso los ojos en blanco y le tendió la botella sin ninguna sustancia dentro para disponerse a irse del salón. Ésta se coló entre los pequeños huecos que apenas dejaban las personas amontonadas en la sala, consiguiendo llegar con dificultad hasta la puerta principal. Salió a la fría interperie nocturna, y la primera brisa fresca que sopló fue suficiente para provocar que intentara cubrirse los brazos con sus menudas manos mientras pequeñas bocanadas de aliento helado que salían por su boca acompañaban a su voz, clamando el nombre de Cameron. Al no obtener respuesta, echó un vistazo rápido alrededor del jardín delantero de la fraternidad, pero sólo divisó a Jasper y a Monty fumándose un porro a lo lejos. Al darse cuenta de su presencia y girar la cabeza para mirarla, Jasper le dio una última calada al porro que compartía con Monty y se lo pasó, echando el humo que había exhalado mientras se dirigía hacia Darrell con las manos en los bolsillos.

-Hola Darrell. ¿Qué haces aquí fuera? Creía que te estabas restregando con tu nuevo ligue de la semana- le dijo.

-Y eso pensaba seguir haciendo, pero ahora no lo encuentro por ninguna parte- se quejó Darrell, dando un fuerte pisotón en el suelo con el tacón, frustrada.

-¿Crees que a lo mejor ha encontrado a otra que bese mejor que tú?- preguntó Jasper, sarcástico.

Darrell lo fulminó con la mirada y Jasper captó el mensaje, tragando saliva.

-Imposible. Aún no me lo he tirado y no puedo deshacerme de él- explicó Darrell, el cual era el método que realizaba con todos los chicos a los que les echaba el lazo, mientras enrrollaba un mechón de su negro cabello alrededor de su dedo índice. -Además... Esta vez no me apetece tanto deshacerme de él- soltó de repente.

-Ah, ¿No?- repitió Jasper sorprendido.

Darrell negó con la cabeza, asomando un poco el labio inferior.

-De ninguna manera. Es el tipo de chico el cual todas las chicas querrían tener como novio: guapo, rico, atlético, inteligente...- comenzó a nombrar la muchacha. -¿Sabes? Creo que podría quedarme con Cameron un poco más. Es un chico que se preocupa por mí y me entiende, no es un doble de Bellamy Blake, que en cuanto ve pasar a otra chica guapa por su lado la sigue hasta que terminan liándose.

-Si tú lo dices...- le seguía el rollo Jasper, que había dejado de prestarle atención desde el momento en el que dijo que quería quedarse con Cameron más tiempo de lo usual. -Si me disculpas, tengo que ir a mear. Enseguida vuelvo- dijo, y volvió a entrar en la casa.

Jasper consiguió pasar rápidamente entre la gente con facilidad, ya que sabía abrirse paso, y se dirigió al cuarto de baño de la planta baja, que se encontraba justo debajo de las escaleras. Pero al abrir la puerta se quedó completamente inmóvil ante la escena que presenciaban sus ojos: Cameron estaba de pie con los pantalones y los boxers bajados con una chica con las piernas abiertas sentada sobre el lavabo, con el escote bajado y los pechos cubiertos por el sujetador asomando, y esa chica resultaba ser Tiffany Chalmers. Antes de que alguno de los dos pudiera percatarse del chico, Jasper cerró deprisa la puerta, procesando lo que acababa de ver. Cameron Ackerman era aquel chico que Darrell decía que se preocupaba y haría lo que fuera por ella, aunque acababa de comprobar que no era así, y Tiffany Chalmers era la rubia de bote con la que Bellamy quería acabar la noche en la cama. El chico sacudió la cabeza, decidiendo olvidar aquello, y se dispuso a dar un paso al frente, pero de repente se encontró con Darrell.

-¡Darrell! ¿Qué haces aquí?- exclamó Jasper.

-Eh... Sigo de fiesta, y por cierto, necesito usar el baño.

-¿El baño? ¿Qué baño?- preguntó el chico cubriendo la puerta.

-Ese baño al que te acabas de lanzar cual lagartija sobre una pared, apártate- quiso acabar la conversación la joven, dándole un codazo a Jasper para que se apartara, pero el muchacho la cogió por los hombros y la condujo escaleras arriba.

-Mira, ¿Por qué no utilizas mejor el baño de arriba? Es que ahora mismo hay alguien vomitando en el de abajo y probablemente tarde demasiado en desatascarlo- le ofreció, subiendo los escalones junto a ella.

Darrell abrió la boca para decir algo, pero antes de que se girase y las palabras comenzaran a salir de su boca, Jasper cerró la puerta del baño tras ella y la dejó en aquella habitación sola, con una gran sensación de confusión alrededor de su cabeza.

***

Nora daba vueltas por el salón sin ningún rumbo en concreto, y hubo un momento en el que el tacón se le rompió y se tropezó hacia adelante, con tanta suerte que unos brazos la salvaron de caerse de bruces en el suelo. La borracha chica se apartó los mechones de la cara y alzó la vista.

-¡Jasper, hola! ¿Que haces tú por aquí?- preguntó con alegría.

-Pues no lo sé, ¿Tal vez vivo aquí?- respondió con ironía, aún sujetando a la muchacha.

-La verdad es que yo tampoco lo sé, luego se lo preguntaremos a alguien- continuó hablando Nora, dándole una palmadita en el hombro al chico, y Jasper se percató de lo ebria que estaba. -Necesito dormir un rato. ¿Tenéis alguna habitación libre?- preguntó de pronto.

Jasper se encogió de hombros con indiferencia.

-Esta noche están todas libres, sírvete tú misma.

Nora se irguió y se despidió del muchacho sacudiendo la mano. Acto seguido, volvió a adentrarse entre el pelotón de gente borracha y sudorosa que movía cualquier parte de su cuerpo de forma exagerada sin seguir ningún tipo de ritmo musical, y logró encontrar las escaleras. Subió un par de peldaños y justo en el sexto escalón, su tacón la traicionó e hizo que se tropezara, mas ella se volvió a levantar, se sacudió la falda e hizo como si nadie la hubiese visto.

La ebria muchacha consiguió llegar al piso de arriba, y su mente comenzó a girar al ver tantas puertas a su alrededor. Eligió una al azar, tiró del polo y entró. Una varonil silueta yacía tumbada boca abajo sobre una gran cama deshecha. El individuo soltaba pequeños ronquidos sonoros. Nora se quitó los tacones, se subió a la cama y gateó hacia el chico.

La habitación estaba en la oscuridad total, así que no se veía con claridad el rostro de aquel muchacho, pero Nora pensó y estaba segura al cien por cien que aquel tío era Trevor Hemphill. La joven le dio la vuelta al cuerpo dormido y se le puso encima.

-¿Tiffany?- preguntó entonces la voz adormilada del tipo.

Nora se extrañó. Tal vez el supuesto Trevor se había confundido de chica al no ver nada en la oscura habitación o tal vez iba demasiado borracho y dijo el primero nombre que se le pasó por la cabeza.

-Cállate- le espetó Nora, y se lanzó salvajemente a los labios del chico.

Éste le siguió el beso y comenzó a meter la lengua.

A Nora ya le daba completamente igual si aquel tío era Trevor Hemphill o no. Ella solamente quería sentir a un hombre antes de que acabase la noche.