—  ¿Sabías que me encantan tus hermosos labios? – Susurra el pelinegro cambiando de posiciones, para quedar sobre Jimin.

—  Constantemente me lo dices...- Sonríe este. – Adoro que lo digas...

Se miran con ternura por unos segundos, volviendo a besarse pero está vez de una forma mucho más lenta y tranquila. Amaban esos cambios. Pasar del sexo desenfrenado a hacer el amor con total delicadeza. A veces creían que realmente era demasiada las veces que llegaban a hacer, más al pensar que realmente necesitaban del otro de una forma casi desesperante, les hacía pensar que estaba bien se demostraran su amor de esa forma. Al fin y al cabo, la relación era de ellos.

—  ¿Qué quieres hacer, Daddy~? – Gime maliciosamente el chico bajo el otro, añadiéndole aquel tono seductor que su novio siempre le reprochaba. Ese que lo hacía perder la cabeza.

—  Mmh...- Se escucha cuando Yoongi comienza a besar el suave pecho de Jimin, dejando fuertes mordidas y varias marcas más a la colección. – Quiero comerte, bebé.

Una sola mira lo dice todo, cuando Jimin ya se encuentra gimiendo con gusto al sentir que su longitud es tomada por la boca de su novio. Las lamidas son constantes y firmes sobre la punta, mandando miles de descargas eléctricas por su espina dorsal. Levanta la cadera de la cama en busca de enterrar más profundamente en la boca experimentada de Yoongi, hundiendo también sus dedos en las oscuras hebras. Da pequeños jalones al cuero cabelludo, siendo mucho más delicado a comparación de cómo lo hacía Yoongi.

El húmedo sonido que denota que le están comiendo su hombría es excitante. Una pálida mano viaja por su cuerpo, llegando finalmente a su entrada. Levanta un poco la cabeza para ver qué siguiente movimiento hará su chico, notando que hábilmente ya está embarrándose la mano con el mismo lubricante que había utilizado antes.

—  ¿Listo?

—  Para ti siempre. – Sonríe gustoso Jimin, hasta que siente la intromisión en él.

Los dedos de Yoongi han comenzado a penetrarlo, mientras continua lamiendo la longitud de su novio. Los sonidos se funde como si fueran uno solo, subiendo más la temperatura. Volviéndolo más excitante.

Jimin continúa tirando del cabello del pelinegro, hundiendo su pene en la deliciosa boca que se lo está devorando. Cierra los ojos notando las olas de calor subir desde su vientre hasta su rostro, esperando poder liberarse. Pero eso no sucede.

Yoongi se aparta de él, confundiéndolo. Está a punto de preguntar qué es lo que sucede, cuando sus piernas son jaladas con fuerza hasta el borde de la cama. El pelinegro lo arrastra con una gran sonrisa sin decir nada, para que un segundo después lo esté tomando en brazos sin problema alguno.

—  ¿En serio? – Ríe Jimin enredando sus piernas en la cadera del mayor para no caer. Varias veces habían intentado aquello posición. El problema era que Yoongi se cansaba rápido y todo terminaba en desastre.

—  Ya lo verás.

Jimin coloca sus manos en los hombros de su novio para sujetarse mejor, cuando la pared toca su espalda y varios escalofríos lo recorren de pies a cabeza. Toquetea la piel pálida del hermoso hombre que tanto tiempo le ha amado, bajando sus manitos por los brazos de este. De repente se detiene.

—  ¿P-pero qué...?

Mira alternando los brazos de Yoongi y luego su rostro. Este se mantiene sonriente, sosteniéndolo del trasero con una mano y con la otra toma sus muñecas para subir sus brazos por sobre su cabeza. La excitación sube por el cuerpo de Jimin al notar lo que su novio le había estado ocultado.

Hace un par de meses Min, alías el flojo Yoongi, había comenzado a ir al gimnasio. Había reclamado un montón de días que nada estaba dando resultados, a lo que Jimin solo le alentaba para que continuara yendo y así pueda mantener una vida más saludable. No fue hasta casi dos semanas atrás que Yoongi no dejaba mostrar ni un rastro de su cuerpo al menor. Y ahora entendí porque.

Mientras se lo follaba no había puesto especial atención a los músculos que habían comenzado a marcarse por el abdomen del pelinegro y mucho menos a los abultados bíceps y tríceps que ahora podía ver con claridad. Los delgados brazos de Yoongi se habían engrosado un poco, viéndose como un real dios griego.

Tenía demasiada suerte.

La boca de su novio vuelve a invadir la suya y necesita forzarse a respirar con fuerza por la nariz, ante la falta de aire que siente. Quiere que se entierre en él sin pensarlo, obteniéndolo luego de un rato de sucios besos. Grita, se retuerce y llora. Yoongi se ha metido en él con tanta fuerza que necesita dar grandes respiros para que el llanto no lo domine del todo. Los besos y mordidas de su novio bajan por su cuello, comenzando a embestirlo contra la pared sin pena alguna. Los nuevos músculos se contraen y se ven deliciosos a la vista de Jimin.

No hay nada de delicadeza en aquella segunda vez. Las embestidas son duras, los gemidos altos y el ambiente se siente sofocante. Sus respiraciones agitadas se combinan, jadeando el nombre contrario en medio de la noche. No pasa mucho hasta que Yoongi da fuerte en el punto dulce de Jimin, para hacer terminar sin problema. Sus gemidos agudos continúan escuchando aún después de terminar, provocando que él también termine con fuerza. Siente que la fuerza se le va y como puede, camina hasta la cama y lanza a Jimin a ella.

—  Que considerado de tu parte. – Se queja el menor dando vueltas por la cama ante el ardor en su trasero.

—  Era eso, o te tiraba al suelo...- Ríe Yoongi todo sudoroso, colocándose a su lado para poder recuperar el aliento.

Se abrazan sin importarles lo asquerosos que están, colocándose Jimin sobre el pecho de Yoongi mientras este lo envuelve con un brazo para acariciar su cintura. Sus corazones saltan con fuerza en sus pechos y sonríen satisfechos por todo lo que ha pasado. Desde siempre había sido de esa forma y les agradaba que aquello no hubiera cambiado para nada, incluso con el tiempo.

—  Jimin. – Susurra con los ojos cerrados Yoongi, sintiéndose sumamente relajado con el calor que transmite el cuerpo pegado al suyo.

—  ¿Mmh? – Contesta el menor mirando el rostro del mayor y sonríe al verlo en el mismo trance de siempre.

—  Jimin.

—  ¿Qué? – Contesta riendo pasando su mano por el pecho contrario hasta su abdomen, delineando con un dedo los abdominales que ahora sí nota.

—  Nada, sólo me gusta decir tu nombre. – Sonríe y abre sus ojos para admirar el aun aniñado rostro de su novio.

—  Tonto. – Le golpea, pero su mano es sujetada antes de que de un segundo golpe.

—  Jimin.

—  ¿Qué?

—  Te amo. – Sonríe ampliamente Yoongi y lleva la mano entre la suya hasta sus labios, para dejar un tierno beso en los nudillos de esta.

Jimin trepa hasta el cuerpo del pelinegro y le besa todo el rostro escuchando la ronca risa salir de los labios del mayor. Lo besa repetidas veces y cuando finalmente llega hasta esos delgados labios que siempre le saben a amor, susurra aquello que tiene más que claro Yoongi.

—  Yo también te amo, mi amor. – Le besa con cariño. – Feliz aniversario.

—  Feliz aniversario, bebé.








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Finalmente después de un mes, lo terminé jaja.
¡Gracias por los 16k!
Espero lo hayan disfrutado ^^❤️

TWO WAYS ❌ | JS+YM [Two shot]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ