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Este amor tan fatal
Que atenaza mi mente
Esta fiebre de ti
Estas ansias vehementes
Este calor de infierno
Que me abraza la frente Perdonándote todo
Tu pasado y presente.
Pero no puede ser, no
Ir hacía ti sería
Dejar en el camino de mi vida
Los restos de mi ser.
Arráncame, arráncame, Dios mío Esta idea perversa
De desearla siempre
Sobre todas las cosas.
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-POV LAUREN-
Al regresar a la casona, me encerré en mi habitación y lloré lo que había estado reprimiendo. Lloré por todo lo que ha pasado en mi vida, por lo que está pasando y por lo que ya no va a pasar.
Volví a ese sentimiento de odio a mí misma por no hacer las cosas bien, por siempre arruinar mi propia felicidad, por siempre tomar absurdas decisiones, y por mi cobardía.
- Carajo... -di otra calada a unos de los cigarrillos que le habia robado a Chris.
Era más de media noche, no podía dormir, así que sólo me quedaba pensar bien en lo que debía hacer.
De repente, escuché la puerta principal cerrarse.
-Imbécil-murmuré, pues era Dan quién ya había llegado.
Apagué el cigarrillo, y me metí al baño para asearme, para cuando salí de nuevo Dan estaba sobre la cama, estaba ebrio.
-Lauren...-habló volteando a mirarme, y empezó a reír como un loco.-Lauren,Lauren,Lauren-decía entre risas.
-¿Qué es tan gracioso?-pregunté con seriedad, odiándolo tanto.
-Platiqué un poco con el capitán del Río-murmuró quitándose los tirantes del pantalón.
-¿y...?-pregunté como sin nada, dirigiéndome a la cómoda para coger un el cepillo para mi cabello.
-Me ha contado algo gracioso-soltó otra carcajada, parecía un verdadero imbécil- El sábado... tenemos una cena en su casa, te pones muy guapa y todo-dijo cambiando de tema.
-Tengo cosas que hacer-Él me miró por unos segundos, y volvió a reír.
-¿Tú? ¿Cosas que hacer?-Rodé los ojos al escucharlo- Si eres una buena para nada, no haces nada, ni si quiera sabes preparar tu propia comida.
-Estoy volviendo a pintar, y no me importa si me dices que son una porquería. Tú opinión y tus comentarios son una mierda, tú no sabes nada de Arte-fue lo último que dije, pues salí del cuarto para dormir en la habitación de huespedes; justo dónde dormía mi Camila cuando se quedaba en la casa.
Me sorprendió mucho el hecho de que Dan no viniera detrás de mí, pero lo agradecía mucho al cielo.
*
Desperté al sentir suaves caricias sobre mi rostro. Cuando abrí mis ojos, la ví a ella, vi sus ojitos cafés y tuve el mismo sentimiento que cuando los miré la primera vez.
-Buenos días-murmuró con una sonrisa-El señor Clayton me mandó a despertarla-pasé mis manos empuñadas por mis ojos.
-Buenos días... -Saludé con una suave sonrisa- ¿Estás bien?- Pregunté de inmediato.
-Si,sí tú lo estás.
-¿Me abrazas?-pedí como una pequeña niña en una 'absurda' forma de pedir perdon.Y ella, sonriendo con suavidad asintió cumpliendo mi deseo.
-Te abrazaré las veces que tú quieras, y las veces que tú lo necesites-susurró envolviendome con sus delegados brazos-Siento haber gritado ayer, eso no estuvo bien, es sólo qué...
