Jungkook.... 20 años, príncipe de Valdovia, es él típico chico mujeriego que no toma nada enserio las cosas, pero después del fallecimiento de su padre se ve obligado a heredar él trono.
Young Mi.... 19 años, trabaja en una cafetería y un orfanato d...
-bueno ya es un comienzo- suspire, me dirigí de nuevo al palacio para esperarlo, entre a la cocina -Martha? En donde estas?-
-estoy aquí- sonrió mientras salía del cuarto del almacén de alimentos
-el Príncipe ira a la escuela- sonreí -tendrás que hacer otro desayuno-
-ya lo hice- sonrió
-pero… como supo que…-
-cuándo vi que el Príncipe venia corriendo detrás de ti, supe que aceptaría ir, nunca había visto que una persona lograra una actitud así en el- sonrío -que hiciste?-
-bueno yo… -
-Martha buenos días- entro Jungkook a la cocina -podrías darme de desayunar?... Martha?-
Martha no dejaba de mirarlo, se veía sorprendida y muy feliz de verlo
-Príncipe… hace mucho que no lo veía con el uniforme de su escuela- sonrió
-oh, tienes razón- sonrió
-ahora mismo le traigo su desayuno, tome asiendo… tu también Young Mi- sonrió y se fue
Por alguna razón no podía dejar de mirarlo, realmente se veía muy bien con el uniforme
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-que tanto me miras?- dijo mientras se sentaba en la mesa -te parezco demasiado atractivo?-sonrió
-que?! No! Ya quisieras- me senté y trate de cubrir mi sonrojo
-no tienes que mentir se que me veo demasiado sexy con el uniforme- en ese instante llego Martha con el desayuno, estuvimos en silencio todo el tiempo, Jungkook termino primero, subió a su habitación y bajo con su mochila -me voy-
-Príncipe!- grito Martha
-que?-
-no esperara a la señorita Young Mi?-
-no, ella puede ir sola- sin mas salió del palacio
-no te preocupes Young Mi, Franco te llevara a la escuela-
-pero el no llevara al Príncipe?-
-no, el Príncipe se va en su automóvil-
-a ya veo- termine de desayunar, lave mis dientes y fui a la puerta del palacio
-toma aquí tienes todo lo que necesitas- Martha me entrego una mochila muy linda -que te vaya muy bien en tu primer día-
-gracias eso espero- me despedí de ella y subí al gran auto de color negro
Durante el camino platique mucho con Franco, el tenie 62 años, y es una persona muy graciosa, al instante me hice su amiga así como con Martha.
Mi corazón comenzó a latir muy rápido cuando Franco me dijo que ya habíamos llegado
