One Shots de George Harrison

Do You Want To Know A Secret?

Me levanté un poco más tarde de lo usual. Eran las 7:45 a.m. y la puerta de la escuela la cierran en solo diez minutos. Apenas iba a la mitad del camino tratando de ir lo más rápido posible, casi corriendo, para tratar de llegar a tiempo ya que a causa de mi retraso perdí el autobús que me lleva todos los días. Estoy con los nervios de punta porque hoy tengo un examen de inglés demasiado importante justamente a primera hora y no quiero, más bien no puedo, perderlo por nada del mundo. Si no llegara a tomarlo, o a suspenderlo, mi nota del semestre se vería en peligro.

Estaba absorta en mis pensamientos cuando escuché que alguien dijo "Pi, pi" detrás de mí, seguido de un estruendo y un fuerte dolor en mi trasero. Había sido golpeada por una bicicleta y me caí en medio de la acera.

­—¡Rayos, no deberías montar por encima de la acera! ¡Y si lo vas hacer, por lo menos fíjate por donde andas! —le dije enfadada a la persona de la bicicleta sin mirarla mientras me frotaba en el muslo.

—Y tú deberías de relajarte un poco.

"Esa voz".

Cuando levante la cabeza me di cuenta de que, efectivamente, era George, mi mejor amigo y amor secreto, quien me miraba con una sonrisa ladeada.

Llevaba conociendo a George desde 4to. grado de primaria y desde ese entonces había estado atraída hacia él, aunque mis sentimientos se hicieron más fuertes cuando entramos a 1ero. de secundaria cuando entendí que realmente estaba enamorada de él. Ahora estábamos en nuestro último año, él con sus recién cumplidos 18 retoños y yo un año menor.

—Oh, no me había percatado de que eras tú —dije ruborizada lo que le hizo reír.

—"Percatado". Ni mi abuela habla así Lila —respondió en un tono divertido mientras me ayudaba a parar del suelo. Me había llamado Lila, era el apodo que me había puesto porque esas son mis flores favoritas.

—Ay, cállate Harold. Estoy muy nerviosa por el examen, sabes que me va mal en esa materia y aparte voy, o mejor dicho, vamos llegando tarde a la escuela —dije rápidamente.

—Sí, sí; pero no te preocupes por el examen, yo soy británico por si no lo recuerdas, nos sentamos juntos en esa clase así que te puedo dar una "ayudadita" —dijo bromeando con un tono triunfante.

—Sí, claro, para que pase lo de la última vez y nos pille el profesor Polanco y terminemos, de nuevo, en la dirección —le respondí cruzándome de brazos.

—No te preocupes Lila, lo tengo todo calculado —dijo en un tono despreocupado.

—Ah sí, se me olvidaba que eres mago —le dije sarcásticamente. Sonrió ante mi comentario.

—Ya no discutamos, mejor súbete y vámonos para no llegar tarde.

Hice caso a lo que dijo, y nos dirigimos a la escuela apresuradamente.

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El timbre había sonado anunciando la salida. George y yo íbamos por los pasillos hablando de lo ocurrido esta mañana: Para nuestra suerte sí llegamos a tiempo. En medio del examen había un tema el cual no me sabía para nada a pesar que la noche anterior me la pasé repasándolo, pero por más que lo intenté no me entró nada en la cabeza. Así que le pedí a George que me diera su "ayudadita" y como si fuera adivina, volvió a suceder que el profesor nos encontró y nos llevó a la dirección. George pidió hablar con la directora a solas, y no sé qué le habrá dicho para convencerla, pero el desgraciado lo logró. Pudimos terminar de tomar nuestro examen sin ningún tipo de amonestación. ¿Quién dijo que ser la mejor amiga de Harrison no trae sus beneficios?