Capítulo 22 - final

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Me mordí los labios para no gritar. Sabía que eso era lo que debía esperar, pero me negaba a creerlo. No entendí por qué había vuelto a abrir el tema que consideraba cerrado, aún así le hice caso.  

—Tenía vergüenza de decírtelo. Tú insistías, pero…

—Pues yo creí que había encontrado la solución —me interrumpió—. Planeé pedirle a mi madre el dinero para ti. —Abrí la boca sorprendida, sin tener la oportunidad de protestar—. Sabía que no ibas a aceptar el dinero de regalo. Pensaba convencerte que lo tomases al menos por el primer año, o en forma de préstamo que podrías devolver años después. Estaba loco por ti y te quería a mi lado.

Estaba, era la palabra. Estaba loco por mí y yo estaba loca por él. ¿Dónde nos habíamos equivocado?, me pregunté. Miré el cielo nocturno a sabiendas que no iba a recibir una respuesta de las estrellas. Mi pecho rebosaba de dolor, pero me esforcé en soltar solo un pequeño suspiro. Liberé solo un pequeño hueco que sabía, iba a llenarse al instante.

Jared se inclinó hacia atrás y se apoyó en los codos, observando también las estrellas.

—Estaba muy emocionado con la idea —dijo después de aclararse la voz—. Mi madre no me contestaba al teléfono y me había puesto de los nervios. Cuando quiero algo lo quiero ya. Estaba seguro de que no iba a rehusarme y calculaba que a ti lograría convencerte de algún modo.

—Jared, eso es… —intenté detenerlo. No quería volver a escuchar la antigua historia. No cambiaría nada, únicamente serviría para abrir las heridas y en ese momento era lo último que deseaba. Ya eran demasiadas las actuales, tan frescas que seguían sangrando.

—No —me interrumpió—. Piensas que lo hacía por ti, pero no es verdad; era por mí. Tú eras solo una cosa más que deseaba tener y estaba acostumbrado a tenerlo todo. Una posesión más. Estaba amenazado con la separación y no me convenía.

Mis ojos adquirieron un nuevo tamaño. Ese era un nuevo punto de vista, uno que no me convenía mucho y que me enviaba directamente al pozo de la confusión. Unos instantes antes me había dicho que estaba loco por mí y ahora me informaba que me consideraba su posesión.

—No lo hubiera visto de ese modo —comenté, mi voz sonando temblorosa incluso para mis oídos.

—Lo sé, por eso ahora te digo la verdad —me informó. Su voz decidida fue un indicio de que no podría detenerle—. No podía contactar con mi madre, así que fui a buscarla al hotel. No podía esperar a que llegara a casa. Su coche estaba en el aparcamiento, pero nadie sabía dónde se encontraba. La puerta de su oficina estaba cerrada pero eso no me detuvo. Tenía la tarjeta programada para que abriera cualquier puerta del hotel desde un incidente que acabó con quedarme encerrado por horas en un almacén. Pensé esperarla dentro o mirar su agenda para encontrar su paradero. Usé la tarjeta.

Jared se detuvo y esperé que hubiera acabado y que no tuviera la intención de ofrecerme todos los sórdidos detalles. Entendí el dolor que debía provocarle el recuerdo y vi sus facciones tensándose. Su voz se había quebrado con las últimas palabras. Él había sido protagonista en esa parte, yo solo la había imaginado haciendo uso de los pocos datos que disponía.

 Me acerqué para cogerle la mano, pensando que era muy probable que sea la última vez que lo tocaba. Todas las posibilidades iban en mi contra y las señales igual. Mis dedos estaban helados comparados con los suyos, pero aceptó el contacto y estrechó suavemente mi mano.

—Mi madre estaba dentro con tu padre… en una escena apasionada —prosiguió, casi atascándose con las palabras—. No recuerdo en detalle todo lo que pasó, solía salirme de mí mismo en un ataque de furia. Pero me acuerdo de gritarle que tenía intención de concebir otro hijo bastardo y que me había destrozado la vida y el futuro contigo.

Sencillamente perfecto (SIN EDITAR) - TERMINADAWhere stories live. Discover now