Capítulo 2

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Los días pasaban y al principio me sentí extraña en este nuevo ambiente. Todo era tan distinto a mi antigua ciudad, pero a la vez tan bonito... Los primeros días opté por quedarme en la casa y curiosear cada uno de sus rincones. No había nadie ahora mismo. Mi madre y James habían ido de compras, y Nick no solía estar por las tardes porque tenía entrenamiento. Aunque parezca raro, no he hablado con Nick desde esa seca presentación en el aeropuerto. Tengo la sensación de que no le gusta que este viviendo en esta casa, pero él no tiene derecho a juzgarme sin conocerme. Ni siquiera ha sido capaz de darme una oportunidad, y es una pena, porque, aunque a él no le guste la idea, esta es también mi casa ahora. En un intento fallido de encontrar el cuarto de baño, abrí la puerta del cuarto de Nick, y como no había nadie que pudiera verme, me di el gusto de entrar y curiosear un poco las cosas de mi nuevo hermanastro.

La habitación era igual de grande que la mía, tenía un gran escritorio con un Mac Pro encima, como no. En una estantería había varios trofeos, y algunas fotos en las que aparecía Nick con su equipo, pero la que más llamó mi atención, fue en la que aparecía Nick con unos cinco o seis años jugando con una mujer. No hacía falta que me lo dijeran para que supiera que era la madre de Nick, puesto que tenían los mismos ojos azules.

Mientras curioseaba algunas cosas que tenía en el cuarto, escuché como la puerta principal se abría, y como unos pasos avanzaban a la planta superior. Me dirigí lo más rápido que pude hacia la puerta y fui hacia mi cuarto para que Nick no me viera. Pasé el resto de la tarde encerrada en mi cuarto, leyendo mi libro favorito Hasta los huesos. Así transcurrieron los días, yo encerrada en mi habitación sin tener contacto con nadie, hasta que una tarde, mientras estaba escuchando música, alguien entró en mi habitación.

— ¿Puedo pasar hermanita? —Al girarme vi como Nick me sonreía mientras se acostaba en mi cama. ¿A qué viene esto?

— ¿Ya estas dentro, no Nick?

—Eh tranquila, yo solo venía a ver qué hacia mi hermanastra, o sea tú para invitarte a una pequeña fiesta —Me guiñó un ojo.

No tenía nada en contra de mi nuevo hermanastro, tenía un cuerpo de escándalo, una sonrisa de infarto y por muy superficial que pareciera, sus ojos azules y transparentes me hacían pensar todo lo contrario.

— Ehh... no se Nick, acabo de llegar y la verdad no creo que sea buena idea.

— Tonterías Ash, es el momento de salir y empezar a hacer amigos. Además yo estaré allí —me dijo con una sonrisilla de medio lado.

— No se Nick, no creo que mi madre quiera que vaya —Cada vez estaba más confusa. Nick no había hecho más que evitarme ¿Por qué ahora quería pasar tiempo conmigo?

— Descuida tu solo acepta, yo me encargo de todo lo demás. ¿Qué me dices? Te prometo que si vienes, esta será la mejor fiesta de tu vida en California.

—La primera querrás decir... —Nick me ponía ojos de cachorrito, y eso hizo que estallara a carcajadas —vale ... iré! —dije y empujé rápidamente a Nick, tirándolo de la cama.

—¡Ehh! a que ha venido eso —me dijo tirando de mi muñeca y haciéndome caer justo a su lado.

Pasamos toda la tarde bromeando y riendo- Este Nick, el amable y divertido era mí preferido sin duda, hasta que mi hermanastro se fue, no sin antes gritarme:

—Luego te veo. ¡Ponte guapa! Te presentare a mis amigos—dijo canturreando y riendo mientras salía de mi habitación.

A ver, no es que no me gustaran las fiestas, pero presentía que a esta no debía ir. Debería haberme negado y ver mi serie favorita en Netflix. Pero ya estaba decido, iría a esa fiesta y me divertiría. ¿Qué podría salir mal?

Mi mundo patas arriba #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora