Apolo y Electra

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CAPÍTULO 5:

Afrodita Mercuri de Villahermosa era una dama respetable de la alta sociedad, tenía mucho dinero y acciones en varias compañías. Siempre pasaba la mayoría de su día en el club, bebiendo y comiendo con otras respetables damas, solo que para ella había un problema, su familia no era perfecta, de sus cuatro hijos uno era su mayor orgullo, la otra estaba bien, nada fuera de lo común, pero los dos últimos son su mayor vergüenza, separados solo por un año de diferencia Apolo y Electra eran los marginados de la familia.

Ambos compartían recuerdos horrorosos sobre su madre, recuerdos que nadie sabía que el otro tenía. Apolo tenía 18 años de edad, era un joven atractivo, alto, de piel bronceada, ojos azules, cabello amarillo y sonrisa perfecta - sonrisa la cual escondía mucho dolor- enamoraba a las chicas con tan solo pasarle por el frente, si él quisiera podría tener a cualquier mujer rendida a sus pies, lo que no todos sabían es que conseguirse una novia era lo último de sus preocupaciones y odiaba demasiado cuando una mujer lo acosaba o - literalmente- se le arrojaba encima. 

Apolo era un joven callado, un tanto introvertido, que si tenía amigos?, pues sí, si los tenía, pero su pasión es la música, tocar la guitarra, piano y cantar, el mundo  vanal en la cual su familia vivía no era para nada parte de él, preferiría estar en su habitación componiendo canciones y tocando acordes hasta más no poder. Por desgracia ese sueño tuvo que esperar, sus padres lo obligaron a estudiar medicina, porque según su padre "Ser músico es ser nada en esta vida, de eso no se vive", así que se pasaba los días en la universidad pensando si ser doctor y complacer a sus padres o simplemente abandonarlo todo y vivir realmente feliz como compositor. Sus pensamientos siempre vivían en una constante dualidad.

Por otro lado estaba Electra, la menor de los hermanos, con 17 años de edad y cargando con un secreto más grande que ella, un secreto que la hacía débil y fuerte a la vez, un secreto que -para su desgracia- le provocaba ataques de pánico. El solo pensar en eso la hacía débil pero a larga se dará cuenta que esa es el arma para destruir el imperio que Afrodita Mercuri le costó tanto construir. Ella era jóven que siempre vestía de negro, su cabello largo y flequillo, le cubrían gran parte de su cara, ocultando unos grandes ojos cafés, su altura era promedia y la mayoría del tiempo se la pasaba sola, atormentándose con sus propios demonios, jamás se había enamorado - y no pensaba hacerlo-  el amor no era para ella, es lo que siempre se repetía, "El amor te hace débil, el amor te hace daño"

Ella también estudiaba en la misma universidad dónde Apolo asistía, la diferencia es que en verdad ella sí asistía a las clases, eso le ayudaba a despejar su mente, a concentrarse en algo, no le gustaba llega a casa, sentía que llegaba a un infierno en la tierra, veía a su madre como una Parca y ella era la víctima, por lo que la mayoría del tiempo se la pasaba encerrada en su habitación con "Angus" -su gato- jugando con él o solo acariciando su pelaje. Solo salía de su cuarto para cenar y pasear por el jardín, pero eso sí, solo cuando la noche ataca. 

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Abril seis, dos mil dos

Era un día ordinario como cualquier otro, estaba paseando por los jardines del campus cuando vi un circulo de personas gritando "Dale más fuerte" al unísono, me acerque a ver, solo por pura casualidad, cuando de repente veo a mi hermano con un ojo morado y la nariz bañada en sangre y al otro tipo con el pómulo morado y el labio inferior roto. Mi primera reacción fue gritar "¡PAREN!" y entrometerme en la pelea, solo podía ver la cara de Apolo roja y los puños apretados, un grito me trajo de vuelta a la realidad 

-Electra apártate -gritó Apolo-

-No hasta que pares 

De repente veo a un muchacho gritar, "Policía, policía, detienen esto ya o me los llevo preso", parece que a mi hermano no lo detiene nadie, ni la policía, por lo que arrestaron a mi hermano y al otro sujeto, que no se ni quien es, cuando veo que están esposando a Apolo, me acerco al policía y le pregunto a dónde se lo llevan 

-Mi amor, tu hermano está detenido por alterar el orden público

-Primero que nada, yo no soy tu amor y segundo eso no fué lo que te pregunte bruto - bufé-

-Bueno mi reina, bajale dos a tu loquera, tu hermanito viene conmigo a la central

-Mira policía, deja tus comentarios impertinentes que no estoy de humor y abre espacio que voy con ustedes, a donde va mi hermano voy yo

-Okey princesita, tus deseos son órdenes 

Preferí dejar las cosas hasta aquí, ya estaba preocupada por Apolo para que encima este policia me haga sacar de quicio, seguimos hasta la central y cuando por fin me dejaron verlo, le pregunté porque estaba golpeando  a ese tipo y no me quiso decir por más que le insistí.

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No, es que ni de loco le digo a Electra que estaba golpeando a Marcos porque me llamó Homosexual, porque es que ni se lo que soy y me molesta mucho no saber qué hacer con eso, yo mejor finjo demencia y espero unos días para hablar con ella cuando tenga todo aclarado en mi cabeza y corazón. 

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Lo bueno es que él policia nos dejó ir rápido a nuestra casa por que el otro tipo confesó que fué él quien inicio la pelea, pero esto no se puede quedar así, yo tengo que descubrir porque Apolo se comporto así de esa manera. Al salir de la estación eme volví a encontrar al poli ese

-Adiós mi amor

-Chao y espero no volverte a ver más nunca

-Yo espero lo contrario de eso, mi chupetica de ajo

Le iba a responder con una grosería cuando otro policía lo llamó y perdí mi oportunidad para insultarlo

"-Jordy vuelve a la estación, te necesitamos" 

Mi Gorda BellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora