→55 [narrado]

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Mía.

Me desperté por el dolor tan profundo que sentía en mi cabeza. Pestañeé un par de veces antes de sentarme en la cama. Una cama que no era mía, ni de mi amiga Gemma.

Sabía perfectamente de quien era esta cama, y mataré a mis amigos por haber llamado a Zayn. Estaba enojada con él y lo último que quería era verle.

Miré hacia abajo y efectivamente, tenía una camiseta de Zayn puesta. Resoplé, ahora me echará en cara que tuvo que recogerme. Miro mi teléfono y mis ojos se abren un poco al ver que son las 1 de la tarde. Genial, también tenia cuatro llamadas de mi tío.

En la mesa que hay al lado de su cama, encuentro un vaso de agua y una pastilla. Me gustaría rechazar esto, pero me duelo demasiado la cabeza como para negarme. Así que me tomó la pastilla antes de dirigime al baño.

Me miro en el espejo y no me voy tan mal. Pero siento unas ganas tremendas de darme una ducha y como no tengo ni idea de donde está mi ropa, pues me quito la camiseta y me meto en la ducha.

Me quedo un buen rato bajo la ducha y pienso en qué voy a hacer ahora sin mi ropa. Mi primer plan es buscarla por la casa y si no funciona, pues tendré que ponerme algo de Zayn.

Oigo como alguien carraspea detrás de mi. Me giro corriendo y veo a Zayn mirando de pies a cabeza. Me tapo un poco.

— Creí que estabas trabajando— susurro.

— He venido a comer y he escuchado el sonido de la bañera— explica.

No digo nada, solo cierro el grifo y salgo de la ducha. Él me tiende una toalla y me la envuelvo sobre el cuerpo.

— Gracias por recogerme anoche— le miro cuando tengo la toalla atada.

— No iba a dejarte en ese bar, estando tan borracha— dice con obviedad.

Miro al suelo, yo se porque me puse así y él tuvo parte de culpa.

— Te dije que ella no me caía bien, y aun así saliste con ella— me ponía de malhumor el solo hecho de mencionarla— Así que ahora no me reclames porque me emborraché.

— ¿Te emborrachaste porque salí con ella?— pregunta atónito.

— No, bebí porque te importan todos menos yo— dijo con tristeza— Te preocupa más como se siente ella, que lo que yo siento cuando veo como la pones por encima de mi— quería mirarle a la cara, pero no podía— Bebí porque se que a ella le gustas y tú no haces nada para librate de ella.

Intento salir del baño, pero él me lo impide cogiendome del brazo. Me mira a los ojos, bajo la mirada, pero agarra mi barbilla para que le mire.

— Te quiero, Mía— mi corazón da un vuelco cuando escucho esas palabras— Sé que soy un idiota, intento hacer las cosas bien contigo, pero siempre meto la pata.

Muerdo mi labio, se estaba disculpando de verdad. Él, el hombre más orgulloso que me he echado a la cara. No me lo podía creer.

— Y también parece que le doy más importancia a los demás que a ti, pero no— niega con la cabeza— Pienso es ti todo el rato. Lo único que deseo cuando salgo de trabajar es ir a verte. Creeme cuando te digo que me importas.

Y por estas razones es por la que no puedo estar enfadada con él por mucho tiempo. Siempre hace algo que derrite mi corazón.

— Está bien, pero no ocultes tanto lo que sientes— pido— Me gusta oír, de vez en cuando, lo que sientes por mi— le sonrío.

— Lo haré, te lo prometo. Pero tendrás que aceptar que salga con mis amigos y amigas— advierte— No es como si me fuera a enrollar con la primera que se me ponga por delante. Sobretodo si te tengo a ti— rodea mis caderas con sus brazos.

Yo rodeo su cuello con mis manos y me acerco más a él.

— Vale— acepto.

Me coge por las caderas y me sube al mueble. Le beso con fuerza mientras acaricio su cuello. Rodeo con mis piernas su cintura y sus manos se mueven por mi espalda. Eso hace que mi toalla se desanude y se caiga. Él se da cuenta y despega su boca de la mía para mirarme.

— ¿Por qué me haces esto?— dice mirando hacia arriba.

Yo suelto una carcajada y vuelvo a besarle. Acaricia la piel de mi espalda, pero al cabo de un rato, para de hacerlo.

— No sabes lo mucho que me gustaría quedarme aquí contigo y terminar esto— mueve sus manos entre nosotros— Pero tengo que volver al trabajo— dice arrepentido.

— No te preocupes, lo entiendo— digo besando rápidamente sus labios— Yo tengo que volver a casa, mi tío me ha estado llamando. Seguro que está preocupado.

Asiente mientras se separa de mi. Yo bajo del mueble y antes de que salga por la puerta le llamo.

— Zayn— él se gira para mirarme— Yo también te quiero.

Se ríe, me coge del brazo y me vuelve a besar.

— Por cierto, ¿dónde está mi ropa?— pregunto y él se ríe.

— La puse en el armario, con las otras cosas que te dejas aquí— responde mientras regresamos a la habitación.

Voy al armario y saco mi ropa. Me visto y él me espera porque ha prometido llevarme a casa.

En el coche, hablamos de lo que hemos hecho en esta semana y me río porque Zayn cuenta unos chistes muy malos. Y me alegro porque ya estamos bien de nuevo, veremos lo que nos dura.

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