[ESPECIAL] Mi amor y desesperacion parte final

Comenzar desde el principio
                                    

Renjun no dijo nada ni pareció que quisiera interrumpirlo, así que él siguió adelante.

- Sabes lo que era. En realidad, creo que no hay nada de mí que no sepas. No hay mucho que contar, porque no tengo nada. No tengo… nada de especial, ¿sabes? Me han usado y tirado tantas veces que no me queda nada. Y tú… no mereces tan poco. También lo has pasado muy mal. Puedes tener a alguien mucho mejor que yo. Por eso me parece tan raro que me digas que me amas a mi. Es que… Es que no puedo hacerte eso.

- ¿Hacerme qué?

Jeno pestañeó, sorprendido.

- No puedo darte algo como esto- se señaló a sí mismo- No quiero que eches a perder ese mundo que tanto te ha costado construir en algo tan feo… que merece tan poco la pena.

- Y si quiero, ¿qué?- preguntó Renjun, sorprendiéndolo- No puedes meterte en mi casa y decirme que no puedo tener lo que quiero. No puedes tomar esa decisión por mí, Jaeno.

Él se estremeció.

- Pero… ¿por qué?

El Huang negó con la cabeza, suspiró y le indicó que se acercara a él.

- Ven aquí- no le dio la oportunidad de responder, pues enseguida lo arrastró por el pasillo y Jeno no tuvo más remedio que seguirle, en la oscuridad, como tantas otras veces había hecho.

La lámpara de noche de la habitación de Renjun estaba encendida, siendo la única luz en aquella parte de la casa. El rubio anduvo detrás de él, imaginándose que se sentaría en la cama, mientras pensaba lo que le diría. Sin embargo, nada más entrar en la habitación, Renjun cerró la puerta y lo atrapó contra él.

- Qué…

- Por fin he comprendido porqué antes estaba tan feliz- dijo Renjun con calma, sin mirarlo- Después de mi discusión con SooMan, me di cuenta de que lo había perdido… todo. Me quedé sin familia, hogar, identidad, inspiración. Sin absolutamente nada. Pero no tener nada significaba también no tener nada que perder. Y me pareció bien. Me había llevado tantas decepciones que decidí no volver a pasarlo mal por intentar ser feliz- suspiró- Traté de volver a pintar porque era lo que menos daño podía hacerme, pero la inspiración no quiso volver… Y, entonces, llegaste tú.

Jeno contuvo la respiración al sentir cómo su mano le rozaba el pecho, con gentileza.

- Se suponía que tú también serías inofensivo- él cerró los ojos, recordando brevemente cuando se le declaró, en diciembre- pero no lo fuiste- le besó sobre el corazón- Eras demasiado para mí. ¿Cómo puede ser, si se supone que no tienes nada que ofrecer?- bajó su mano, cogió la de Jeno y sus dedos se entrelazaron- ¿Cómo puedes decir que no vales nada, cuando no puedo vivir sin ti?

Jeno cerró con fuerza los ojos.

- Pero no hay nada que pueda darte…

- Lo único que quiero es a ti- Renjun se levantó de puntillas y apartó el pelo de su rostro- Usado, roto, deslucido… Me da igual. No me importa- escuchó su sollozo- Además, te equivocas… Pero no te preocupes, te perdono, porque me has… dado algo que estoy seguro no le has dado a nadie más.

Jeno abrió los ojos y descubrió que estaba a escasos centímetros de él, pero no parecía molesto ni enfadado. Estaba tranquilo, como si estuviesen hablando de lo que cenarían.

- ¿El qué…?

- Ya lo sabes.

Él negó con la cabeza. Renjun posó su otra mano sobre el corazón del rubio, que latía con fuerza.

- Esto- habló mucho más despacio que antes- me pertenece- juntó sus labios con los de Jeno- Nadie más puede tenerlo. No dejaré que nadie me lo arrebate, ni siquiera tú- lo besó con más furia, apartándose sólo para seguir hablando- Si quieres, puedes marcharte de aquí, pero ni aún así pienso devolvértelo. Y debes de saber que, si alguien trata de robármelo, lucharé por él hasta la muerte- sus ojos grandes se clavaron en los de él- Tu corazón es mío, Jeno. Tal vez a ti no te lo parezca, pero créeme cuando te digo que es el mejor regalo que nunca me han hecho.

Muse (NoRen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora