CAPITULO 3 "Suena a problemas"

En başından başla
                                    

 – Vámonos. –me detuve frente a ella con una gran sonrisa. En realidad para esta hora ya estoy muy agotada, pero me gusta que la gente me vea como una persona alegre y carismática.

– Claro, te estaba esperando. –dijo mientras se levantaba. 

Una persona viene a toda velocidad antes de que Hannah pudiera terminar de levantarse.

 – ¡HANNAH! –era una de sus irritantes amigas, Octavia. – Olvidé devolverte esto –Hannah extendió su mano y tomó la bolsa que la otra le había dado.

  – ¡Ay, O! Lo había olvidado completamente ¡Gracias! 

  – No es nada, me lo iba a llevar a casa porque pensaba que ya te habías ido... como  saliste tan apresurada del salón... – me dirigió la mirada – ¡Ah! Grace casi olvido que estabas ahí. –se acercó a saludarme.

  – Me pasa seguido. –forcé una sonrisa y le devolví el beso.

Las amistades de Hannah me fastidian. Hace unos meses atrás tenía otras dos amigas pero una de ellas decidió abandonar la universidad para perseguir su tonto sueño de ser una artista plástica, y Mace, quedó embarazada luego de una fiesta y sus padres decidieron encerrarla en su casa para intentar ocultar algo que ya todo el mundo sabía. Hace unas semanas oí que intentó fugarse con uno de sus novios virtuales, por tercera vez. Hannah fue a hablar con sus padres hace unas semanas para ver si los hacía entrar en razón, pero fue inútil. Ni siquiera la dejaron verla. David es el único amigo de Hannah que no me cae del todo mal, pero prefiero de todas maneras no tener que tratarlo.

Emprendimos el camino a casa. Los martes y viernes eran los únicos días que teníamos la oportunidad de volver juntas de clases, ya que coincidían nuestros horarios, algo que no sucedía a menudo debido a que estudiábamos diferentes carreras. A veces ni siquiera cruzábamos palabra en todo el recorrido. A veces nos fumábamos hasta un paquete de cigarrillos. Otras veces nos reíamos de nuestros agobiantes días, lo importante era darnos un momento de conexión.

– ¿Quieres venir más tarde a casa a ver películas y comer algo? –mencionó.

– Me encantaría, pero aún debo ir a casa a llevarle unas cosas a Eleonor –conté alzando los ojos. Ella rió.

– Claro, por mi está bien. Cuando termines vuelve, no quiero tener problemas con tu madre.

Asentí con la cabeza y seguí mi camino.

– Garenisse no estará esta noche, así que será noche de chicas. –exclamó antes de que me alejara. 

– Maravilloso. –volteé nuevamente hasta ella – Para serte sincera, su presencia me pone un poco nerviosa. –hice una mueca con la boca.

 Rió. – Si, suele ser un poco incómodo.

¿Acaso los demonios también toman paseos nocturnos? Soy una estúpida por creer que soy la única persona a la que le coquetea.

Dejé a Hannah y continué mi camino.

Tomé un pequeño desvío por el parque. Aún debía pasar por el Mercado a comprar unas cosas para mi madre: la cena, algunos medicamentos y cigarrillos, de ahí fue que heredé el vicio. Detestaba caminar, cualquier cosa que implique hacer movimiento de más me parecía una tortura, pero mi madre me quitó el coche por llegar ebria de una fiesta y además tener uno de los espejos retrovisores en el asiento trasero. No era una gran madre pero tenía sus días de dictadora. De todas maneras no se si el castigo fue por su preocupación por mi actitud o por haber dañado su regalo.

 El parque estaba sumamente descuidado, luego del cambio de autoridades en la ciudad fue completamente olvidado. El Sol estaba muy pronto a ponerse, así que apresuré el paso. Por las noches en el parque se reunían a hacer cosas que no podrían hacer en otro lugar, ya que la frondosa arboleda los ocultaba de la sociedad, y de la ley, pero a estas horas no debería de haber problemas.

Solamente me quedaba bajar unas largas escaleras para salir del parque y volver a la civilización, pero antes de llegar a ella escuché voces que salían desde atrás de un gran muro que se encontraba a mi derecha. Una de ellas me sonaba familiar... ¡Sam!

Me escabullí entre unos arbustos para comprobar si estaba en lo cierto. Conozco a Sam, pero no tengo la confianza de entrometerme en una conversación que está teniendo en un lugar como éste. Eché un primer vistazo de reconocimiento. Sí era él, y estaba acompañado de otros dos sujetos, uno era un adolescente,  alto y moreno, el otro parecía ser su guardaespaldas,  bien vestido, pero de apariencia escalofriante. Parece algo más que un guardaespaldas. ¿Estará Sam en peligro? ¿Debería hacer algo? Quizás me maten a mí también. ¿Debería llamar a la policía? ¿Llegarían a tiempo? 

Entonces intenté volver sobre mis pasos.

  – Hay alguien observándonos –uno de ellos anunció. Me estremecí.

Caí sobre mi espalda. 

Probablemente aún no me hayan reconocido.

 Logré levantarme y corrí lo más rápido que pude hacia las escaleras. Sin tomar aire las bajé y me precipité a entrar al mercado. Ya ahí dentro recuperé el aliento. 

Solamente había logrado escuchar un nombre: "Lance". Debía contárselo a Hannah, tengo un mal presentimiento acerca de esto.

Aliados de SangreHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin