05

2K 138 23
                                    

   —¡MAMÁ! ¡Quiero ir a Hogwarts! —gimoteó la pequeña Lily, haciendo un adorable puchero que su prima Lucy le había enseñado a hacer, según para salirse con la suya siempre, aunque no entendía muy bien a que se refería la mayor.

—Faltan dos años, linda. El tiempo pasa rápido. —la tranquilizó Ginny Potter, la matriarca de la familia, sonriendo al ver a su hija hacer un puchero más pronunciado.

—Eso fue lo que me dijiste cuando James se fue, y el tiempo no pasó rápido. —objetó la pelirroja menor, golpeando el suelo en con su zapato rojo, en una especie de berrinche. Estaban ahí porque Albus Severus iba a cursar su primer año, mientras que James iba a empezar el segundo, pero Lily aún no tenía la edad suficiente para ir; a Ginny, esa actitud le recordaba mucho a ella misma cuando era pequeña.

—Pronto irás, no debes preocuparte por eso, pequeña. —volvió a decir Ginevra, regalándole a su hija menor una dulce sonrisa. Lily sólo frunció el ceño y se cruzó de brazos, fingiendo estar concentrada en una mancha del piso.

—¡Corran! —ordenó Harry Potter a su familia, una vez se aseguró de que ninguna persona no-mágica, también conocidas como muggles, estuviese viendo. La famosa familia Potter corrió, pasando de inmediato al increíble andén 9¾, encontrándose con muchos reporteros y personas gritando con emoción por ver al salvador del mundo mágico. A Lily no le gustaban mucho las cámaras y las personas insistentes por saber acerca de ella y sus hermanos, así que sólo escondió su cabeza en el abrigo de su papá, escondiéndose de las pesadas preguntas. Cuando Harry logró calmar a la multitud, con ayuda de algunos aurores, los hermanos Potter pudieron empezar a dispersarse y hablar con conocidos.

—Mami —La llamó Lily Luna—. Voy a buscar a Victoire, ¿me dejas? —Victoire era la mayor de todos los primos Weasley, y a su vez su favorita; ella iba a cursar su último año, y quería desearle suerte antes. Ginny asintió, por lo que Lily salió corriendo, pero perdiéndose en el proceso.

Había tanta gente en el andén, que ya ni sabia en donde se encontraba. Quizás era su baja estatura, o lo delgada que era, pero se sentía intimidada por los demás, por lo que decidió pedirle ayuda a alguien que no fuese adulto.

Tocó el hombro de un chico, un poco mayor que ella, y, armándose de valor, le preguntó—: ¿Sabes dónde estoy? Me perdí.

El niño, que era muy pálido y con el cabello platinado peinado a la perfección hacia atrás, la miró algo extrañado, pero de inmediato le regaló una sonrisa tierna.

—¿Estás perdida? —preguntó lo obvio, pero Lily de todos modos asintió—. Bueno, si quieres te ayudo a buscar a tu familia. —Acto seguido el niño juntó su mano con la de Lily, para luego caminar alrededor de todo el lugar. Mientras buscaban a los Potter, escucharon unos gritos, que si le ponían atención, podían escuchar «Lily», varias veces. Se dirigieron a ese lugar, encontrándose con la familia de la menor. Rápidamente, los niños se despidieron, mientras que la menor de los Potter se quedó pensando en esos maravillosos ojos grises.

12/O8/18

perfect ⋆ scorly.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora