Z.

13 3 0
                                    


Zumbidos.

Zzzzzzzzzzzzum.

Zzzzzzzzzzzzzum.

Zzzzzzzzzzzzum.

Zumbidos que no me dejan dormir y me empujan a pensar.

Zig zaguea cerca de mi oreja,

y temo que entre dentro de mi oido.

Zzzzzzzzum.

Zzzzzzzzzzzzzzzzum.

ZZZZZZZZZZZZZZum.

Me muevo, cambiando de lado, y por unos instantes dejo de escuchar ese infierno.

Oasis.

De.

TranquiliZzzzzzzzzzzum.

Sacudo la cabeza

y recuerdo que tengo un pie fuera de la manta

en el que quizás ya me haya sacado sangre.

Me aseguro de que lo escondo rápidamente y tratando de no dejar lugar a huecos por los que pueda traspasar la manta y picarme por todas partes.

Escondo también la cabeza, y por unos instantes dejo de escucharle.

Pero hace

demasiado

calor

aquí.

Vuelvo a destaparme,

y me decido a acabar con él

o ella, no sé.

Pero no vuelvo a escuchar el zumbido.

Nunca más.

Y me pregunto si se habrá saciado

o si le habré golpeado con las sábanas

o si, simplemente, se fue para no regresar.

Y las noches se vuelven largas,

y la soledad me acompaña en su lugar.

Y trato de escuchar algo,

cualquier cosa,

sin éxito alguno.

Sólo aire contra la persiana de mi habitación,

sólo mi respiración.

Se busca mosquito fugado.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 17, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Letras Que Nunca EscribíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora