Parte 3: Sólo quiero que estés aquí

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- Gracias- dije cuando me bajé del carro, él se había bajado a abrirme la puerta

- No hay de que- dijo enseguida y nos quedamos en un silencio algo incómodo

- La pasé muy bien está noche- dije tímida evitando su mirada para que no lo note

- Yo también, ¿lo repetimos?- asentí y él sonrió con satisfacción- ¿Sábado de noche?- asentí nuevamente- Hasta entonces- besó mi mejilla, esperó a que yo entre y se fue

~•~

Por dos meses estuvimos saliendo y con Felipe yo seguía fingiendo. No sé cómo lo hice, pero la gente no me veía mal o me creía a una zorra. Trataba de mantener bajo perfil con Martín, pero con Felipe seguía el plan frente a cualquier persona.

Hoy era 20 de Diciembre, estábamos demasiado cerca de Navidad y yo no había comprado ningún regalo. Empecé por los de mis amigos, ya que teníamos una cena juntos.

Después de varias horas, en las que fue difícil encontrar regalos para mis amigas, terminé. Antes de irme pasé por una de mis cafeterías favoritas.

- ¿Lo de siempre para la princesa?- dijo Eduardo sonriendo engreído, un amigo del colegio que trabajaba aquí

- Si, ¿algún día dejaras de decirme princesa?- dije mientras buscaba el dinero en mi cartera

- Nunca, Sofía es nombre de princesa- me guiñó el ojo y me dio mi milkshake de café, yo extendí el dinero- La casa invita- soltó empujando mi mano lejos de él

- No- negué, dejé el billete en la sección alado de la caja registradora y me alejé rápido.

No se como lo hizo, pero de un momento a otro estaba a mi lado metiendo el billete en mi cartera.

- ¡Feliz Navidad!- besó mi mejilla y volvió a su lugar cuando el administrador le llamó la atención

- ¡Feliz Navidad!- dije antes de salir por la puerta y él sólo me guiñó el ojo, para luego continuar con la cuenta que tenía al frente

Al momento en el que puse un pie fuera de la cafetería vi a Martín con Colette Masini, una chica popular de mi colegio, que tenía fama de - ¿cómo ponerlo en palabras bonitas?- ser regalada.

Se estaban besando en una esquina del centro comercial, sin recato alguno de estar en un lugar público. Yo no había tenido ninguna relación más seria que esta y el hecho de que me esté engañando me dolió un poco más de lo esperado.

A pesar de que sólo habíamos salido por un par de meses, en verdad pensé que teníamos un futuro, no hablo a tan largo plazo, pero si que me pida ser su novia.

Felipe me había advertido que él no era de compromisos pero no le hice caso. Me lo repitió varias veces hasta que a la tercera cita que tuve con Martin ya se rindió y me dijo que si algo pasaba acudiera a él sin pensarlo. La verdad es que nos habíamos hecho muy amigos con toda la farsa que montamos.

Decidí tomarle la palabra. Me subí a mi carro y maneje hasta su casa, esperando encontrarlo.

- Hola, Sara, ¿dónde está Felipe?- le pregunté al ama de llaves cuando me abrió la puerta

- Arriba, niña, suba- señaló la escalera y asentí en agradecimiento, para luego correr escaleras arriba

Felipe estaba jugando Play Station en su cama. Puso pausa al juego en cuanto me vio entrar al cuarto sin tocar y acelerada.

- Hola- me dijo parándose y acercándose a mi- ¿Qué pasa?- preguntó al ver mi cara de pena

- ¿Te acuerdas de esa sesión de besos que me ofreciste la primera noche que salimos?- miré sobre su hombro y él alejo un mechón que caía sobre mi cara mientras asentía- La quiero- dije segura, mirándolo a los ojos y bajando mi mirada a sus labios por una fracción de segundo

- ¿Qué pasó, pequeña?- preguntó de nuevo, llamándome como lo hacíamos frente a otros

- Solo bésame, quiero olvidar algo que vi

- ¿Y esa es la solución para...?- no terminó de hablar porque lo besé - ...Lo que tú digas- susurró llevando una mano al costado de mi cara y la otra manteniéndola en mi cintura, acercándome a él

Sus manos bajaron a mis piernas, haciendo que las levante y las enrolle alrededor de su cintura. Me sorprendió cómo mantuvo todo el equilibrio, nunca se había calentado tanto el ambiente entre nosotros.

Nos llevó a la cama, poniéndose sobre mi y al mismo tiempo alejando su peso, no se como lo hizo. Sus manos subían y bajaban por mi espalda, levantando levemente mi camisa. Sus besos se alejaban de mis labios solo para continuar por mi mandíbula. Me hacía suspirar como nunca lo había hecho y me abrumé mucho, esto estaba llegando muy lejos. Además, estaba confundida porque no sabía porqué había venido a ver a Felipe, últimamente todo parecía regresar a él.

- Fue Martín, ¿no?- me preguntó separándose de mi con la respiración acelerada. Yo me alejé de él, poniendo una mano en su pecho, y asentí- Lo voy a matar- habló entre dientes

- Sólo quiero que te quedes aquí, conmigo- se dejó caer a mi lado y me atrajo a sus brazos, yo escondí mi cara en su cuello, sintiéndome una niña pequeña, aún seguía preguntándome porqué vine acá, qué acababa de pasar y qué sucedía entre los dos.

- No iré a ningún lado- hacía círculos en mi espalda, generándome mucha calma

~•~

- ¿A qué hora te levantaste?- le pregunté pasando mis manos por mi cara y buscando mi celular para ver que hora era

Caímos dormidos después de nuestra pequeña sesión de besos, la calma que me generaba era algo nuevo para mi, pero no me molestaba en lo absoluto.

- Hace un momento, traje helado- me lo entregó y se sentó a mi lado en la cama- Te quiero, ¿sabes?- lo miré alzando una ceja, sin saber exactamente a qué se refería con ese comentario- Digo, hemos pasado mucho tiempo juntos en los últimos meses y te haz convertido en mi mejor amiga, me encanta pasar tiempo contigo y... - reí sarcástica y me escondí en mi helado- ¿Qué pasa?

- Nada- sonreí y saqué mi mirada de mi helado para verlo- Sólo que... es irónico, tú sabes que me gustabas y ahora estoy casi llorando por un alguien alado tuyo- bajé la cabeza de nuevo- Además de tu confesión de amor- dije bromeando y él rió

- Mi abuela siempre decía que no hay que desperdiciar lágrimas en tonterías, ya traerá muchas cosas la vida por las que si vale la pena llorar- su modo poético apareciendo- Además, no lloraste, solo estabas... afectada, dejémoslo en eso

- Mañana hablaré con él

- ¿Quieres que te acompañe?

- Si quieres, no me molesta ir sola- hablé honesta

- No tengo nada que hacer igual- se acercó a mi lentamente y mi respiración se empezó a cortar; esta vez decidí tomar la iniciativa y besarlo, pero me arrepentí cuando escuché a alguien entrar.

I Choose YouWhere stories live. Discover now