XXV. Detrás de la oscuridad

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Despierto sobresaltada, el sudor perla mi frente, así como todo mi cuerpo, mi corazón no deja de latir y es como si fuese a salirse.

He soñado con los monstruos, con la bruja y el ogro malvado; es lo habitual, soñar con ellos, saber que me lastiman, pese a estar acostumbrada, hoy ha vuelto a ser diferente, porque de nueva cuenta Aron West se ha introducido en mi pesadilla, sólo que hoy no lo convirtió en un sueño, hoy siguió siendo una terrible pesadilla, y esta vez...

Esta vez Aron West fue destruido por la bruja malvada, cayendo a un enorme vacío del que no pude salvarlo, y sin estar segura del por qué, las lágrimas salen y mi corazón siente una terrible opresión que no he podido contener desde hace dos horas.

. . .

No quiero ir al Instituto, simplemente quiero quedarme en mi cama y seguir llorando, no quiero tener que obligarme a arrastrarme hasta el baño para poder ducharme, mientras las lágrimas se pierden con ella al momento de derramarlas, no quiero tener que regresar a mi habitación y sacar el maquillaje que le he robado a Elizabeth para poder ocultar mis ojos llenos de ojeras, aunque los lentes ayudan a mantener oculto que están hinchados a causa del llanto.

Son las cinco treinta de la mañana, debo hacerlo antes de que Elizabeth venga, debo... Dios... No puedo, trato de moverme y lo único que consigo es que duela más.

Duele. Y duele mucho.

Aparto las sábanas de mi cuerpo con dificultad y estiro mi brazo para tomar mis lentes y colocarlos en mi rostro.

No voy directamente a mi clóset, me detengo frente al espejo de cuerpo completo que tengo en la habitación y veo con detalle mi reflejo.

Cómo sospechaba, mi rostro está demacrado, tengo ojeras más grandes que mis rodillas y mis ojos están hinchados, en general luzco como si me estuviera muriendo.

«Esa que está ahí no soy yo», me repito mentalmente, tratando de convencerme. Cuando era niña, creía que si me miraba en el espejo, cerraba los ojos y me repetía una y otra vez que el reflejo que tenía enfrente no era la verdadera Jane, que era la chica que mi cerebro había creado gracias a la bruja malvada y al ogro, que ese reflejo cambiaría, me vería a mí, a la verdadera yo, y, la niña monstruo que tenía parada frente a mí desaparecería para siempre.

Marcus y Olivia eran como dos hechiceros, sus palabras se habían quedado tan grabadas en mi mente como lo hace el fuego en la roca, lo que repetían cada día a cada instante era para quedarse ahí, para no desaparecer jamás, y hasta la fecha, sigue sin desaparecer, sigo viendo al monstruo que ellos crearon, y sigo pensando que soy la culpable de tantas cosas.

Y no, no es porque crea que el mundo gira a mi alrededor, sé perfectamente que el mundo no se detiene para verme y decidir que cada día va a hacerme sufrir, sé que hay personas que han sufrido más que yo, es solo que no pueden negar que hay ocasiones en las que te sientes culpable, porque de alguna u otra forma has intervenido para que suceda algo malo, sin importar que lo hayas hecho o no, eres un factor externo, y eso soy yo.

Fall In Love ✓TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora