✎05.

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❥Nagisa.

Me subí al auto, y Gakuhō cerró la puerta por mí. Sonreí, y desvié mi mirada hasta Gakushū, quien estaba al lado mío peleando con el cinturón de seguridad cosa que me hizo soltar una pequeña carcajada.

—¿De qué te ríes? —preguntó enojado. Le dirigí una mirada inocente y tomé el cinturón entre mis manos; cuando logré ponerlo sin ningún problema pude escuchar como refunfuñaba. Tardó varios minutos en ponerlo como corresponde.

Mamá hablaba sin parar con Gakuhō, y yo me concentré en mirar por la ventanilla, sintiendo el aire entrar y despeinarme. Ella me obligó a llevarlo largo y suelto, por lo menos en este viaje. Suspiré cansada; comencé a jugar con mis puntas celestes y dejé que el viento me despeinara como quisiera. Gakushū iba hablando de a ratos, y yo sólo estaba callado concentrado en mis pensamientos.

Una vez que Gakuhō aparcó, y todos bajamos del auto. Mamá me tomó de la mano, y nos adentramos al local de mascotas. Una chica muy linda nos abrió la puerta y comenzó a hablar con nuestros padres, mientras que Gakushū y yo nos adentros a ver a los animales.

Nada me llamó la atención, realmente nada, hasta que llegué al final, donde había unas peceras muy grandes y no lograba identificar qué animal debía estar ahí. Tras golpear suavemente el vidrio por varios momentos, llegó la chica de la entrada. La sentí en cuanto estuvo acercándose a mí, y enseguida me disculpé.

—L-Lo siento, no volveré a golpear. —vi su expresión, y parecía algo sorprendida, ¿acaso hice algo malo?

—No te preocupes. —dijo y me sonrió. —Dime, ¿no te ha llamado la atención ningún otro animal? —pregunta y yo niego.

—Uhm... No, algunos parecen difíciles de cuidar, y otros simplemente no me gustan. —ella llevó una de sus manos a la barbilla, y me guiñó un ojo antes de agacharse para estar a mi altura.

—¿Sabes qué mascota hay aquí? —señaló el interior de la pecera. Noté que había luces adentro, y varias piedras. Negué otra vez; no lograba distinguir ningún animal ahí adentro. Ella rió, y le quitó la tapa de color negro, para dejarla a un lado. —Presta atención, ¿sí? —asentí y ella levantó una de las piedras.

Me quedé realmente fascinado al ver una serpiente enrollada en sí misma. Abrí los ojos en admiración al ver como levantaba su cabeza y comenzaba a sisear.

—Creo que es perfecta para ti. —me regaló otro guiño y ambos sonreímos. —¿Quieres tocarla?

—¿No es venenosa? —ella ríe; no comprendo qué sucede o porqué está riendo.

—Tranquilo. —respondió —Es una pitón bola, es una serpiente muy tímida, pero no es venenosa. Es la más apacible de todas las especies pitón, y se volvió costumbre que la gente las adoptara como mascotas domésticas. Son realmente fáciles de cuidar, y comen conejos y ratones grandes. —contesta. La miro emocionado, y ella pregunta—: ¿Quieres tomarla entre tus manos? —asiento, nuevamente emocionado y ella la toma entre sus manos y me la pone en el cuello. A decir verdad, es muy larga, y algo pesada, pero no tanto.

Yo sonrío, y noto como Gakushū está sentado con un conejo entre sus piernas. Me acerqué corriendo hasta él, y me miró aterrorizado cuando vio la serpiente en mis hombros.

—¿Qué haces con eso? ¿No es venenoso? —preguntó y yo me largué a reír.

—No lo es, y ¿sabes cuál es la mejor parte? —él negó—. Que éstas serpientes comen conejos, quién lo diría, ¿no? —inquirí y él abrazó más al conejo entre sus piernas.

Él gruñó y se alejó en busca de su padre, y yo hice lo mismo.

✿✿✿

Volví a sumergirme en mis pensamientos durante el viaje de vuelta a casa. Me sentía desilusionado, puesto que no me permitieron llevarme la serpiente a casa. Mamá dijo que podría tener una cuando sea mayor. Miré de reojo a Gakushū, quien estaba jugueteando con su conejo nuevo, y cuando se dio cuenta de que lo hice, me sacó la lengua en forma de burla. Bufé y volví a mirar por la ventana hasta llegar a casa.

Gakuhō cerró la puerta una vez que todos entramos, Mi mamá fue a preparar el amuerzo, y Gakushū corrió hasta nuestra habitación con el conejo en sus brazos. Subí lentamente las escaleras hasta llegar y entrar hasta donde estaba y echarme sobre mi cama. Pude oír su risa incluso a través de las sábanas con las que me había arropado hasta la frente.

Quedé un buen rato así, escuchando de a ratos la voz de Gakushū, y con los ojos cerrados intentando dormir, hasta que me harté de escucharlo, ¡Quería dormir!, ¿no podía jugar con su estúpido conejo en otra parte de la casa?

Me quité las sábanas de encima, me giré, ahora dándole la espalda a la pared y mirándolo fijamente. Estaba algo fastidiado, supongo que eso hizo que con sólo mirarlo un poco se le encrespara un poco la piel.

—Si quieres que tu conejo viva más de dos semanas, ve a jugar con él a donde yo no esté durmiendo. —contesté, fulminándolo con la mirada.

Él abrió sus ojos con sorpresa, y tomó a su conejo entre sus brazos.

—Ya sabía que habías matado a Goliat, y no permitiré que hagas lo mismo con este conejo. —contestó antes de tomar la perilla de la puerta e irse.

—¿Lo siento? —digo en voz baja, algo desanimado, volviendo a mi posición anterior e intentando dormir otra vez.

✿✿✿

¡Buenas!
¿Qué piensan de la historia, hasta ahora?
Si realmente está quedando muy mal, díganme para que lo arregle asmndbasdn.
Gracias por leer.

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⏰ Última actualización: Jan 12, 2018 ⏰

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