Confrontación

7.7K 275 4
                                    

No podía creer, qué les pasaba a todos?
Cómo podían estar en un colegio así? Acaso no se daban cuenta de que los estaban explotando?
Veo que Gustavo me observaba y me hacía señas de que recibiera algo que me enviaría.
Le pasó algo a su amigo y éste se lo pasó a otro sin leer, hasta que llegó a mi.
Era un papelito escrito con su letra que decía: "las reglas están para romperse ;)"
Sonreí al recordarnos a los dos encerrados en el baño, respirando el mismo aire, y por supuesto, rompiendo las reglas.
Cada vez que Gustavo se movía, mis ojos iban directamente hacia él, ese chico me había atrapado por completo.
Comencé a pensar en la fiesta del sábado a la que me invitó. Ojalá que no vayan la rubia y sus amigas. No imagino a Gustavo con ropa informal, seguro que se verá muy guapo. Quizá podamos bailar juntos. Tendré que comprar tacones cómodos por las dudas y también algún vestido. Aún no decido cuál será mi peinado. Aunque creo que es una fiesta más para adolescentes, quizá deba ir normal, con unos jeans y un polo. Bueno, tengo tiempo para arreglar todo, recién es lunes.
Mi cabeza divagaba. Noté que a mi lado no había nadie, todos tenían su compañero excepto yo. Quizá ese asiento no se use, quizá mi compañero o compañera haya faltado. No se, le preguntaré luego a Gustavo para saber bien.
Quién será?
Imagino a un hombre alto, con aire despreocupado, su cabello alborotado y que sea más largo de lo permitido acá.
Si, seguro que debe ser así.
#Suena el timbre#
Interrumpiendo mis pensamientos me dirijo hacia la puerta.
Sin querer choco mi hombro con el de alguien más, se caen las galletas que había traído.
- Idiota, mira por dónde caminas- justo tengo que chocarme con la peor persona, la rubia.
- Lo siento, no te vi- dije tartamudeando un poco.
Noté que alguien salió disparado desde atrás hasta donde yo estaba. Era Gustavo.
- Oye Melanny, fíjate bien como la tratas.
- Ahora eres su defensor?- dijo con sarcasmo.
- Si, yo me estoy encargando de protegerla- sonreí- ya vi la mala jugada que le hiciste esta mañana. Mucho cuidado con hacerlo de nuevo, ahora ella es mi responsabilidad.
- Vámonos chicas, este niño no merece nuestra atención.
Antes de que se marchara, la tomó del brazo.
- Madura de una vez, ya olvídate de eso.
Ella soltó su brazo con fuerza.
-Jamás. Me escuchas? Jamás.
Gustavo se acercó, me miró a los ojos y susurrándome al oído me dijo que lo espere en el salón de los más pequeños.

Amor sin cara [Lésbico]Where stories live. Discover now