Capítulo 5

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Capítulo 5

Astrid se encontraba en una de las cuevas, según su brújula, en el lado este de la cabaña. Había prendido una fogata con unas ramas, y se había comido una de las bolsitas de frutos secos que traía. Se tomó una cuarta parte de la botella de agua que tenía.

Llevaba consigo, 9 paquetitos de comida, 3 botellas enteras de agua y una con ¾ de otra. Traía su celular, pero no le servía de nada. Tenía su cuerda, la linterna, su cuchillo, el hacha, su chamarra extra y el pantalón largo que ya traía puesto. Y la brújula.

Si la tormenta cesaba en unos dos días, si sobreviviría con lo que tenía. Si no lo hacía, tendría que buscar algún animal para matarlo y comérselo. Por fortuna para ella, había ido de campamento muchas veces, para saber cómo sobrevivir a la madre naturaleza. Revisó en las otras bolsas de su mochila a ver, si tenía algo que le sirviera. Sólo encontró una pequeña libreta y un lápiz.

Y pensó que ese tiempo que pasaría en la cueva, podría imaginar más hipótesis de Hiccup.

Así pasó el tiempo, y en la libreta llevaba 2 hipótesis más sobre Hiccup:

· Hombre gordo y mandón. Para nada guapo

· Guapo, pero muy ególatra.

Al releer las dos oraciones, se dio cuenta que utilizó dos veces el término "Guapo" y se puso a pensar en todos los chicos que había considerado guapos a lo largo de su vida, y le sobraban dedos de una mano.

Sólo habían sido 3 los chicos que habían sido guapos para ella. Uno de ellos fue en séptimo grado. Fue un chico que tenía problemas de acné en su cara, pero a pesar de eso, era muy lindo de corazón. Pero al final sólo fue un amigo más. El segundo chico, fue en noveno grado, era un chico realmente atractivo. Pelo negro, alto muy buen cuerpo; pero era demasiado hermoso para ser verdad, al final resulto ser gay. El tercer y último chico fue su vecino, un chico muy trabajador que casi nunca estaba en su casa. Era dueño de un burdel, pero lo peor era que trataba muy mal a las chicas. Con eso, él perdió su encanto.

Siguió pensando en los chicos que había conocido, y a pesar, de que algunos si le llegaron a proponer ser novios, ella siempre los rechazaba. Tal vez por eso Patán se refería a ella como solterona. Pero no era tan malo. Estaban en el 2020 y ya era algo tan normal. Si quería hijos, pero no llegaba a tener un marido, ya existía la inseminación artificial. Y si llegaba a encontrar una pareja, pero ninguno quería hijos, ya existían las operaciones para no tenerlos. O métodos anticonceptivos muy efectivos.

Astrid se quedó dormida unas 3 horas más. Para cuando despertó y miró la hora en su teléfono, ya eran las 8:00pm.

Cansada de estar sentada. Se levantó decidida a adentrarse en la cueva. No creía que llegarán a salvarla en ese momento, la tormenta aún no paraba y era obvio que no lo haría en un buen rato. Aprovechó eso como excusa de ir a explorar la cueva, chance y encontraba, tal vez, pintura rupestres en ella, y eso la haría famosa y reconocida.

Metió todo a su mochila de nuevo. Su celular lo metió en una de las bolsitas laterales. La linterna la dejó al alcance de ella, pues se quiso sentir en las épocas antiguas, donde se utilizaban antorchas e hizo, si la antorcha se llegaba a apagar, rápidamente podría tomar la linterna o el celular para alumbrarse.

Mientras en la mano izquierda llevaba la antorcha, en la otra llevaba su hacha. Tal vez haya sobreestimado a Heather, pero se sentía segura al llevarla consigo. Sabía usarla, pues sus padres le habían pagado unas clases de casi todo. Sabía mover y manejar el hacha como una profesional, sabía defensa personal, y algunos movimientos de karate. Era fuerte, gracias a que iba al gimnasio, y tenía buena condición para correr, si se presentaba el caso. Podía sobrevivir a esa tormenta y a la cueva. No había porque tener miedo.

Tiempo Atrás (HICCSTRID)Where stories live. Discover now