Lunes

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Suspira viendo su reflejo en el espejo, las grandes ojeras debajo de sus ojos mientras aguanta las ganas de seguir llorando.

Pero por alguna razón no lograba hacerlo. ¿Era posible que se haya quedado sin lágrimas?

Suficiente de pensamientos tontos.

No debería, pero ya piensa en la posibilidad de volver a faltar a clases. No va a pasar. Al menos no con una excusa tan pobre como la de querer dormir un poco más. Dormir, ¿por qué? Porque era eso o seguir recordando cosas que lastiman.

Qué complicado era el amor.

Viste su uniforme con desánimo, peina sus cabellos castaños después. Y luego se queda mirando el pasar del reloj, espera que pase más rápido para irse porque es muy temprano aun. Sin embargo, quedarse dando vueltas en su cama no suena mucho mejor.

Dios, odia la especie de nube negra que lo rodea, odia seguir sintiéndose traicionado, humillado y todos esos sentimientos ácidos que lo hacían volverse una persona sombría. No era para tanto, estaba exagerando. Pero el hueco en el estómago es muy real como para no darle importancia.

Camina despacio, buscando entre sus bolsillos sus auriculares sonriendo al encontrarlos.

Se detiene, puede que suelte una o dos maldiciones cuando esa canción en específico se reproduce. Mira a la pantalla de su celular y permanece de esa forma unos minutos. Sus ojos de pronto se ponen borrosos, al parecer todavía tiene lágrimas.

Y es cruel.

Es cruel que su cuerpo decida llorar en ese momento, cuando tiene que ir a la parada de autobuses y no cuando estaba en su cama, recostado, oyendo música triste elegida exclusivamente para ese fin.

Maldición. 

Mientras da pasos pesados sigue pensando y culpandose tal vez. Porque él simplemente lo había cambiado, lo había dejado aún cuando lo necesitaba. Pero, tal vez era lo más normal. ¿Quién podia enamorarse de él después de todo?

Aleja la primera lágrima, la manga de su saco se empapa al final debido a que no es solamente una. Exhala, intenta sonreír antes de caminar más rápido para alcanzar la banca vacía y poder sentarse. Podía ser solo su imaginación, pero sus piernas estaban temblando y Taehyung estaba seguro de que iba a caer en algún momento.

Entonces llega, y gracias al cielo está vacía. Se deja caer con una suspiro pesado, está frío, y como si fuese un detonante empieza a llorar de nuevo. Es que, ¿no es grandioso el momento? No hay nadie, hace frío, y tiene hambre.

Excusas para seguir sufriendo, quizás.

Su espalda sube y baja por los sollozos ahogados. Tampoco está siendo muy evidente, o eso quiere creer. Ha pasado algunos minutos de ese modo cuando escucha pasos acelerados acercándose, levanta la cabeza y se encuentra con una figura corriendo en dirección a él. No lo enfoca, todavía su mirada está borrosa.

—¡Mierda! —Se escucha una voz rompiendo el silencio, es la figura que está más cerca. Un chico, uno que apenas llega se apoya en sus rodillas, exhausto—. Mierda.

Taehyung frunce el ceño, por varios segundos se queda muy quieto observando al chico de cabellos negros quien intenta respirar después de la carrera. Lleva el uniforme de un instituto cercano al suyo, sin embargo, no cree haberlo visto antes por ahí.

Extraño.

El chico es Jeon Jungkook, él levanta la cabeza al fin, se sobresalta o eso cree Taehyung al verlo abrir sus ojos oscuros y dar un paso atrás, sus hombros levantados dan la impresión de que va a golpearlo en cualquier momento.

Destino O Casualidad. [Kookv] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora