Capítulo 10.
Mi discurso de «acompañante de honor».
Buenas tardes a todos. Me llamo Rosie y, como podéis ver, Alex ha decidido no
hacer caso de la tradición y me ha pedido que sea su acompañante de honor en este
día tan señalado. Todos sabemos, sin embargo, que hoy este título no me
corresponde. Le corresponde a Sally, puesto que ella es, a todas luces, quien mejor va
acompañarle en la vida. Podría definirme como su «mejor amiga», pero todos
sabemos también que a quien mejor definen hoy esas palabras tampoco es a mí. Ese
título también le pertenece a Sally.
Pero lo que no pertenece a Sally es toda una vida de recuerdos del Alex niño,
del Alex adolescente y del Alex casi un hombre que estoy segura de que él preferiría
olvidar, pero que ahora voy a contaros. (Con un poco de suerte reirán.)
Conozco a Alex desde que tenía cinco años. En mi primer día de colegio llegué
a clase con los ojos llorosos, la nariz enrojecida y media hora tarde. (Estoy casi segura
de que Alex gritará: «¡Vaya novedad!».) Me ordenaron que me sentara al fi nal de la
clase, al lado de un niño mocoso, maloliente y con el pelo revuelto que estaba
enfurruñado y se negaba a mirarme y a hablarme. Odié a ese niño al instante.
Me consta que él también me odiaba: su costumbre de darme patadas en la
espinilla por debajo de la mesa y de decirle a la maestra que le copiaba los deberes
eran signos inequívocos. Nos sentamos juntos día tras día durante doce años
quejándonos del colegio, quejándonos de nuestros novios y novias, anhelando ser
mayores y terminar el colegio, soñando con una vida en la que no tendríamos doble
clase de mates los lunes por la mañana.
Ahora Alex tiene esa vida y yo estoy muy orgullosa de él. Estoy muy contenta
de que haya encontrado a su acompañante de honor y a su mejor amiga en la
listísima y pesadísima Sally. Por eso os pido que levantéis la copa y brindéis por mi
mejor amigo, Alex, y su nueva mejor amiga, acompañante de honor y esposa Sally,
deseándoles suerte y felicidad en el futuro.
¡Por Alex y Sally!
O ALGO EN ESTA LÍNEA. ¿QUÉ OPINAS, RUBY?
Tiene un mensaje instantáneo de: RUBY
RUBY: Arcadas y vomitonas. Les encantará. Buena suerte, Rosie. Nada de llorar y
sobre todo NO BEBAS.
Querida Rosie:
¡Saludos desde las Seychelles! Rosie, ¡muchas gracias por la semana pasada! Lo
pasé de fábula. La verdad es que nunca pensé que fuera a disfrutar el día de mi boda,
pero gracias a ti fue la mar de divertido. No te preocupes, creo que nadie se dio
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Donde termina el arcoiris| Cecilia Ahern.
RomanceUna singular historia de amor entre Rosie Dunne y Alex Stewart, un amor que comienza en la niñez y cuyas vicisitudes llegan al lector a través de mensajes – mails, chats, cartas y postales– que intercambian los protagonistas a lo largo de varios año...