Harry Potter y la travesía hacia el futuro.

12. Izaro Relish.

N/A: Los nombres de los adultos estarán escritos así y los de los adolescentes así.

***

Ginny Weasley había discutido durante horas con su esposo, su hermano y su cuñada para que ellos, finalmente, aceptaran que ella vaya sola a ver al mago que según Delphini Riddle sabría hacer un giratiempos que los devuelva al pasado. Eran las diez de la mañana cuando ella salió de su casa para luego desaparecer y aparecer a las afueras del Valle de Godric. El día estaba un poco nublado y ella sospechaba que en cualquier momento la lluvia comenzaría a caer. No había rastro de vida por allí, pero Delphi le había dicho que encontraría la casa allí. Así que decidió que le haría caso. Caminó durante unos diez minutos hasta que encontró la casa que la bruja le había descrito.

La casa de ladrillos consistía de unos tres pisos, con un techo de cristal. Ella se sorprendió, ya que pensó que se iba a encontrar con la decadencia en persona. En el frente había una fuente pequeña, y ella logró divisar algunos gnomos. Había diferentes árboles alrededor y flores de colores extraños. Un letrero de madera decoraba la entrada y decía:

"Izaro Relish,

Escritor,

Y Curandero.

Negocio familiar.

Desde 1750"

Ginny se acercó a la entrada y tocó el timbre. Unos segundos más tarde un hombre que debía rondar los 40 años se presentó ante ella. Su cabello era de color verde y sus ojos café. Tenía puesta una bata color púrpura, un pantalón del mismo color y unos zapatos negros. Sus ojos eran cubiertos por unos anteojos llamativos.

—Buenos días, ¿en qué puedo ayudarla? -preguntó con una voz monótona y grave, mientras le regalaba una sonrisa.

—Mi nombre es Ginny Weasley, me han dicho que usted me podría ayudar con un problema. -dijo la mujer, mientras le devolvía la sonrisa a aquel hombre, era bueno ser amable.

— ¿En que podría ayudar un hombre como yo a esta hermosa mujer? -preguntó, alzando una ceja-. ¿Hay algún familiar suyo enfermo? Porque para eso podría ir a un hospital.

—Señor Relish, soy una bruja, mi marido es Harry Potter, si necesitara ir a un hospital ya estaría en San Mungo. -dijo la mujer, interrumpiéndolo-. Necesito que me ayude con un giratiempos.

—En ese caso, señora Potter, sería mejor que entremos a mi casa. -dijo el hombre, haciendo un gesto con su cabeza, indicándole que entre.

Ginny entró y no le sorprendió encontrarse con objetos lujosos por toda la casa. Izaro Relish le indicó que se siente, mientras él se dirigía a la cocina. Segundos después volvió con dos tazas de té y se sentó frente a Ginny, no sin antes darle una de las tazas.

—Y bien... ¿Qué es lo que quiere saber sobre giratiempos, señora Potter? -preguntó el hombre, mientras se llevaba la taza a su boca-. Debe ser algo importante si se tomó el trabajo de venir hasta aquí.

—Necesito que me arregle uno. -dijo la mujer-. Se ha roto debido a un viaje en el tiempo y es crucial arreglarlo lo antes posible. Le pagaremos todo lo necesario para que lo arregle, si es que así lo desea.

— ¿Tiene usted el objeto aquí? -Preguntó Izaro, mientras parpadeaba-. Estaría bien poder ver lo que debo arreglar y ver si puede ser arreglado.

—No, no lo tengo aquí. -contestó Ginny, mientras observaba al hombre-. Podrá verlo si va al Ministerio de Magia mañana por la mañana, la ministra Granger lo recibirá con gusto.

—Muy bien, es un acuerdo. -dijo el hombre-. Y en cuanto al pago... No necesito galeones, de esos ya tengo y muchos. El precio lo podré yo, luego.

—Perfecto, es un trato, entonces. -dijo Ginny, extendiendo su mano, para estrecharla con el brujo. El señor Relish la aceptó, asintiendo con la cabeza.

Ginny Weasley se levantó de su asiento, y se despidió del hombre. Salió de la casa y desapareció, para luego aparecerse en su casa, justo antes de que la lluvia comience a caer. Cerró la puerta tras suyo y se sentó en el sofá. Tomó pergamino, su pluma y comenzó a escribir una carta.

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Capítulo editado el 07/03/2019.