Capítulo 2.

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Grupo: "El club de los 5"

Cat: Los extraño demasiado, chicos.

Pablo: También yo los extraño.

Emily: Yo también los extraño, ya quiero verlos.

Carlos: No quiero regresar, ellos no me pueden obligar.

Nat: Me parece que si Carlos.

Pablo: ¿Qué pasa?

Nat: Al parecer quieren que todos vayamos al juicio del oficial Romero.

Pablo: ¿Qué? ¿Cómo no me había enterado?

Emily: Mi citatorio llegó esta mañana, el tuyo no debe tardar Pablo.

Cat: ¿Y qué piensan hacer?

Emily: La verdad que yo quiero que lo liberen.

Pablo: ¿Hablas en serio?

Emily: La verdad si Pablo, no quiero que él siga encarcelado por algo que ya pasó.

Carlos: Yo no pienso volver, a mí me vale lo que pase con ese oficial.

Emily: Ten algo de corazón, Jane mató a su pequeño hijo, ahora su familia lo necesita más que nunca.

Carlos: Nosotros perdimos más, y no veo que la justicia haga algo por nosotros.

Nat: Es porque no nos creen, solo dicen que sí, pero al darse la vuelta se ríen de nosotros.

Carlos: Y él si era real, y nos hizo daño, así que se merece la maldita cárcel.

Emily: Pero él lo hizo, porque Nick lo obligaba, yo sé que él no quería hacerlo.

Pablo: Pienso lo mismo que Carlos, esta semana estuve llamando, no puede ser posible que Nick aún no esté encarcelado.

Cat: ¿Se imaginan que Jane regresará?

Emily: ¡No digas eso ni de broma Cat!

Cat: Lo siento, sólo fue algo que me pasó por la cabeza.

Nat: El juicio es el sábado y todos tenemos que estar presentes, Allí podrás dar tu punto de vista Carlos, no te vamos a obligar a dejarlo libre.

Pablo: Perfecto, porque él debe pudrirse en la cárcel, todo por estar de esclavo de Nick, pero de eso nosotros no tenemos la culpa.

Emily: Él no tuvo la culpa, Nick lo obligaba, entiendan.

Carlos: Ahí estaré, y me encargaré de que el oficial Romero no salga libre.

Emily: No tienen corazón, chicos. Su pequeña hija Ana lo necesita, Jane asesinó a su pequeño hermano.

Carlos: No me importa.

Emily: Solo habla tu miedo, ya recapacitarás.

Pablo: Emily como ya había dicho Nat, no puedes obligar a alguien a decir lo que no quiere, Carlos dirá lo que él quiera.

Emily: Yo sólo les digo que él merece salir, su familia lo necesita.

Carlos: Y yo sólo digo que no merece salir.

Nat: Yo no sé qué hacer, primero quiero escucharlos a ustedes hablar, luego elijo que hacer.

Cat: Bueno, creo que nos veremos muy pronto chicos.

Emily: Si Cat, pronto nos veremos.

Fuera del grupo.

El miedo inundó el cuerpo de todos, quienes miraban aterrados la tabla de ouija, hasta que las luces se apagaron y una gran oscuridad los invadió.

Un profundo silencio inundó la tienda de brujería, donde tan sólo se lograba escuchar la respiración de los chicos.

—¡Ella está aquí! —gritó Gladys asustada—. Puedo sentirlo.

Gladys caminó hasta un estante, tomó una vela y la encendió para poder visualizar algo, entre toda la oscuridad.

—¿En verdad ella está aquí? —preguntó Lizbeth confundida.

—Sí —dijo Gladys, de pronto la vela se apagó, dejando a todos en total oscuridad nuevamente—. ¿Jane?

Ruidos empezaron a hacer presencia en la pequeña tienda, al parecer algunas cosas estaban cayendo de sus estantes.

—Esto no fue buena idea —dijo Gabriel, casi temblando del miedo.

—¡Es genial! —exclamó Lizbeth sonriendo—. ¡Hazte presente Jane!

Gabriel era el más asustado, es por esto por lo que él comenzó a caminar a la puerta de la tienda, para intentar salir.

—¡Jane! —gritó nuevamente Lizbeth.

—Hay que salir de aquí, esto no me gusta para nada —añadió Amber asustada, intentando llegar a la puerta.

Las luces comenzaron a parpadear, dejando ver una silueta que se acercaba a la tabla, por lo cual los chicos comenzaron a gritar.

—¡Corran a la puerta! —gritó Vicky asustada.

Gladys comenzó a correr detrás de los chicos, quienes se dirigían a la puerta, a excepción de Lizbeth.

—¡Lizbeth, tienes que salir de ahí! —gritó Alex preocupado.

Lizbeth tan sólo miraba a todos lados de la tienda, en busca de poder ver a Jane y probar que la historia es real.

—¡Jane, maldita sea, hazte presente! —gritó Lizbeth molesta.

—Ya déjalo Lizbeth, esto no está bien, es evidente que la historia es real —dijo Vicky intentando entrar a la tienda.

—Es su fin —susurró Gladys impidiendo que Vicky entrará.

Los chicos comenzaron a alejarse un poco de la tienda, pues las luces cada vez parpadeaban más rápido y las cosas caían al suelo.

—Lizbeth por favor, tenemos que irnos, no importa si Jane es real o no, vámonos de aquí ya —dijo Vicky acercándose a la puerta.

—No me iré de aquí sin antes verle la cara a esa estúpida —dijo Lizbeth enojada—. ¡Aquí estoy Jane, ven aquí!

La puerta de la tienda se cerró de golpe, dejando a Lizbeth dentro de la tienda, sin posibilidades de salir.

—¡Dios mío no! Tenemos que ayudarla —añadió Vicky asustada.

Cuando Vicky estaba a punto de correr hacia la puerta, Gladys la tomó del brazo, deteniéndola por completo.

—No irás allá, tu amiga está muerta, yo sé que Jane está aquí, puedo presentirlo, y ella está muy molesta.

Vicky observó con miedo a Gladys, para luego mirar la tienda.

—Pero, ella es mi amiga, no puedo dejarla dentro.

Gladys soltó a Vicky, quien rápido comenzó a correr a la puerta de nuevo, ahora nadie la detenía.

—¡Dios mío, Lizbeth!

Vicky pudo observar a una chica caminando hasta Lizbeth, al parecer ella aún no se daba cuenta de que había alguien más allí dentro.

—Ella está aquí, puedo verla —dijo Vicky asustada.

Los chicos corrieron hasta donde estaba Vicky, y efectivamente, todos vieron que Jane ya había hecho presencia.

—Todo es real —dijo Gabriel sorprendido.

—Los chicos decían la verdad, ellos fueron atemorizados por un fantasma —mencionó Amber, alejándose de la puerta.

—¡Yo me voy! —exclamó Alex, quien se alejaba lentamente de la tienda.

Unos fuertes gritos comenzaron a escucharse, estos provenientes de Lizbeth.

—¡Ayuda!

Vicky miró a Lizbeth elevarse por el aire, para tan sólo después irse a estampar en la puerta que era de vidrio, todos los vidrios se incrustaron en el rostro de Lizbeth, quien cayó al suelo sin vida.

—¡Qué lindo es regresar!

El Grupo De Jane 2 - El RegresoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora