El príncipe. #Loki

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Precauciones: contenido sexual y lenguaje fuerte.

Tags: Asgardiano, prisionera, juguetes sex.

Autor: spideystark-


El príncipe.

Era el año 3050, la raza humana había entrado en un apocalipsis, donde solo sobrevivieron algunos. Al paso de los años fuerzas sobrenaturales llegaron al planeta tierra, repoblándolo con una nueva raza entre humana y alienígena, más fuerte, más inteligente y sobre todo más pervertida. Las mujeres eran vendidas en las calles, solo con un collar en el cuello y si tenían suerte acabarían en manos de un Amo.

El príncipe Loki bajo de su nave inspeccionando el nuevo mundo donde su ejército había profanado. Él era asgardiano, media más de un metro ochenta, su cuerpo era musculoso y duro, puro acero andando. Su rostro parecía esculpido por los dioses y su cabello negro, caía en rizos sobre sus hombros.

Portando una espada sobre su espalda se acercó a los rehenes humanos que sus soldados habían capturado, eran unos cientos, los únicos que quedaban en el planeta. Paseo su mirada sobre las mujeres desnudas arrodilladas, algunas siendo obligabas a tragarse la poll.a de su opresor.

Poso sus ojos en una humana, que estaba siendo castigada, sus brazos estaban amarrados detrás de su espalda haciendo que sus generosos pechos quedaran vulnerablemente expuestos, uno de sus soldados le daba palmadas en el trasero desnudo. El príncipe Loki se sintió terriblemente excitado, su ve.rga se hincho contra su pantalón de cuero, se acercó a grandes zancadas hasta ellos...

La chica no media más de un metro ochenta, su piel parecía tan aterciopelada, que sus dedos se movieron inquietos, deseosos de pasar su tacto por esas montañas puntiagudas, su cabellera pelirroja caía por toda su espalda hasta su cu-lo. El príncipe Loki tuvo que usar todo su autocontrol al ver ese par de globos hinchados y rojos por los azotes de aquel soldado, se sintió increíblemente molesto por no poder poseerla en aquel momento.

"Quiero a esta midgardiana en la nave, ahora." Rugió el príncipe con la mandíbula apretada, el soldado la hecho sobre su hombro, regalándole al príncipe una vista de la vagin.a mojada de la humana. Exasperado, el príncipe tomo su espada y miro aquellos midgardianos, para él no valían nada. En menos de un minuto cuerpos sin vida caían en la tierra.

Esa humana debía pagar la osadía de excitar a un príncipe como él.

El príncipe miro la nave, deseando ir y encontrarse con esa niña de ojos verdes. Pero antes tenía asuntos que resolver.

+++

Contuve el aliento cuando mi espalda choco con la aspereza de una pared, los soldados alienígenas me encadenaron cada mano a la pared y colocaron una mordaza en mi boca. Estaba en una habitación enorme y fría. El cuerpo me dolía, no recordaba cuando fue la última vez que comí, o dormí. Cerré los ojos deseando estar en otra parte, solo quería que mi sufrimiento acabara.

El tacto frio de una sustancia liquida me rozo los pies, con la poca fuerza que poseía abrí los ojos. Ya no estaba esposada contra la pared, ahora estaba sobre los brazos de un hombre que lentamente iba descendiendo en una bañera enorme. El agua me cubrió hasta los pechos, mientras a él le llegaba por la cintura. Tomo una sustancia viscosa entre sus manos, para después untarme con ella. No me moví ni un centímetro, solo me dedique a observarlo mientras me lavaba el cuerpo.

No era un humano eso lo sabía, por su altura y musculatura. Pero tampoco se parecía a los alienígenas que invadieron la tierra. Él tenía aspecto humano, pero no lo era.

"¿Quién eres?" Mi voz tembló al pronunciar aquellas palabras, pero quería saber que sería de mí. Sus ojos verdes se posaron sobre los míos, mirándome fijamente sentí sus manos masajearme los muslos.

"Soy el príncipe Loki, de Asgard. Y soy tu nuevo amo." Gemí cuando me separo las piernas y me coloco sobre su regazo. Su dura ver.ga se pegó a mi coño y sus manos me apretaron el culo. "No harás, ni dirás nada que yo no apruebe, ¿me oyes?" me tomo del pelo, para que lo mirara a los ojos, asentí lentamente. "Buena chica, ahora, salgamos de aquí, esclava."

Temblé de pies a cabeza cuando lo vi salir del agua. Todo en él era enorme. Su polla larga y gorda apuntaba hacia el cielo, su abdomen parecía esculpido, sus piernas eran largas y musculosas.

Lo seguí hasta la habitación en la cual había sido esposada, se dirigió hasta un armario de acero, mientras yo lo observaba atenta.

"Arrodíllate a un lado de la cama, abre las piernas y las manos detrás de la espalda." Ordeno mientras seguía buscando algo en su armario. Hice lo que me pidió, me sentía expuesta pero no podía hacer nada contra él.

Cuando volvió hacia mi tenía varios objetos sobre sus manos, las dejo en la cama y me observo un segundo, para después tomar una botella de líquido, vertió un poco sobre sus dedos y se arrodillo detrás de mí. Podía sentirlo, su calor me abrumaba. Temblé cuando sus manos me empujaron hacia delante, hasta que mi cabeza toco el piso y mi culo estuvo al aire. Sus dedos viscosos por el líquido se hundieron en mi coño, salieron y entraron un par de veces, hasta que mi coño comenzó a calentarse, sentía que cada rose de sus dedos enviaba chispas de calor por todo mi cuerpo. Tomo de nuevo la botella, dejo caer un poco sobre mis nalgas las masajeo a su antojo, hasta que estuvieron ardientes, sentía que me quemaba y solo su toque me calmaba. Moví las caderas deseando que me tocara, lo oí reír y me azoto una nalga para después deslizar sus dedos por mi agujero trasero, sus dedos mojados violaron mi an.o, abriéndolo y penetrándolo a su antojo.

Cuando estuve lo suficientemente dilatada se alejó, después de unos segundos volvió, rozando mí culo con algo duro, lo sentí en la entrada de mi coño y lo hundió en mí hasta que toco mi pelvis, gemí ahogadamente.

"No, por favor." Rogué, cuando dejo el objeto dentro de mi coño. "Quiero tu ver.ga." solloce, moviendo las caderas, otro azote cayo en mi culo y deje de moverme.

"Pronto, esclava, primero tienes que acostumbrarte a mis juguetes." Dicho eso otro objeto violaba mi culo, era largo y ancho, me dio otro azote y se retiró. "Mmmm, con eso bastara hasta que vuelva." Lo oí reír. "Deja de moverte o te esposare." Ordeno, dándome otro azote. Pero no podía dejar de moverme, sentía que me quemaba, necesitaba que me follara.

Me tomo de las muñecas, pasando unas esposas de cuero me esposo a la pata de la cama, separo mis rodillas, colocando un armazón de cuero entre mis muslos, cuando se alejó quise cerrar las piernas pero fue inútil.

"Deliciosa. No sabes cuan deliciosa te ves." Gruño el príncipe Loki. "Volveré en un rato, si eres niña buena, te follare." Riendo salió de la habitación, dejándome expuesta, empalada y necesitada.

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