Capítulo 37 - El Narciso en La Colina de Pony

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El escándalo mediático que generó la ola de intrigas formada en derredor del nombre del reconocido actor Terence Graham, no mermaba pese a que habían pasado más de tres meses desde que se dictó sentencia a los culpables; para la prensa, sin embargo, la noticia seguía fresca. Los periodistas acechaban a Terry con preguntas sobre su vida con Susana, por ejemplo, qué se sentía vivir en medio de tantas artimañas, pero, más que cualquier otra cosa, preguntaban porqué no llegó a casarse con Susana. El actor, como siempre hacía, contestaba con evasivas o, simplemente, se negaba a responder. Esta actitud, no obstante, servía sólo para alimentar la curiosidad de los periodistas y la del público.

A falta de declaraciones de parte de él, inventaban sus propias noticias, abriendo de esa manera, más lugar a otras especulaciones infundadas.

Terry esperaba que el tiempo redujera a cenizas la llamarada de querer fisgonear sobre su vida porque, al llegar a ese punto, buscaría a Candy para volver con ella. Guardaba la esperanza de que no se negara a aceptarlo porque el mayor obstáculo que los separó, ya había desaparecido; aunque también estaba por verse si ella seguía enamorada... Con todo el corazón, esperaba que sí. Annie ya se lo había asegurado pero esto era algo que él tenía que confirmar por sí mismo de labios de la propia Candy; pero buscar a su amada mientras tenía a la prensa detrás suyo, era poco conveniente, y no pensaba esto por su carrera como actor, sino porque bajo ninguna circunstancia pondría la reputación de Candy en manos de la prensa, tan avara por conseguir una nota veraz. Con lo reciente de la muerte de Susana y la negativa de Terry de casarse con ella, la prensa se comería viva a Candy. Si, años atrás, él dejó el colegio San Pablo para salvarla de una situación que puso en entredicho su reputación, exponerla en esta nueva circunstancia era un acto estúpido y egoísta, que restaría valor y sentido al sacrificio de haberse separado de ella en el colegio, y no era así como él volvería con Candy, ¡no! Esa bella reunión no debía ser manchada; por lo tanto, lo mejor era esperar...

La espera de Terry no fue pasiva porque poco después del juicio, buscó otra vivienda que no le recordara en nada al gris apartamento en el que vivió con Susana. Su nuevo hogar tendría los colores de mayo: verde, azul celeste, amarillo, y cuando pensaba en este último color, se le venía a la mente Candy tropezándose con él entre los amarillos narcisos del colegio. Recordó su acalorada voz:

-¿Siempre estás tumbado aquí como una piedra?

-Las piedras no pueden oler el aroma de los narcisos. - Fue la respuesta de Terry.

Una esperanzadora sonrisa se le dibujó en los labios al recordar esa vivencia, y de repente, el color amarillo de los narcisos le pareció más brillante que nunca. "Algún día caminaré en el camino de los narcisos y sorprenderé a Candy nuevamente. Pero esa vez, no se tropezará conmigo... ¡se lanzará a mis brazos abiertos y me dirá 'bienvenido'!

  Al impulso de esa esperanza, siguió adelante con su trabajo... con su vida.

*   *   *

En efecto, seis meses después del escándalo provocado por el juicio, la prensa había casi olvidado el tema de Susana y Terry. Ahora el teatro llevaba a cabo otra presentación en la que el actor volvía a brillar con luz resplandeciente. Forzosamente, las noticias debían hablar de actualidad, y la actualidad era el teatro, sus nuevas presentaciones y sus actores principales. El más importante de ellos, Terry. Cuando se le mencionaba, solamente se escribía alguna nota floja de Susana, entre las muchas otras las muchas otras cosas actuales y positivas sobre las actuaciones de Terry.

Dentro de seis meses más, se cumpliría un año. Pasado ese tiempo, él se había dicho que le escribiría a Candy. Solo un poco más de tiempo y la carencia de Candy se iría para siempre. Sin embargo, pasado ese año, Terry volvió a llenarse dudas: ¿le seguiría amando Candy? ¿Qué pensaría ella de él si se presentase frente a ella diciéndole que la sigue amando pese al tiempo transcurrido? ¿Lo consideraría un hombre frívolo que cosifica la muerte de alguien cuando piensa en su felicidad? ¿Qué pensaría Candy que dos personas, como Anthony y Susana, hayan tenido que morir para que otras dos estén juntas? ¿Aceptaría Candy ser feliz con Terry sabiendo estas cosas del pasado? ¿Sabía Candy cuál era la verdadera naturaleza de Susana? ¿Le contó Annie todo lo que ella descubrió? 

El Rey BlancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora