- Yo... solo... - las palabras de repente se atascaron en mi garganta y terminé tartamudeando como una niña de cinco años. – Yo solo...

- Dios, estoy tan cansado de todas esas preguntas – Walter se pellizcó el puente de la nariz, cerrando los ojos.

Inmediatamente me callé, escuchando su voz irritada. Sí, estar callada y mantener la boca cerrada habría sido una mejor opción.

- Caray, sólo he preguntado una cosa – murmuré más para mí que para él, pero Walter definitivamente me escuchó porque abrió los ojos y miró en mi dirección. Reuní mi coraje y me volví hacia él. – Estaba muy triste de escucharlo, ¿sabes? Probablemente le rompiste el corazón.

- No me importa. Ella supo desde el principio en qué se estaba metiendo.

- Oh Dios, eres tan idiota – respondí, finalmente teniendo suficiente de su arrogancia. – Es una chica, un ser humano que puede sentir, no una flor que puedes poner en un jarrón. No sé lo que pasó entre vosotros, pero nadie merece que lo traten así.

- Ese es el problema, Aria – Walter rápidamente dio unos pasos más cerca para enfrentarme de nuevo. Se paró a unos pocos centímetros de mí con sus cejas fruncidas. – No sabes nada de mí, pero actúas como si supieras.

- Sé más de lo que piensas, Walter – dije con los dientes apretados, desafiándolo. – Sé que le mientes a todos. Sé que no te importan los demás y juegas con sus sentimientos. También sé que alejas a la gente solo para estar solo y eso me molesta. Y eso es suficiente para ver que tienes un problema. Un gran problema contigo mismo.

Se burló, mordiéndose el labio inferior con ira. - ¡Mira quién habla! ¿No eres tú quien tiene problemas? Estás engañando a todo el instituto. ¡Ni siquiera puedes ser honesta con tus amigas! Oh, espera, me olvidé de algo, en realidad no tienes amigas porque esas dos idiotas que te rodean te están utilizando para sus propios beneficios. ¡Pero eres demasiado ciega para verlo!

Antes de darme cuenta, nos estábamos gritando el uno al otro como si no hubiera un mañana. Sentí que mi sangre hervía dentro de mí y tuve que contenerme para no golpearlo en la cara con todas mis fuerzas. Eso era realmente difícil, porque su último comentario me hizo enfadar.

- ¿Cómo puedes decir eso? – grité con frustración. - ¡Ni siquiera lo conoces!

- ¡No necesito conocerlas para ver cuán superficiales son!

Gruñí, realmente irritada. - ¡Es lo más ridículo que he escuchado! ¡No puedes juzgar a la gente así!

Hubo un momento de silencio. Nos mirábamos el uno al otro, respirando pesadamente debido a nuestro arrebato repentino. Ninguno de nosotros iba a rendirse.

Momentos después, cerró los ojos, tratando de calmarse. – No necesito a una mentirosa en mi casa, así que vete. Ahora.

Sonreí, feliz de irme.

- ¿Sabes qué, Walter? Finalmente entiendo por qué no hay nadie a tu alrededor. Puedes seguir alejando a la gente, pero algún día nadie se molestará en volver y te dejarán solo. Para siempre. Y luego pedirás a esas personas superficiales que hablen contigo. Espero que suceda pronto porque te lo mereces.

Sin mirar atrás, me acerqué a la puerta de la entrada y salí de la casa de Walter, prometiéndome evitar ese lugar por el resto de mi vida.

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W A L T E R

¿Quién demonios se creía que era? Ella no era mejor que yo. Además, ¿por qué me criticaba cuando ella había sido quien había comenzado todo? ¡Ella era la que más tenía que callar! ¡Ella le había estado mintiendo a todo el mundo! 

¿Qué no juzgase? Por favor, si tanto apreciaba a sus amigas, entonces, ¿por qué les mentía? ¿Por qué les tenía que mentir para sentirse aceptada por ellas? Si realmente no fuesen superficiales como ella aseguraba, no tendría que mentirles en primer lugar. ¿Y yo soy el malo de la película? Además, ¿quién se creía que era, criticándome y juzgándome? Ni siquiera me conocía, no sabia nada de mi vida, y sin embargo, me gritaba y me llamaba de todo sin saber absolutamente nada.

Ella no era nadie. Era peor que yo. Ella mentía para sentirse aceptada. Estaba criticando a sus amigas por ser superficiales, pero en realidad la única superficial era ella.

Parecía diferente, pero lo cierto es que era igual que todos los demás.

Era otra cucaracha. Otra plaga. Y yo aplastaba a las cucarachas y aniquilaba a las plagas.

De repente, comencé a sentirme enfermo de nuevo y me giré para subir las escaleras. Cuando entré en mi habitacion y me tumbé en la cama. Comencé a pensar en sus últimas palabras.

Sabía que estaba solo, siempre lo había estado, pero por alguna razón, comencé a sentirme más sólo que nunca.

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¡Hola Playboys! 

¿Qué tal su semana? ¿Ya tienen todo preparado para Nochebuena? Nosotros sí, y ya estoy temblando por lo que pueda suceder mañana y el día de Navidad... Dios se apiade de nuestras almas. Esperemos que no caigan en las garras del champán xD

¿Qué opinan del capítulo? Muchas gracias por todos sus votos y comentarios, me halaga saber que la disfrutan ^^ Ya pronto sabrán más cosas de Walter y de lo que le está sucediendo... ¿por qué estará solo? He leído muchas teorías por ahí... y solo os puedo decir una cosa:

SIGAN LEYENDO.

Ah, que mala persona me siento xD. Disfruten del capítulo Playboys!

Nos vemos pronto!

Cheeky Love, xx

El Playboy tiene un Secreto, [SP#4]Where stories live. Discover now