Diario de una pequeña lesbiana

Capitulo 2 "MiHistoria"

Enero 2014. Ha empezado un nuevo año, tengo buenas sensaciones para el 2014, creo que al fin podré ser feliz, tras años de no haber podido serlo... En 2009 mi madre pilló un cáncer, salió de él como la luchadora que siempre ha sido. Pero esto dejó secuelas. Ya nada fue lo mismo en mi familia, todo eran broncas y más broncas. No aguantaba más, quería huir de la casa en la cual no podía ser feliz. Fue una época mala, así que no tuve tiempo de pararme a pensar en mi orientación sexual. Hace un año, algunos meses más, comenzaron mis complejos. Me veía gorda. No podía pararme en los espejos porque tenía miedo. Tenía auténtico miedo de verme aún peor. El momento de la ducha era el peor momento del día. No podía evitar mirarme y odiar cada parte frágil de mi cuerpo. Me pegaba, me autolesionaba. Dejé de comer, tiraba la comida a la basura o por la ventana, o simplemente la tiraba al váter. No quería comer. Quería notar mis costillas, ver como mis piernas se mantenían separadas, ver como mis caderas sobresalían, y, ¿sabéis? Lo conseguí, conseguí todo aquello que me propuse. Pero, cuando veía la forma en la que la gente me miraba, con cara de preocupación, me daba cuenta de la pena que daba. Mi madre no podía soportar a una anoréxica. Mis últimos cortes creo recordar que fueron en noviembre. Me pasé. Me acabé mareando como una estúpida. Por suerte, mi madre no se enteró. Pero me han quedado unas marcas horribles. Hay veces que siento algo dentro de mí que me llama, que me pide más cortes y menos comida. Pero hay que tener fuerza, fuerza propia. Decir que no a lo malo. Pienso en mi madre, en mi heroína. En esta persona tan cercana que estuvo a punto de morir y no lo hizo, por mí, por su familia. Y yo, una insolente niña, deseando la muerte y tentándola con un juego de cuchillas.

Quiero que sepáis, aquellas que sufren anorexia, bulimia o algún tipo de trastorno, que tenéis que ser fuertes. Que vuestro cuerpo no tiene que ser juzgado por nadie, ni por vosotras mismas. Y, respecto  a los cortes, quiero decir que penséis. No soy la más indicada para decirlo, pero he pasado por esto. Tenéis que ser fuertes. No estáis solas.