23. Suyo.

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-Harry's POV-

Odiaba la tensión. Desde que ella se mudó a mi dormitorio, Ally y yo, naturalmente, desarrollamos una familiaridad entre nosotros. Ni siquiera hubo ninguna dificultad para empezar. Era como si solo supiéramos cómo ajustarnos el uno al otro. Por supuesto, hubo momentos en que yo estaba muy tentado a tomar un sorbo de su sangre, pero no era nada que una copa de sangre no pudiera arreglar.

La noche que llegó Ben, sin embargo, fue como si nos hubiéramos convertido en extraños el uno para el otro. La gran habitación de repente se sintió muy pequeña para nosotros dos. Toda forma de equilibrio que habíamos desarrollamos con el tiempo desapareció por completo. Ella se estaba escapando por entre mis dedos a cada minuto.

Finalmente, ella estaba acostada en su lado de la cama mientras yo estaba sentado en el borde de la mía, con toda la intención de perderme en un libro.

Ella fue la que eventualmente rompió el silencio.

—Gracias, Harry. Por lo que hiciste.

No tenía ganas de hablar del chico, así que ignoré su agradecimiento y cambié de tema.

—Lucas se te acercó antes. ¿Qué te dijo?

—Nada —respondió demasiado rápido—, tú sabes que tu hermano... dice un montón de cosas sin sentido.

—Por la forma en que reaccionaste, lo que dijo pareció lejos de ser insignificante. —Me acordé de lo que Corrine me dijo acerca de la condición psicológica de Ally y cómo era imposible para ella no recordar lo que sucedió la noche en que fue atacada.

—¿Él ha estado lastimándote, Ally?

Ella no respondió.

—No importa.

—¿Cómo que no importa? —Agarré las sábanas de la cama, preguntándome por qué me estaba haciendo preguntas con cuyas respuestas ni siquiera sabría cómo comportarme.

—¿Lo ha hecho?

Ally se sentó en la cama y agarró mi muñeca.

—¿Por qué estás actuando así? Tú nos has visto a Lucas y a mí interactuar innumerables veces.

—¿Interactuar? ¿Eso es lo que haces con Lucas?

Yo sabía que estaba siendo irracional, pero la imagen de Ally con Ben abrazándose estaba quemando todo pensamiento racional y razón en mi mente.

—¿Ha estado pasando algo entre tú y mi hermano, Ally?

—¡¿Lucas y yo?! —dijo con los dientes apretados, como si fuera la cosamás repugnante que jamás había oído hablar—. Es una locura, Harry. Yo nunca...

Me moví rápido, empujándola sobre su espalda sobre la cama. Rápidamente la agarré por las muñecas y la sujeté con una mano sobre su cabeza y me arrodillé en la cama, a horcajadas sobre sus caderas.

Sus ojos se abrieron como platos en pregunta.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó con una pequeña y rota voz—. ¡Espera! No...

Agarré su mandíbula no muy gentilmente. Era la primera vez que podía recordar que la trataba de una manera desfavorable desde el ataque la primera vez que puse los ojos en ella. Sentí que estaba perdiéndola y que estaba fuera de mi control. Quería recuperar alguna forma de control e irrazonable como era, yo estaba descargando mi nerviosismo sobre ella.

—Tú eres mía, Ally. Muchas cosas han cambiado entre nosotros, pero eso no ha cambiado.

Ella no respondió. En cambio, me miró de un modo que no había sentido en mucho tiempo. Me miró con miedo.

Eso me despertó de mi momentánea ráfaga de furia demente. La solté y me bajé de ella, sintiéndome como el mayor idiota que ha caminado sobre la tierra. No podía ni siquiera mirarla. Ni siquiera podía soportar estar en la misma habitación que ella. No la merecía.

Sabía que estaba mintiendo cuando le recordé que el hecho de que ella era mía no había cambiado. Sin importar qué acto de macho alfa podría lograr tratando de intimidarla, sabía la verdad. Ya no era mía. De hecho, era exactamente lo contrario. En algún momento durante todos esos momentos que había pasado con ella, yo me había convertido en suyo.

Shades.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora