Pero primero unas palabras:
Saludos a mis poquísimas pero hermosas lectoras. ¿Cómo están? Han sido días difíciles, ¿verdad? De hecho, me encontré con el dilema de si debía publicar capítulo nuevo o no, pero terminé con decidirme por hacerlo porque escribir es lo que más me gusta y me ayuda, así que seguí adelante.
Está demás decir el motivo de estas palabras y este pequeño espacio que me estoy dando. Ya todos lo sabemos. Las últimas noticias nos han afectado más a algunos que a otros por diferentes motivos. Nunca fui fan de él, pero su reciente pérdida me ha roto el corazón por razones personales, y no me ha quedado de otra que intentar seguir adelante para evitar hundirme en la tristeza y la ansiedad. Y me ha servido hacerme a la idea de que puede que físicamente ya no está presente, pero su alma, talento y valentía, perdurarán por siempre conmigo, con nosotros.
Así que les invito a desahogar su dolor de la forma en que lo encuentren necesario, intentando recordar que él querría vernos a todos felices y saludables. Hablen, lloren, griten, escriban... cualquier cosa, pero no guarden todas esas emociones negativas que al fin de cuentas lo único que hacen es intoxicar su alma. Descansen, coman bien y beban agua. Y manténganse rodeados de amor siempre.
Es difícil, pero sé que el consuelo llegará y el dolor se convertirá en esperanza, porque esta despedida no es un "adiós", sino un "hasta luego".
Sufriste mucho, Kim Jonghyun, pero lo has hecho bien. Has trabajado duro y mereces descansar en paz. Gracias por todo.
Te recordaré siempre.
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Ahora sí, el capítulo:
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Las páginas del libro parecen suspirar mientras Ten les da vuelta y él mismo suspira, encontrándose con otro párrafo lleno de letras minúsculas que lee un par de veces, y otra más, antes de entender el contenido del mensaje. Cuando acaba de leer ese párrafo sus ojos vuelan al pie de página para aterrizar justo sobre una bibliografía que se mueve de lugar, citando un libro que no conoce sobre un autor que conoce aún menos. Ten suspira de nuevo.
Está en la biblioteca, sentado en la silla de siempre frente al escritorio de siempre, con su primo por un lado de él, quien parece devorar las páginas una a una. Ten se siente envidioso, ya van cuatro días seguidos que se encuentran en ese lugar del demonio y su Doyoung no podría lucir más fresco y dedicado. Sí, Ten desearía poder tener la capacidad de enfoque y retención de su primo. Pero bueno... no es como si pudiera cambiar las cosas, ¿verdad? Además, hay otro montón de razones por las que la gente lo quiere y no debería sentirse mal por no tener las mejores calificaciones y ser un alumno más bien bastante promedio... ¿verdad? ¿Verdad?
Ten parpadea un par de veces y sacude la cabeza, intentando volver a concentrarse, pero no puede, no puede. ¿Por qué no puede? Porque hoy ha sido un día agotador: ha llegado tarde a la primer clase; en la hora del almuerzo, y por equivocación, ha comido nueces y ha terminado en la enfermería tratando de aliviar los síntomas de su alergia; también ha recibido una llamada de sus padres, avisando que estarían de visita en la ciudad muy pronto. Y no es que a Ten no le agraden esas noticias, sino que, cuando sus padres viajan hasta Seúl, acostumbran dormir en casa de Ten y él se siente incómodo porque no puede dejarse llevar por la vagancia como comúnmente lo hace; y no es que sus padres lo traten como a un niño, al contrario, siempre finge que es un adulto responsable que puede ser lo suficientemente independiente para vivir sólo.
En fin.
Pero la visita de sus padres no es la única razón por la que se encuentra incapaz de prestar atención y enfocarse en su proyecto: Doyoung y él ya llevan más de una hora ahí y Yoonoh y Taeyong no aparecen por ningún lado. No es que los haya estado esperando, por supuesto que no. Más bien, había pensado que Doyoung y su novio se iban siempre juntos después de salir de la biblioteca. Claro. Por supuesto que eso era lo que ocupaba sus pensamientos. Doyoung y Yoonoh, no Taeyong. Por supuesto que Taeyong no. Duh.
