Here I'll Stay [Barry Allen] #WATAwards

28.

Ocupado.

Esa era la palabra que resumía a la perfección las últimas dos semanas de Nina. Durante las semanas pasadas, e incluso en la que venía comenzando, había empezado a llegar bastante trabajo a la estación de policías. Ella no se quejaba en absoluto por tener tanto trabajo en CCPD, le gustaba sentirse útil, aunque extrañaba ponerse el traje negro de Illusion por las noches. Desde que Nina descubrió sus poderes cuando despertó de su coma hace unos meses, su vida había estado llena de emoción cada día. Los poderes que le otorgó la explosión del acelerador de partículas, combatir ladrones e incluso metahumanos, eran parte de su rutina ahora. Era inevitable que no sintiera un vacío. Barry era quien se estaba haciendo cargo de los pequeños ladrones de Central City por ser más rápido, así ella no se distraía de su trabajo principal.

Aunque ella no tuviera su usual dosis de adrenalina que le daba su trabajo secreto de vigilante, el trabajo en CCPD era suficiente para ocupar todo su tiempo. Las habilidades no fueron lo único nuevo en su vida, hace poco tiempo ella decidió agregar un poco de ejercicio también. Era una buena forma de aprovechar el poco tiempo libre que tenía y la beneficiaba en muchos aspectos.
Su pie, el cual había sufrido congelamiento por parte del generoso Leonard Snart, estaba recuperado ahora aunque con dos daños permanentes: la pérdida del sentido del tacto y un tono púrpura en el área afectada. Por lo menos eso no era un obstáculo su entrenamiento. Manejar defensa personal era su meta al momento, unas nuevas maniobras de defensa y ataque siempre le vendrían bien cuando estaba en las noches afuera en la ciudad.

"Vamos, golpea más fuerte esta vez."

Eddie había sido lo suficientemente amable para ayudarla a entrenar en el gimnasio para uso del personal de CCPD, como lo estaba haciendo en esta ocasión. Él sabía muchas técnicas por ser un agente de campo, y cuando ambos coincidían en el tiempo libre le enseñaba una que otra.

"¿Eso es todo lo que tienes?" Eddie la retó.

Pequeñas gotas de sudor brillaban mientras resbalaban por la frente fruncida de Nina. Eddie estaba frente a ella esperando que lo intentara golpear, él tenía un brazo más arriba del otro y estaba alerta a cualquier movimiento que Nina intentara hacer. Ella no era la única que estaba sudando, la camisa roja que el detective llevaba se veía de color vino en su espalda. Era natural, ambos llevaban por lo menos una hora practicando los movimientos.

"Mi turno, entonces."

Eddie dio dos pasos rápidos hacia Nina, y ella no tuvo tiempo de retroceder cuando él lanzó su puño derecho al aire. Ella desvió el puño que iba directo a su rostro de la manera en que Eddie le enseñó, y golpeó suavemente al rubio en el abdomen. Él cerró su mano alrededor del brazo de Nina, con un simple movimiento volteándola para dejarla de espalda contra él. Eddie rodeó el cuello de ella con sus brazos, haciendo una ligera presión, lo suficiente para que no pudiera moverse libremente. Nina empujó su brazo hacia atrás, golpeando su costado con su codo. Repitió la acción con su pie, esta vez impactando debajo de su rodilla. Él soltó una de sus manos y ella aprovechó para inclinarse sin soltar el otro brazo de Eddie, usando la propia fuerza del hombre contra él. Eddie le dio una sonrisa cansada desde el suelo.

"Has mejorado," dijo retomando el aliento.

Nina ajustó la coleta que sostenía todo su cabello, algunos mechones se salían y caían en su frente mojados. Le extendió su mano a Eddie, ayudándolo a levantarse.

"No es que tenga otra opción, ¿o sí?" Nina tomó un trago de agua de la botella que trajo consigo.

Barry tomó lugar en su mente entonces. Más específico, el extraño comportamiento que él tenía desde la noche en que Felicity regresó a Starling City. Incluso más raro que de costumbre, añadió en su mente. En los días recientes, la abrazaba más que de costumbre por ninguna razón aparente, ella también había notado que él estaba usando algunas prendas de su armario viejo. Nina tenía una hipótesis sobre la razón de su conducta, pero la guardaba para sí misma. Si era honesta, tan solo pensar en ello la divertía más que cualquier otra cosa.