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Me dejó en segundo plano.

Fue muy incómoda la situación, Robin me llevó a la casa del tal Zev para conocerlo. Ella no paró de hablar acerca de él todo el camino por lo que me fui poniendo nervioso. Cuando llegamos y tocamos el timbre él salió rápidamente a abrir; sobra decir que Robin se lanzó a abrazarlo como si no lo hubiese visto en años.

¿Cómo lo sé? Ella se soltó rápidamente de mi y hubo una gran ráfaga de aire. Me gustaría que tuviese toda esa emoción cada vez que me ve a mí, pero supongo que eso no pasará.

-Vaya, no nos hemos visto en una semana, no es tanto tiempo. Cálmate. -escuché como le dijo el tal Zev.

-Me caes mal, tú nunca te dejas querer -respondió Robin, después ella se acordó de mí y me jaló al frente junto a ella-. Te presento a Devon.

-Hola, un gusto -estiré mi mano esperando que él supiera que debía de tomarla, para mi suerte fue así e intercambiamos un apretón-. Puedo ver que eres un gran amigo suyo.

-¿Qué te dije del humor negro, Dev? -regañó Robin.

-Es parte de mi, sí me quieres tendrás que querer todo el paquete completo. -expliqué encogiendome de hombros. Zev se rió por la situación.

-Me agradas, la chica maravilla me ha hablado mucho de ti -dijo, sonreí levemente sin responder y pasamos por fin a su casa-. Perdón, tenía planeado ir todos a mi cuarto pero no me di cuenta de que había muchas escaleras para subir.

-Está bien, solo necesito que me guíen.

-Puedo hacer algo mucho mejor que eso -de repente sentí como alguien me levantó y me cargó en sus brazos al estilo princesa. Pensé que se trataba de Zev, pero lo que estaba sintiendo definitivamente no era un pecho de chico.

-Robin, ¿qué demonios? -pregunté tratando de zafarme pero la verdad es que me gustaba.

-Solo estoy haciéndole honor a mi nombre, vamos -respondió cerca de mi oído. Comenzó a subir las escaleras mientras me cargaba, su amigo dijo que iría detrás de nosotros por si algo pasaba, así él nos detendría de caer.

O moriría aplastado por nosotros, quien sabe.

Cuando al fin llegamos a la habitación, Robin me dejó en el piso y me encaminó a la cama.

-Bueno, aquí estamos -dijo Zev, sentí como la cama se hundía por lo que supuse que ellos se habían sentado. Intenté alejarme un poco moviéndome hacia la cabecera, o donde yo creía que estaba-. ¿Cómo conociste a esta lunática?

-Me acosó mientras iba a la casa de mi tía, fue espeluznante -contesté.

-Típico de Robin.

Después de eso, continuaron hablando de cosas de la vida de ambos que desconocía. Me causó gracia el hecho de que en realidad ella me dejó de lado más pronto de lo que esperaba.

Me removí incómodo en la cama y accidentalmente encontré unos papeles debajo de una almohada- ¿Por qué guardas esto aquí? ¿Son sobres? -pregunté. Él me los arrebató rápidamente de las manos.

-No lo leas, eh... -pasó un momento de silencio después de que se dio cuenta de que no había manera en que yo pudiera leer lo que sea que eso contenía. Suspiré cansado y me levanté con cuidado.

-No importa, ¿puedo usar tu baño? -dije con incomodidad.

-Claro, cuando salgas da vuelta a la izquierda, está al final del pasillo.

Asentí y comencé a caminar despacio, esperaba que Robin se ofreciera a llevarme pero siguió hablando con Zev, así que fui solo.

Cuando salí del baño no recordaba exactamente cual era la puerta de la habitación, por lo que coloqué mi mano derecha en la pared y caminé entrando en la primera habitación que encontré. Si no era esa, solo saldría e iría a otro lado.

Al primer segundo me di cuenta de que efectivamente me había equivocado, en esa habitación no había ningun sonido y olía un poco a humedad, como si hubiese pasado mucho tiempo desde que alguien estuvo ahí.

No me sentí cómodo por alguna razón, entonces salí y esperé que la siguiente puerta fuera la correcta.

El camino correcto [Pausada Indefinidamente] Where stories live. Discover now