Cigarrillos. {MikuxLen}

3

En la oscuridad de mi habitación, aún podía sentir el calor de mis mejillas.

Kagamine-san caminó amablemente conmigo hasta la puerta de mi casa, y yo siendo descortés con él... Subí la manta hasta mi frente y me engullí en un sueño profundo.

Al otro día desperté con leves toque en la puerta.

-¿Miku?...- murmuraba mi madre detrás de la puerta. Me incorporé y tallé mis ojos.

-Pasa.- dije sentada en la cama.

-¡Gracias a Dios estas aquí!.- exclamó tomando mi rostro entre sus manos, para luego sentarse en el extremo de mi cama.- De un momento a otro perdí tu rastro y no te vi más.

-Si... El lugar me abrumó y caminé a la casa.- respondí encogiendo los hombros.

-¿Viniste sola?- preguntó preocupada. Y en ese momento recordé el color mar de los ojos de Kagamine Len. Noté como la sangre subía a mis frías mejillas. Aparté la mirada y me encaminé al baño personal de mi habitación.

-Sí, vine sola.- respondí a su pregunta y me encerré en el baño.

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Estaba sentada en el patio de mi casa junto a mi madre, observando como mi padre cerraba un importante negocio. Somos unas de las familias más ricas de Japón con una importante empresa en nuestro apellido. Casi nunca hablo con mi padre por el hecho de que siempre esta ocupado en la empresa, pero no es algo que me interese. Mis padres se casaron por conveniencia cuando tenían 18 años, y al parecer ése también seria mi destino.

Mi padre se levantó y tomó la mano del señor en frente de él con una gran sonrisa. La gente dejó nuestro gran jardín y yo y mi madre tomamos asiento justo a él en una mesita de jardín. Las criadas nos dieron té y algunas galletitas.

-Tengo grandes noticias para ti, Miku.- anunció y lo le dí un sorbo temeroso a mi té. 

-¿Qué pasó, cariño?- preguntó mi madre.

-Junto al señor Takanashi se nos ocurrió la gran idea de aliar nuestras empresas familiares para terminar siendo una gran alianza. Y para que el gran trato quede sólidamente estipulado, tomamos la decisión de celebrar un gran matrimonio con nuestra querida hija y su gran heredero a la fortuna, Takanashi Arren de 20 años.

Sentí como un balde de agua fría calló sobre mi cuerpo, congelando mi sangre y cortando mi respiración.

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N/A: Holaaaaaaaaaaaaaaa.

¿Ya vieron la chulada de portada que una amable chica creó? :D

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-Coni