Capítulo 31.

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—Ah...No, no quiero—Se movía con brusquedad intentando salir de las garras de Suga.

—Deja de quejarte—Gruño y comenzó a besar su cuello—Si quieres, yo se que si.

—¡No, ya por favor!—Grito apunto de llorar.

Suga retiro toda su ropa dejándola vulnerable ante a el, sonrió de lado y se acerco a su oído.

—Me perteneces, hagas lo que hagas siempre serás mía.

Mordió el lóbulo de su oreja haciendo que la castaña soltara un gemido. Aneu se maldijo en sus adentros por haber sacado aquel gemido, ya que gracias a eso una escalofriante sonrisa se hizo presente en los labios del Pelinegro.Las enormes manos de Min recorrían cada rincón de su cuerpo haciendo que la chica soltara pequeños suspiros y uno que otro gemido, esta vez Suga no estaba siendo tan rudo, y eso le empezaba a gustar ¿Que locura no?

—Te esta gustando—Se quito su camisa y su mirada se fijo en Aneu quien mantenía sus mejillas rojas.

—¡No, ya dejame!—Se quejó dándole empujones en su pecho, pero este no se movía ni un poco.

—Te voy a partir en dos por estarle  mintiendo a tu Daddy— Susurro cerca de su oído y abrió sus piernas.

Con una enorme brusquedad entro en la chica, logrando que soltara un gemido de dolor, su miembro era enorme y dolía cada vez que entraba de esa manera.Sus pequeñas manos se aferraron a las sabanas blancas de la cama con cada movimiento de Suga.Esta vez no sentía asco, esta vez lo estaba gozando.

—Ahh...—Cerro sus ojos mordiendo de su labio inferior al sentir la lengua del pelinegro jugando con uno de sus pezones.

Adentro, afuera.Adentro, afuera y el cuarto se llenaba de los gemidos de ambos.Una delgada capa de sudor mantenían sus cuerpos y el sonido de como sus cuerpos se juntaban era muy fuerte. Aneu estaba tocando el cielo y mas al besar los labios de su esposo.La lujuria los dominaba a ambos y no estaban concientes de lo que hacían, esta vez Suga no quería lastimarla.

—Mmnh...—Entrecerró sus ojos— Daddy... Más...quiero más Daddy.

El nombrado sonrió al haber escuchado a su pequeña esposa decir eso.Colocó sus piernas en sus hombros y tomo con fuerza su cintura, de una  sola embestida enterró su miembro tocando el punto más débil de la castaña.Esta vez Suga no salia y lo hacia con mayor profundidad y rapidez , gemidos roncos salían de parte de el, algo que excitaba aún más a Aneu.

—Eres solo mía Aneu.—Susurro entre jadeos en su oído.
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Lentamente abrió sus ojos al sentir como unas manos la movían con un poco de brusquedad.Se incorporó mejor en la cama y se dió cuenta que no dormía en la suave arena del mar estaba en la habitación de Suga y de ella.Fruncio su entrecejo al ver que su esposo estaba al frente de ella con unas maletas en sus manos.

—Nos regresaremos a Corea—con frialdad miró a la castaña y sonrió un poco—¿Por qué me miras tanto?

Aneu parpadeo varias y miró su cuerpo que estaba debajo de las sabanas, estaba con su ropa y no desnuda.Cerro con fuerza sus ojos y sus mejillas ardían de vergüenza todo había sido un sueño, un vergonzoso sueño.

—¿Por que te sonrojaste? ¿Que diablos soñabas?—Se cruzó de brazos con una descarada sonrisa de lado.

—¡N-nada!—Elevo un poco su voz—¿Que hago aquí? ¿Que no me habías corrido de la casa?

La sonrisa de Suga se esfumo al recordar aquello y el como supo donde estaba, al parecer la castaña ya había conocido a la persona que mas odiaba y al que el sospecha fue el culpable de la muerte de TaeHyung.Tenia mucha intriga por saber de que hablaron, ese hombre no era de confiar y temía a que tuviera una falsa relación de amistad con su esposa.

My Daddy; Min YoonGi. ¡LEMON! (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora