Desvario de Ebrio

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Advertencia: Con este cap mandé a la madre el cannon, pero retornará en los sgtes, creo

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-¡MALDITO SEAS GRANTAIRE ¿QUÉ HA SIDO ESO?! ¿HAS PERDIDO LA CABEZA MALDITO ALCOHOLICO?- le gritaba el rubio completamente colérico al punto de golpearle de no ser porque Courfeyrac y Bahorel le retenían, aun así forcejeaba por írsele encima al pintor que ni siquiera lo escuchaba. Se había quedado de piedra en cuanto sintió el puño del rubio en su pómulo izquierdo

¿Por qué le gritaba? ¿Qué había hecho? ¿Por qué le odiaba con tanta intensidad? ¿Por qué quería matarle? En ese momento era perfectamente capaz de hacerlo, si no estuviera retenido por la fuerza de Bahorel y la voz tintineante de Courfeyrac intentando calmarle poniéndose en medio del artista y su verdugo ¿Por qué sus amigos le veían con reproche dejándole saber que había ido demasiado lejos, otros con total sorpresa y Jehan con compasión? ¿Qué había hecho? Se preguntaba su mente

En un débil destello de lucidez, se recordaba en la mesa del rincón terminándose una cerveza para seguir con las otras, esperaba que llegaran los demás para empezar la reunión... pero por su parte, no quería tener reunión ese día, el ambiente era festivo, sería un fastidio nublarlo con penurias, pero no lo decía, a fin de cuentas, con suerte no intentaran salvar el mundo, solo pasar un rato reunidos como amigos, se planteó volviendo a beber... en cuanto a él, estaba en rincón entre pullas con Joly, Bousset y Bahorel, pero hace minutos que había dejado de oírlos por perderse del mundo oyéndo a su líder

Recordaba haberle visto desde el rincón y sentirse tentado de acercarse al verle soltar una carcajada por el desenlace de la historia que les contaba Courfeyrac, carcajada que fue sonora igual que sus sombras, al final, de esa carcajada solo quedó una sonrisa plasmada en las comisuras de sus labios y en una mirada brillante que solo se le podía ver cuando se divertía con las ocurrencias del ojiverde y después de eso, Grantaire sintió el golpe y el insulto... ¡maldición! ¿Por qué no recordaba el fragmento de ese instante? ¿Qué había hecho?

-Enjolras, ya basta- se escuchó la voz de Combeferre sacando al pintor de todo pensamiento- solo esta borracho, son juegos entre ebrios, no hagas caso- exigió con autoridad dedicándole una mirada de desilusión al pintor, algo en él se estremeció dolorosamente al saber que de nuevo había fallado,  era mucho pedir que tuvieran fe en él, hasta Combeferre se rendía, retrocedió dolido- no lo vale- concluyó y logró ver como el rubio dejaba de luchar contra Bahorel que dudó de soltarle, pero una vez le soltó, Grantaire se sintió una indefensa presa cuando Enjolras se le fue encima tal como una fiera lo haría, por inercia como si fuera un cobarde retrocedió y levantó su brazo a cubrir su rostro, pero el segundo golpe jamás llegó porque le retuvieron en el aire- ¡TE DIJE QUE YA BASTA!- le ordenó Combeferre y entre él y Bahorel le sacaron a rastras de la sala privada- quédate con él, Courfeyrac, esta aturdido y demasiado ebrio- le pidió antes de salir y desde afuera se escuchaba la riña que estaban teniendo

-¿Qué hiciste?- se limitó a escuchar por parte de Courfeyrac confundido, sorprendido y se puede decir que asustado por el bienestar del pintor- ¿Cómo se te ocurrió hacer eso?, R te sobrepasaste- logró articular y los ojos negros del artista se clavaron en él sin entender- tú le... ya sabes, acaba de pasar- le insistió pero al verle desubicado entendió que eso, efectivamente había sido un acto reflejo de los tragos por el mismo juego que tenían en su mesa- ¿enserio no recuerdas?- insistió incrédulo, pensando que era una farsa del pintor, pero esa expresión no podía fingirse, exhaló y rascó su nuca incomodo- oh mierda, eso complica más las cosas... a ver, ¿cómo te lo digo?- se balanceó hacia adelante y hacia atrás con la vista en el techo a la vez que Joly y Jehan se acercaban para verificar que estuviera bien, el uno de forma física y el otro de forma emocional- ah... ¿tengo que decírselo? Puede que mañana ni siquiera recuerde- les pregunto a los dos que tenía al lado del pintor, pero tras lo ocurrido, todo efecto de la bebida se había despejado lo suficiente como para estar sobrio y saber que algo había pasado

Amor Platónico [Pendiente edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora