Momento de Paz

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-¿A dónde vamos?- le preguntó Enjolras al ver que no conocía las calles por las que andaba y evidentemente era tal vez la zona menos beneficiada que todo Paris

-A mi piso, hora de demostrarte que el tuyo es un palacio- mofó Grantaire y dejó de escuchar los pasos siguiéndole- ¿Qué?- giró a preguntarle impaciente

-¿Por qué?- obtuvo por respuesta y Grantaire le señaló el brazo izquierdo- esto no es nada, tengo que volver a casa- aseguró con una mirada firme y el pintor subió los hombros

-No llegarás, hay que detener la sangre o antes de llegar a Notre Dame te habrás desmayado de haber perdido tanta- explicó y sonrió orgulloso cuando le vio reanudar la marcha hasta llegar a su edificio- tu expresión vale oro- mofó al verle esa mueca de asco o al menos desagrado que no pudo ocultar- así se vive aquí, deberías ver como huele cuando la fábrica está a todo dar- admitió con las manos en los bolsillos subiendo hasta su piso- entra- le autorizó y una vez dentro, captó el gran error que había cometido y pese a que quiso decirle que se fuera, no lo hizo, guardó silencio unos segundos viendo como Enjolras revisaba todo con la mirada- ¿curioso?- se animó a preguntar acercándose lo suficiente como para haberle hablado al oído si hubiera querido, el periodista le negó por respeto pese a que su mirada inquieta seguía revisando todo lo que tenía a su alcance, Grantaire sonrió bajando la cabeza para evitar que se viera la sonrisa- ¿entonces es la revisión de salubridad?- mofó palmeando un par de veces el sofá indicándole que se pusiera cómodo- espera aquí

-¿Te curas a ti mismo?- escuchó que Enjolras le preguntaba desde la sala mientras Grantaire buscaba gasas en el baño- no estudias medicina, ¿Por qué tener implementos de curación?- insistió tras escuchar la afirmación a la primera pregunta

Y eso bastó para dejarle saber al pintor que el periodista bajo el control estricto de todo sentimiento, había uno que se fugaba y al parecer hacia parte de su naturaleza, era curioso; Grantaire al captar eso, se descalzó con ganas de hacer un experimento y aprovechando el silencio de andar en calcetines salió del baño y lo vio por unos minutos sin que el rubio se diera cuenta. Vio como requisó todo el salón con la vista desde el sofá y tras unos segundos quieto, terminó recorriendo el salón cual felino explorador; Grantaire inhaló con lentitud perdido en una ensoñación y sonrió de lado apoyado en el marco del baño memorizando esos segundos de ver a Enjolras ser él, tal cual

-Si gustas te hago un tour- propuso el pelinegro logrando que Enjolras volviera al sofá- deberías aprovechar esta promoción, igual no es que fueras a volver- insistió, pero no obtuvo respuesta- bueno...- comentó incomodo, frotó su nariz sin saber cómo decirlo y simplemente lo dejó salir- ah... no puedo curarte con eso puesto- explicó lo obvio viendo el suelo al verle quitarse el levita- y el motivo para tener los implementos aquí es que muchas veces en una borrachera me han partido la cara y es mejor atenderme, que ir a un hospital- explicó con un leve temblor en las manos, rogaba que no tuviera que pedirle que se quitará la camisa, no estaba listo para eso, y por eso sonrió al ver la herida casi llegando al codo- menos mal- susurró para sí mismo logrando que Enjolras arqueará la ceja dejándole saber que no le había entendido- no es nada- mintió y le tanteó el brazo para verificar que no tuviera la bala incrustada- por suerte para ti, solo fue un rasguño, esto no lo hizo el disparo que te hicieron cuando te saqué de ahí, ¿esto cómo fue?- indago con una sed de venganza contra la policía, pero fijó toda su atención en los ojos celestes que ni siquiera lo miraban al hablarle

-No lo sé- admitió entrecerrando los ojos cuando el índice de Grantaire tanteaba alrededor de la herida- tal vez cuando logramos salir del tumulto, nos encontramos con policías apuntando, sé que dispararon, pero ni siquiera recuerdo haberme hecho esto- explicó viendo la herida concentrado o más bien curioso por ver lo que hacía, para mala suerte del pintor

Amor Platónico [Pendiente edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora