Como un milagro de navidad (LuBaek) #CaveCrew

Como milagro de Navidad 🎄

Luhan suspiró al ver nuevamente el ticket entre sus dedos, sabía que no tenía el derecho de hacer lo que estaba haciendo, pero en esos momentos no había nada que impidiera que subiera a ese avión.

Especialmente luego de cinco años después de haber llegado a su país y comenzar una nueva vida como si lo suyo con aquél hombre no hubiese existido.

En su corazón siempre existió esa sensación de malestar y odio a sí mismo luego de dejar al muchacho en el aeropuerto con las mejillas empapadas de lágrimas buscando la fuerza que no tenía para poder subir al avión y no mirar atrás.

Sabe que fue cobarde, que si fuese él quién fue abandonado nunca lo hubiese perdonado. Pero lamentablemente estaba allí con su corazón lleno de incertidumbre pidiendo al cielo y la tierra que su deseo se cumpliera.

"Pasajeros del vuelo 704 por favor abordar el avión en la puerta 12""Pasajeros del vuelo 704 por favor abordar el avión en la puerta 12"

Escuchando su vuelo tomó sus cosas sintiendo por primera vez en mucho tiempo sacando aquél dorado anillo y por primera vez sin sentir aquella sensación agobiante que le causaba aquella relación. Sin pensar en nada dejó caer el anillo al suelo, sintiendo que tal vez sí tenía derecho a ser feliz.

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Baekhyun suspiró mientras volteaba el último poco de vino que le quedaba en su departamento. Allí estaba otro año más, completamente solo en el pequeño lugar hablando por whatsapp con su mejor amigo y esperando que fueran las doce para volver a la cama.

Es misma mañana había aparecido Jongdae, Minseok, Joy y Chanyeol con comida y regalos para celebrar una navidad adelantada en el grupo. Se repartieron regalos de amigos secreto y a pesar de comer de más todos juntos, en el momento que salieron por su puerta volvió a sentir aquella soledad a la que tan bien estaba acostumbrado.

Todos se quedaban callados cuando hablaban de una posible pareja para él, y lamentablemente él no podía dejar de pensar en el hombre chino que le había robado el corazón y se lo había llevado a otro país.

No tenía más de 23 años cuando conoció a Luhan en medio de una conocida cafetería luego de que por error uno de sus compañeros había hecho su latte de soya con leche normal.

El dulce y casi imperceptible acento hizo que insistiera en ofrecer algo más de comida para el muchacho guapo a través de la barra.

Lo que nunca esperó fue ese "Solo si lo puedo compartir contigo". Se sonrojó violentamente y sabe que todos sus compañeros aguantaron la risa y las posibilidades de bromas entre ellos.

Con la sinceridad a flor de piel le respondió un escueto "Tengo descanso en veinte minutos" y el brillo inusitado de los ojos del chino lo deslumbró luego de una venia mientras tomaba el café entre sus dedos caminando hacia una de las mesas que estaban frente a la caja.